Ante la escases del componente 2 de la vacuna Sputnik V y frente al temor por la cepa Delta, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires comenzará mañana un estudio para mezclar inoculantes. Hay cinco mil personas inscriptas como voluntarios y los resultados estarían a principios de agosto.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, contextualizó que Argentina “había tomado una decisión estratégica de intensificar las primeras dosis a la mayor cantidad de gente posible, como lo habían hecho Canadá e Inglaterra, y habían demostrado que era apropiado, que disminuye significativamente el riesgo de tener una enfermedad grave y mortal”. Sin embargo, “hace dos o tres semanas esta estrategia entró en crisis con la aparición de una nueva cepa que con una sola dosis se protege poco la enfermedad clínica”.
En palabras del titular de la cartera sanitaria de la Ciudad, se acordó con Nación y el resto de las jurisdicciones “refocalizar la estrategia e intensificar las segundas dosis”. En efecto, por citar el caso de la Capital Federal se procedió a dar la segunda dosis de Sinopharm entre el día 21 y 28, y la de AstraZeneca a la octava semana de haber recibido la primera dosis. En el caso de la Sputnik V, la falta de acceso al componente dos dificulta completar el plan de vacunación.
En CABA hay 60 mil personas que ya superaron los 90 días de haber recibido la primera dosis de la Sputnik V. Por ello, el ministro porteño confirmó que esta semana comenzarán con pruebas para corroborar el nivel de seguridad y eficacia de la combinación del primer componente del inoculante ruso con otras vacunas.
“Proponemos comenzar el ensayo el día martes”, declaró Fernán Quirós en diálogo con TN. “Se ha demostrado que la combinación de AstraZeneca con Pfizer tiene similares reacciones adversas y similares respuestas inmunológicas, con lo cual no hay por qué pensar que otras vacunas no se pueden combinar”, agregó en relación a los estudios que se han realizado en distintos países.
“Combinar vacunas no va a tener un nivel de seguridad diferente”, aclaró el funcionario porteño pero remarcó que resta analizar cómo se desarrollan los potenciales efectos inmediatos a recibir la vacuna como decaimiento, fiebre, cansancio corporal, además de ver “cuántas defensas despierta”.
Quirós dio por hecho que “las combinaciones van a ser posibles”, pero “hay que ver cuál es mejor que cual”. El ministro explicó que los estudios “duran entre dos y tres semanas”. Comenzarán la aplicación en personas entre mañana y pasado y esperan completar el proceso “en dos o tres días”. “Es un estudio muy rápido, concreto y lineal”, remarcó y destacó si bien se necesitaban 250 voluntarios, “hay cinco mil inscriptos”.
“En tres semanas podemos responder su efectividad, evaluaremos las reacciones de los primeros días y a los 14 y 21 días los testeo de inmunidad que despertó (la combinación)”, detalló el titular de la cartera de Salud.
No obstante, sobre las 800 mil personas de todo el país que ya han superado los tres meses para completar el esquema de vacunación, insistió en que “la vacuna no se vence” pero que frente al contexto epidemiológico actual “ya no podemos planificar los 90 días, sino un período más corto”.
Es inevitable una tercera ola de contagios
“Cada día que pasa se vacuna más gente y estamos un poco más protegidos”, destacó Quirós pero advirtió que más allá de que avance la campaña de vacunación “por delante tenemos, sin dudas, una tercera ola”.
El ministro de Salud dijo que “si en medio del invierno la gente desfocaliza los cuidados o entra a circular la variante Delta, vamos a tener un aumento de casos”. “Lo que no sabemos bien es si ese aumento de casos va a ser sin daño o con daño”, aclaró Quirós quien enfatizó que dependerá de “cuánto progrese la campaña de vacunación”. “Apostamos a tener una tercera ola sin un daño grave en la sociedad”, concluyó señalando hacia donde se inclina la estrategia.
SEGUIR LEYENDO: