La entrevista se demora unos minutos. Afuera el frío congela cualquier alma que deambule por la Plaza de Mayo. La silla vacía que espera a Gabriel Katopodis está en una habitación del piso 11 donde conviven el Ministerio de Obras Públicas que conduce el ex intendente de San Martín, el de Economía y el de Transporte.
“Kato”, como se lo conoce en el micromundo de la política, llega a paso veloz, previo aviso a su vocero de la tardanza. Estaba en la Casa Rosada en una reunión imprevista. Se acomodó el saco, estiró su espalda e intentó enderezar la postura. Luego, con la cámara prendida, empezó a levantar polvareda.
Katopodis, en términos futbolísticos, es un volante mixto. Juega en varias posiciones. Es uno de los ministros que tiene más diálogo con el Presidente, uno de los puentes con los intendentes peronistas del conurbano, integrante de la mesa nacional de campaña y también de la bonaerense. Está metido en las principales discusiones políticas del Frente de Todos.
— Ingresamos en una etapa pre electoral. El Gobierno va poner énfasis en la recuperación económica, la vacunación y la obra pública. Son los tres pilares de la campaña. ¿Cuál es el camino que pretenden seguir y qué tienen para mostrar de aquí a las elecciones?
— La elección y el voto son una buena oportunidad para balancear, para evaluar, para revisar qué cosas se hicieron bien y qué cosas se hicieron mal. En el contexto de la pandemia este voto es una oportunidad para reafirmar un rumbo y para volver a consolidar el acuerdo con nuestro electorado. Y es también una oportunidad para salir más rápido de la crisis. La elección debe ser la manera con la que el gobierno se pueda apalancar para empezar otra etapa.
— La pospandemia.
— No hay dudas de que en esa mirada la vacuna, crear empleo y mover la economía, y la obra pública son tres pilares muy claros. La primera porque tiene que ver con el cuidado, con un gobierno que te cuidó y que supo evitar una catástrofe. La segunda porque no hay dudas de que tenemos que empujar la economía y generar empleo. Hay un desafío importante que tiene que ver con cuidar el bolsillo y el poder adquisitivo. Que rinda la plata. No hay dudas de que nos votaron porque durante cuatro años les dolió el bolsillo a los argentinos y hoy nosotros tenemos que poder dar respuesta.
— ¿Y en lo que respecta a la obra pública?
— No hay dudas que es la palanca de la reconstrucción. Siempre que la Argentina salió adelante se apoyó en dos sectores: la obra pública y la defensa de la industria nacional. Hoy nuevamente ese es el desafío. Lo que sí creo es que se sale, que hay una certeza que es que vamos a salir porque ya lo hicimos, porque está en nuestra historia y porque hay un rumbo muy claro de lo que este gobierno va a seguir haciendo con el respaldo de la gente en las próximas elecciones. Esa dirección, saber dónde queremos llevar la Argentina, es la fortaleza más importante que tiene hoy el Frente de Todos.
— ¿Y cuál es el rumbo pospandemia? Había un rumbo planteado que se tiene que cambiar por la pandemia y, posteriormente, una crisis económica que se profundiza. ¿Cambia el rumbo inicial?
— No, no hay una etapa pre pandemia y una pospandemia. Nosotros no esperamos pasar la pandemia para empezar a poner a la Argentina de pie. No esperamos vacunar a todos los argentinos para empujar la economía y generar empleo. Yo no estoy esperando que pase esta tragedia para ponerme a hacer obra pública. Cuando llegué al Ministerio había 250 obras de las cuales 7 de cada 10 estaban paralizadas. Tuvimos que hacernos cargo de reactivar todas esas obras, de pagar una enorme deuda que nos dejaron. Después pusimos en marcha 1.500 obras en todo el país.
—¿Por qué dice que no está esperando que pase la pandemia?
—Porque fue una decisión y es una opción de todos los días de un Presidente que decidió poner los recursos que estaban destinados para el pago de la deuda en obra pública, en viviendas, en caminos. Hasta tanto el conjunto de la economía se ponga en marcha, lo único que está de pie, fuerte y de lo que nos aferramos es de la presencia del Estado. La obra y la inversión pública para empujar la economía hasta tanto el conjunto de los sectores que ya se vienen recuperando se puedan reactivar plenamente.
—Decía que la gente sabe porqué los votó. Es un título que tienen que revalidar después de un año y medio de gestión.
— La gente tiene muy en claro por lo que nos votó. Y esa claridad nos la hace saber en cuanto a promesas y objetivos que tendremos que poder cumplir. Pero antes que eso tienen muy en claro que pasó en los cuatro años que gobernó Macri. Esa claridad es la que pone la discusión entre el gobierno que te cuidó y ellos que discuten candidaturas. Este gobierno está llevando adelante el plan de vacunación más importante en la historia de nuestro país y mientras tanto ellos boicotearon cada medida que tuvimos que tomar en el medio de la pandemia.
— ¿Por qué?
— No se prestaron nunca a una discusión franca de cómo y de qué manera podíamos mejorar lo que mal, regular o bien venía haciendo este gobierno. Nosotros tenemos un rumbo claro y sabemos muy bien dónde llevar la Argentina. Tenemos que lograr que esa recuperación de la Argentina toque la fibra de cada argentina. Lograr que la reconstrucción de la Argentina no sea en clave de una sociedad en abstracto sino que la modifique, le mejore la vida a cada uno y a cada una en su metro cuadrado.
— Decía que el Gobierno debe empujar la economía. ¿Qué tiene el gobierno para mostrar este año en cuanto a mejoras económicas? Hay una mejora en la actividad industrial pero la inflación sigue siendo alta. El consumo sigue sin escalar. Es el punto más débil que tienen.
— Nos tocó administrar la crisis más extraordinaria en la historia de nuestro país. Evitamos una catástrofe y eso la gente lo sabe. Y sabe también que logramos que en Argentina no haya imágenes dolorosas y tremendas que sí vimos en otros lugares del mundo. Y en ese contexto además logramos que la mayoría de los indicadores económicos, los que tienen que ver con la construcción, los que tienen que ver con buena parte de los sectores de la economía, se hayan recuperado. Pero ya no solamente comparativamente con los meses de pico de la pandemia sino con la pre pandemia, con lo que había dejado el macrismo. El gobierno anterior se cansó de hacer anuncios que después no tenían correlato de obras terminadas.
— ¿Pero ustedes que van a poder mostrar?
—La gente confía en que este gobierno está llevando bien la pandemia. Confía en el plan de vacunación. Ve que este gobierno no se ahorra un solo esfuerzo en cuidar a cada uno. Vamos a seguir trabajando para que la inflación vaya a la baja, como creemos que en el segundo semestre va a seguir ocurriendo. Vamos a seguir haciendo todos los acuerdos que sean necesarios para cuidar el bolsillo, a seguir apostando a la construcción y a la obra pública como un sector fuertemente dinamizador de la economía. Y fundamentalmente vamos a dar señales claras de cómo sigue la Argentina.
— ¿Cómo?
—Vamos a seguir tranquilizando la macroeconomía, despejando situaciones complejas que nos dejó el gobierno anterior y resolviendo el endeudamiento con los bonistas como lo hicimos, pero también con el Club de París y con el Fondo Monetario Internacional. Ahora, esos acuerdos se hacen siempre sobre una pregunta fundamental que es la que se hizo el Presidente: ¿Cuál es el mejor acuerdo que le sirve a los argentinos? Si Macri se hubiese hecho esa pregunta seguramente las cosas hubiesen sido distintas. Poder poner esto en discusión para nosotros es fundamental.
—¿Por qué?
— No es lo mismo tener un sistema científico tecnológico fortalecido y producir la vacuna que no tenerlo y desfinanciar la salud. No es lo mismo pintar guardias que construir hospitales con camas de terapia como hicimos en el medio de la pandemia. No es lo mismo defender la industria nacional que abrir las importaciones como ellos hicieron, destruyendo todo el entramado fabril de la Argentina durante cuatro años. Y algo más, se resolvió un misterio.
—¿Cuál?
— Macri nos dijo cómo hubiesen administrado la pandemia si les hubiese tocado gobernar la Argentina en este turno. Con mucha crudeza habló de una gripe cuando estamos atravesando la tragedia sanitaria más importante en la historia global. Ellos no hubiesen construido hospitales en la pandemia. No hubiesen organizado el ATP y el IFE para ayudar y pagar el salario de cientos de miles de trabajadores. No hubiesen puesto en marcha la obra pública.
— ¿No se desgasta en algún punto el argumento de la herencia política? Le pasaba a Macri en su momento cuando se refería todo el tiempo a Cristina Kirchner. La herencia recibida.
— No, pero la vara nuestra no es Macri, la vara nuestra no es el macrismo. Nuestra vara es generar empleo. Nuestra vara es un modelo productivo y fortalecer un sistema de conocimiento científico tecnológico. Es empujar la economía y generar la competitividad que necesita la Argentina para insertarse en el mundo. Es que haya un plan de obra pública como el que estamos llevando adelante, que pueda cerrar brechas y asimetrías y que pueda tener un país mucho más integrado, mucho más inclusivo socialmente. Nuestra vara es esa.
—El gobierno de Fernández cuestiona al gobierno de Macri y ellos cuestionaban al de Cristina Kirchner. Pero este Gobierno lleva un años y medio de gestión. Insisto. ¿No se desgasta el argumento político?
— No, me parece que en definitiva, la elección va a ser una elección donde la gente va a tener que elegir. Y a diferencia del 2015, donde ellos llegaron con una propuesta pero sin un antecedente, sin una gestión sobre la que uno pudiese medir resultados, hoy tenemos resultados. Juntos por el Cambio no es el Cambiemos del 2015 que llegaron sin mochila y con promesas. Ahora tienen cuatro años de gobierno. Y es muy difícil encontrar una medida y una política que pueda ser rescatada. Y está claro que esa oposición está unida, que son lo mismo y que más allá de lo que escriban en las redes y declaren, lo único importante es lo que hicieron cuando gobernaron. Y gobernaron muy mal. Causaron mucho daño y mucha angustia en la vida cotidiana de la gente. Nosotros vamos a asegurar lo fundamental que es la salud, que es el trabajo, y vamos a seguir reafirmando el rumbo.
—Está claro las deficiencias del gobierno anterior. ¿Ustedes que le van a poder mostrar a la gente?
— En la próxima elección tenemos que poder contar con mucha precisión lo que hicimos desde el 10 de diciembre a la fecha y que en el marco de la peor crisis nuestro Presidente no se corrió, no resignó una sola de las convicciones con los que se ganó la elección y se construyó el contrato electoral. Esa es la fortaleza más importante. Ellos saben que esa es una fortaleza para nosotros y se dedican todos los días a quebrar esa confianza. Cuando ellos hablan de infectadura, boicotean el plan de vacunación y generan el clima de odio que generan, lo hacen con un objetivo muy claro, y a veces lo tienen más claro que nosotros, que es romper esa confianza con la gente. Estamos muy convencidos de que la gente sigue confiando en este gobierno.
—¿Por qué cree que sigue confiando?
—Sigue confiando en el Presidente, en la vicepresidenta. Hay muchas cosas que no pudimos hacer por la pandemia y por lo que nos dejó el macrismo. Quince meses de los 18 gestionamos en pandemia. Los últimos tres años de la Argentina en recesión, dos por Macri y uno por la pandemia. Esa es la realidad en la que nosotros tuvimos que trabajar todos los días. No nos quejamos. No pensamos en una campaña con dramatismo. No le vamos a cargar a la gente ni más angustia ni más nerviosismo del que tienen. Vamos a una campaña con mucha claridad, a centrarnos en los tres o cuatro objetivos que tenemos que centrarnos. Vamos a hablar claro y fuerte en medio de tanto ruido. Y lo único importante es que vamos a seguir vacunando, vamos a mover la economía y vamos a hacer obra pública. Todo lo demás es ruido.
— ¿Siguen separando todavía a la oposición en aquellos que tienen cargos institucionales y los que no los tienen? Eso que hacía Alberto Fernández en un principio.
— No, me parece que son lo mismo y que los que escriben en las redes, los que votan en el Congreso, los que se movilizan con la anti cuarentena, los que boicotean en plan de vacunación son lo mismo. Los conduce Mauricio Macri. Tenemos que estar todos muy tranquilos y de alguna manera confiados en que en este turno no haya tocado macrismo. Nadie demanda macrismo en este tiempo y nadie se imagina a Macri tomando las decisiones que tomó este gobierno para cuidar a la gente. El listado de las cosas que hizo este gobierno para ayudar a la gente es enorme. Y por supuesto que no buscamos ni vamos a buscar el voto como premio, vamos a buscar el voto para apalancarnos. Vamos a buscar el voto para que sea la confianza que necesitamos todos los argentinos para terminar de salir adelante, para salir más rápido de esta crisis.
— ¿Realmente creen que Macri conduce la oposición? Estuvo un año en silencio. Aparecieron otros liderazgos como Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal. Hay una obsesión del Gobierno de marcar que él sigue conduciendo cuando no parece que sea así.
— No, no nos toca a nosotros discutir eso. Nosotros lo que nos toca es ocuparnos de la salud de la gente y vacunar, mientras ellos se disputan las candidaturas como lo están haciendo. Serán ellos los que tienen que definir cómo estructuran una propuesta política responsable desde la oposición. Hasta acá no ha sido ni muy seria ni muy responsable. Cuando fue la primera ola, Macri se fue de vacaciones. Cuando fue la segunda ola, Macri se fue a vacunar a Miami. La verdad es que cuesta encontrar propuestas y sugerencias de la oposición que nos hayan permitido transitar este dolor de una manera mucho más responsable, más seria y más profesional. Me parece que está claro que ellos estuvieron muy lejos del dolor de la gente, de la preocupación de la gente, de lo que ha sufrido la gente todos los días.
— ¿Qué pasó con la oposición? El año pasado quedó impresa en la sociedad la foto del Presidente con Kicillof y Rodríguez Larreta. Fue una imagen institucional que le hizo bien a la Argentina. Usted dice que les boicotearon las medidas, pero en ese momento acordaban todas las medidas. ¿En qué momento se rompió todo con la oposición?
— No, no sé si se rompió todo. Nosotros vamos a seguir apelando al diálogo y al entendimiento. Esta crisis nos demanda todos los días mejores niveles de acuerdo. Pero es cierto que, a veces, hubo sectores de la oposición que sembraron angustia y desánimo en la gente. Eso fue muy claro. Y también está claro que el Presidente ocupa un lugar donde su decisión no es el promedio de lo que escucha de cada sector y de cada dirigente, sino su decisión. Él escucha a todos y después toma decisiones. A la luz de lo que pasó las decisiones fueron las que teníamos que tomar.
— ¿A qué se refiere?
— Es muy evidente que se tomaron las decisiones correctas y que le Gobierno hizo lo que tenía que hacer. Es muy claro que se tomaron medidas prudentes. Que la discusión de las clases sobre si abrimos o cerramos nos hizo perder tiempo. A lo único que nos teníamos que dedicar era a cuidar a la gente.
— Respecto a la gestión de la pandemia, ¿Cuándo miran hacia atrás, hacen alguna autocrítica? La extensión de la cuarentena o los anuncios apresurados sobre la llegada de vacunas, que generaron una expectativa que recién se pudo colmar tres meses después de lo prometido.
— No, se actuó sin manual de consulta. Fue y es una tragedia que nadie la pudo anticipar, que puso al mundo de rodillas y que todavía no sabemos cómo la vamos a terminar de transitar. En ese camino seguramente hay un montón de cosas para ajustar, pero siempre se priorizaron decisiones prudentes y responsables. Cuando ponemos blanco sobre negro lo que se hizo en la pandemia, se desarrollaron 270 obras que sumaron 4.500 camas que no había, se construyeron doce hospitales modulares en lugares que si no se hubiesen construido hubiesen colapsado. Se hicieron 31 hospitales carcelarios, se generó el ATP y el IFE, se garantizó un plan de vacunación. Todo se hizo con un fuerte y profundo sentido de equidad.
— ¿Quiere decir que no importaron los símbolos políticos? Es lo correcto.
— Nos tocó construir hospitales modulares en municipios gobernados por el peronismo y en otros gobernados por la oposición. Ojalá me hubiesen tratado a mí así en los cuatro años del macrismo. No es que quiero volver para atrás, pero la verdad que me tocó ser intendente y ojalá me hubiesen tratado como nosotros tratamos en este Ministerio a cada intendente y gobernador de la oposición. No estamos esperando pasar la pandemia para que arranque y para que se ponga de pie la Argentina, ya lo estamos haciendo.
— Me refería a si creen que hubo decisiones que podrían haber sido más efectivas. Por eso hice hincapié en la extensión de la cuarentena. Lo que le consulto ahora va de la mano. En esta elección se va a plebiscitar la gestión de la pandemia que hizo el Gobierno?
— Nosotros vamos a poner en juego lo fundamental, que es haber cuidado a cada argentino y a cada argentina. Y saber que mientras nosotros cuidamos, cuando ellos gobernaron no protegieron a la gente y causaron mucho dolor. Vamos a poner en valor en la campaña que sabemos cómo sigue la Argentina el día después de la pandemia, que hay un rumbo, que hay una dirección y que es clara. Nosotros vamos a poner en campaña la posibilidad de poner en valor todo lo que se hizo en la pandemia.
— ¿Qué tipos de cosas?
— No naturalizar que encontramos cinco hospitales cerrados y tuvimos que reabrirlos, ni que hubo que salir a negociar con el mundo millones de vacunas, cuando para las principales potencias fue realmente un problemón conseguirlas. Vamos a poner en valor que vamos transitando esta pandemia en la provincia de Buenos Aires sin que el conurbano haya explotado, cuando se había comprado todos los boletos para que eso ocurra. La tarea del Gobernador y de todos los intendentes fue muy seria. Nos garantizó que un lugar que estaba anotado como posible epicentro de catástrofe Covid-19, hoy está garantizando la vacunación.
— ¿Eso es lo que se va a poner en valor?
—Si. Y, fundamentalmente, la capacidad de generar expectativas. La posibilidad de poder contar cómo va a seguir la vida de cada argentino y de cada argentina hacia adelante. Sabiendo que el trabajo, el cuidado del ingreso y la salud son parte de nuestro contrato y eso está asegurado. Eso este gobierno lo reafirma todos los días. Ese acuerdo se vuelve a reafirmar con el voto en las próximas elecciones.
— ¿Cómo se hace campaña en el medio de la tragedia? ¿Cómo se pide el voto mientras todos los días mueres 400, 500 o 700 personas por Covid-19?
— Seguramente va a ser una campaña particular, que va a tener los signos de esta pandemia. Lo que va a ocurrir es que todos los sectores políticos, oficialismo y oposición, van a poder exponer las cuestiones que le preocupan a la gente. En el caso del gobierno no hay dudas de que la campaña es la gestión, lo que se hizo desde el 10 de diciembre a la fecha, sobre la reafirmación de a qué vinimos y qué es lo que queremos hacer para adelante. En eso yo creo que hay una fortaleza que es la unidad del Frente de Todos.
—Una unidad que ha tenido grietas. O, al menos, discusiones internas que quedaron expuestas y marcaron diferencias grandes entre los sectores.
—Es una unidad que tiene matices y diversidad, que se desarrolló en un momento en donde la Argentina no tiene una gran cultura de coaliciones, pero que en todo caso fueron esos matices y esas diferencias las que le permitió ganar la elección y gobernar. Cristina Fernández de Kirchner tuvo una invención, tomó una decisión y descolocó a lo que en ese momento era el oficialismo. Y Alberto después completó esa tarea convocando a los gobernadores y a un conjunto muy amplio de sectores para construir el Frente de Todos. Alberto Fernández decide gobernar con Cristina y Cristina decide gobernar todos los días con Alberto. De eso está hecho el Frente de Todos. Esa también es una fortaleza.
— Desde esa unidad van a enfrentar a Juntos por el Cambio en el debate público.
— Debemos tener mucha cohesión política. El lugar desde donde tenemos que confrontar con el macrismo elijámoslo nosotros, hagámoslo desde un lugar de mayor inteligencia. Elijamos el lugar desde donde tenemos que poner en disputa qué son ellos y qué somos nosotros. Y hagámonos fuertes en los lugares donde nosotros estamos convencidos. La mayoría de los argentinos cree en la vacuna y en el Estado presente. La mayoría de los argentinos cree que se sale de esta crisis con más obra pública, no con menos obra pública y está convencida de que tener un buen sistema científico tecnológico nos deja mejor parados para esta pandemia y para las que vengan. Hagámonos fuertes ahí y pensemos desde ahí que nos parece que es una confrontación sana para dar.
— Hubo fuego amigo en la coalición. Críticas cruzadas entre ustedes mismos ¿Esa confrontación no debilita la imagen del Gobierno? La pelea por la renuncia del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, es un claro ejemplo.
— No. Dos cosas. El vecino que vive enfrente de mi casa, el industrial de Avellaneda, el empresario del Gran Rosario, lo que quiere entender es que le contemos para dónde va el gobierno y que de esa manera también le contemos cómo sigue la Argentina el día después de la pandemia. Todo lo demás me parece que importa poco. Lo único que importa es cuál es el rumbo y que ese rumbo esté claramente conducido por nuestro presidente y por nuestra vicepresidenta. Y eso yo creo que está claro.
— ¿Y lo segundo?
—Lo único que para nosotros está en discusión es cómo garantizamos nuestra promesa electoral. En el medio todos tenemos la responsabilidad de arremangarnos y trabajar con la mayor seriedad posible. Y después los matices, las diferencias. Todas las decisiones se toman en el marco de una coalición, de una dinámica distinta. Nosotros no vamos a producir escenas en set televisivos ni puestas en escena prolijas para hacer como hacían ellos. Nosotros damos las discusiones de cara a la sociedad, abiertamente. Somos muy francos en nuestros debates y eso es lo que nos hace todos los días más fuertes.
— ¿Usted cree que esas discusiones que se exponen, los fortalece en vez de debilitarlos?
— No, las decisiones las toma siempre el Presidente. Todos tenemos que entender de qué está hecho el Frente de Todos, en qué momento del partido estamos y que cualquier pase mal dado hoy termina en gol. No hay que darle la pelota a los amarillos. Tenemos que tener en claro dos cosas: un equipo desordenado contra la angustia y la preocupación de la gente es un mal lugar. Un equipo ordenado contra los cuatro años de política de Macri es un buen lugar para dialogar con la gente.
— En los últimos días Juntos por el Cambio mostró algunas de sus cartas para la elección. La apuesta de Rodríguez Larreta por Santilli en Buenos Aires, la aparición de Manes, Vidal asegurando que no quiere competir en la elección bonaerense. ¿Si miran el rival, la elección va a ser reñida o creen que la van a poder ganar sin contratiempos?
— No, vemos que va a ser una campaña que va a haber que militar. Hay que conversar mucho con la gente. La herramienta política que más nos fortalece es la capacidad de nuestra militancia de salir a hacer un mano a mano con la gente y poder convencer y explicar lo que venimos haciendo. Es el peronismo el que tiene más entramado social, el que tiene más militancia, el que cuando se pone en clave electoral y de campaña tiene una gran capacidad para comunicar, para contagiar. Y que el candidato va a ser Alberto y va a ser Axel. Los candidatos tienen que ser todos los gobernadores en sus provincias y todos los intendentes en sus ciudades.
— ¿Ya está el candidato que va a encabezar la lista en la provincia de Buenos Aires?
— No, va a ser seguramente una decisión del presidente, de la vicepresidenta, del conjunto de los dirigentes del Frente de Todos. No tengo dudas de que vamos a recibir un respaldo y un voto de confianza de la gente. No buscando que nos premien, no buscando ningún reconocimiento sino que el voto sea un voto de confianza para poder apalancarnos, para poder marcar con más claridad cuál es el rumbo. Para que quede más claro cuáles son las prioridades de este Gobierno. Eso es lo que nos va a dar fuerza para seguir después de la pandemia.
Fotos y video: Gastón Taylor
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