Mientras que unos 40 mil argentinos se encuentran varados en el exterior tras el nuevo decreto oficial que redujo de 2.000 a 600 la cantidad de pasajeros que pueden ingresar por día desde el extranjero, el vicepresidente regional para América de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés), Peter Cerdá, aseguró que “ningún país del mundo tiene un cepo, una restricción de vuelos y de pasajeros, como el que tiene Argentina”.
La Decisión Administrativa 643/202, fundamentada en el objetivo de demorar la llegada de la variante delta del coronavirus Covid-19, no solo generó cancelaciones masivas de vuelos sino que causó malestar entre el sector aerocomercial porque el gobierno les cambió las reglas de juego sin consultar.
“Los protocolos impuestos a los pasajeros argentinos, como la exigencia de un PCR y la obligación de una cuarenta están en línea con lo que ocurre en Chile, Canadá y el Reino Unido. La diferencia con lo que sucede en Argentina es el número de pasajeros que diariamente pueden ingresar al país. Ningún otro país pone restricciones a sus pasajeros para volver”, explicó Cerdá, quien recordó que, antes de la puesta en marcha de las medidas restrictivas, llegaban nueve vuelos a Ezeiza y ahora sólo permiten dos.
“Nos encontramos con que cada día hay 1.400 argentinos que no pueden volver al país porque su vuelo ha sido cancelado de acuerdo a la nueva normativa. En cambio, los chilenos, canadiense e ingleses pueden volver y se mantiene la conectividad”, se quejó Cerdá y puso como ejemplo que “puede haber un vuelo a Panamá un día y después ninguno durante cinco días”.
Frente a esta situación, advirtió que muchas de las compañías aéreas están evaluando irse del mercado argentino y que la Argentina podría perder varias de sus rutas cuando logre revertir las consecuencias sanitarias del COVID-19.
“LATAM y Emirates ya se fueron del país y este año ya anunciaron que lo harán dos empresas más, Turquish y Air New Zeland. Esto es una gran preocupación por la conectividad que tiene Argentina con el resto del mundo. Su conectividad de carga también es imprescindible”, señaló Cerdá en alusión a que en el 60% de los vuelos comerciales llegan cargamentos con equipamiento médico y vacunas, sobre todo en tiempos de pandemia.
Cuando el transporte aéreo se recupere, Argentina se va a encontrar que tiene menos conectividad que el resto del mundo porque las compañías ya no querrán operar allí
Cerdá insistió en que es necesario aprender a convivir con el COVID-19: “Sabemos que esto no va a desaparecer en un año, por más que haya vacunados. Es necesario ir abriendo y conectando nuestras sociedades con el resto del mundo”.
Y agregó: “Cuando el transporte aéreo se recupere tras el COVID, Argentina se va a encontrar que tiene menos conectividad que el resto del mundo porque las compañías ya no quieren operar. Por eso solicitamos una reunión con el Jefe de Gabinete. Necesitamos implementar un plan de acción en el corto plazo para traer de vuelta a todos los argentinos”.
Por el momento, el Gobierno hizo oídos sordos a esa solicitud: “Desafortunadamente por la agenda del Jefe de Gabinete no nos han confirmado la reunión” .
Si bien Cerdá admitió que con el ANAC y los funcionarios del Ministerio de Transporte existe una muy buena relación, aclaró que “ellos no tienen la autoridad para decidir cuántos pasajeros pueden entrar”. Y remarcó: “Nuestra preocupación es que los pasajeros que están varados sean devueltos al país sin tener que estar semanas y meses afuera”.
Según proyecciones realizadas por la Cámara de Líneas Aéreas en Argentina, “la demora de muchos argentinos para retornar podría extenderse en hasta 5 meses”. Por eso, también solicitaron una reunión “de urgencia” con el Jefe de Gabinete.
“Para analizar, en primer lugar, la imperiosa necesidad de programar vuelos que permitan el retorno de los argentinos que se encuentran en el exterior, pero asimismo la eliminación de cupos restrictivos, la ampliación de la capacidad de testeos/hora en los aeropuertos habilitados, la habilitación de aeropuertos internacionales del interior como corredores sanitarios seguros, y la autorización de vuelos internacionales para períodos de por lo menos 3 meses vista”, señalaron desde esa entidad.
Frente a los rumores de que el gobierno planea mantener su postura una vez que caduque el DNU, Cerdá fue contundente: “Si la medida se prolonga más allá del 9 de julio la situación va a empeorar”.
“Lo que tiene que hacer el gobierno argentino es asegurar que los pasajeros que vuelvan cumplan con la cuarentena obligatoria, no restringir vuelos. Si no cumplen, que se los penalice pero que no penalicen al transporte aéreo o a aquellos pasajeros que viajan por razones de trabajo u otros motivos”, resaltó Cerdá, al asegurar que ningún pasajero se enferma arriba del avión.
Y concluyó: “No hay ninguna industria que haya implementado tantos protocolos como nuestro sector. Hoy en día los pasajeros suben vacunados y con los PCR negativos. No tiene sentido restringir vuelos si miramos las fronteras terrestres y vemos que la gente cruza sin control”.
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