Cuando asumió en su cargo el 10 de diciembre de 2019 como Directora Nacional de Migraciones no imaginaba que iba a ocupar un rol tan central en la política argentina, con una prolongada exposición ante cámaras o micrófonos. Aunque ya había ocupado algunos cargos públicos en el último tramo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando le llegó el ofrecimiento para ella representaba un salto importante como funcionaria, con una tarea difícil por delante como lo es la custodia de las fronteras argentinas. La pandemia cambió la vida de casi todo el mundo y la de María Florencia Carignano no fue la excepción.
Por estos días su actividad está particularmente recargada porque ante la disminución en la frecuencia de vuelos en el exterior es una de las voces más consultadas por los medios de comunicación. Este miércoles, además, estuvo en Rosario para inaugurar un Centro de Integración para Personas Migrantes y Refugiadas y luego participó de una recorrida por la ciudad santafesina donde se supervisaba en cumplimiento de la cuarentena obligatoria de quienes volvieron de un viaje por el extranjero.
Eduardo “Wado” De Pedro la considera una pieza clave en la estructura del Ministerio del Interior, del que depende Migraciones. Ambos provienen de La Cámpora. En el segundo período de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de la Nación, a Carignano la nombraron como Subsecretaria de Acceso a la Justicia, en 2010.
Julio Alak estaba entonces al frente del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. El subsecretario de Alak era Julián Alvarez, quien fue el que impulsó a Flor (así le gusta que la llamen sus amigos y compañeros) para que llegue a su cargo. Cuando en esa cartera empezaron algunas pujas internas, Carignano siguió fielmente a Alvarez, con quien militaban juntos, especialmente en los barrios populares. Mariano Recalde, por entonces presidente de Aerolíneas Argentinas y con fuerte presencia dentro de la línea interna que lidera Máximo Kirchner, también influyó en su desembarco en ese ministerio.
Antes se había desempeñado como directora Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia. Bajo su órbita estaban casi un centenar de Centros de Acceso a la Justicia (CAJ) que se encuentran diseminados por todo el país y, en particular, en zonas vulnerables, como asentamientos. En sus perfiles en redes sociales como Twitter y Facebook destaca que obtuvo un Magíster en Relaciones Internacionales en la Universidad de San Andrés. Y consigna que en el fútbol siente predilección por Colón de Santa Fe, campeón de la última Liga Profesional.
Quienes la conocen la definen como muy profesional, de carácter firme y reservado. Se la ve más seguido por la Casa Rosada, sobre todo desde que la pandemia la obligó a cumplir un papel más activo en los actos de Gobierno. Esa intensidad de trabajo, reconoció alguna vez en las oficinas de Interior con paso apurado, le quita bastante tiempo para estar con sus tres hijos. Defiende la participación femenina en las esferas públicas con énfasis. Su papá es Raúl “el Gringo” Carignano, histórico dirigente del Partido Justicialista de Santa Fe, quien fuera diputado nacional y secretario de Asuntos Latinoamericanos cuando Carlos Menem ejercía su segundo mandato como presidente argentino. De allí heredó el linaje peronista.
No le escapa al debate con conductores de radio o de televisión, lo que hizo subir su perfil mediático. Estuvo desde que irrumpió el coronavirus en el país supervisando operativos en las fronteras, en compañía de las fuerzas de seguridad, para expulsar extranjeros que incumplían las normas o para que los argentinos que llegaban cumplieran las cuarentenas establecidas.
Así como en los últimos días se dedicó a explicar con vehemencia porque se redujeron los vuelos desde el exterior se mostraba, inflexible, en aquellos tiempos. “Ayer rechazamos entre 130 y 140 personas solo en Ezeiza”, dijo el 16 de marzo del año pasado cuando por primera vez se cerraban las fronteras ante el avance del virus. “Esta medida implica que solo pueden ingresar residentes, argentinos y el comercio internacional”, afirmaba, con el mismo modo enérgico con el que ahora sugiere a la población no realizar viajes al exterior.
Los cruces fuertes de opiniones, en los medios y en las redes, también le son habituales. Le replicó al diputado radical mendocino Alfredo Cornejo cuando pretendía la reapertura del paso Cristo Redentor, manifestó sobre el reciente viaje del ex presidente Mauricio Macri que “si no cumple, le haremos la denuncia penal como a cualquier persona” y le responde vía Twitter a los que cuestionan las medidas adoptadas por Migraciones.
En los medios fustigó el viaje del ex ministro de Salud, Ginés González García. “Pienso que no debería haber viajado”, sostuvo. “Yo no soy Ginés, no es momento para viajar”, enfatizó. Como contrapartida publicó su foto en Twitter cuando se vacunó en la cancha de Boca contra el coronavirus. “Me inscribí, esperé mi turno y hoy recibí la primera dosis. Quiero destacar el esfuerzo de todxs en esta proeza que constituye la campaña de vacunación más grande nuestra historia”, escribió en Twitter.
“Lo que hemos hecho en una pandemia no es decidir entre lo bueno y lo malo. Porque la verdad es que no es lindo tomar este tipo de decisiones. Estamos eligiendo decidir entre lo feo y lo muy feo”, expresó recientemente. Aunque aclaró que las decisiones gubernamentales se fundamentan en los temores para que no ingrese la cepa Delta de la Covid 19 y en el escaso respeto de los viajeros por el aislamiento obligatorio que deben cumplir al regresar del exterior, a la funcionaria no le faltó sarcasmo para describir a esa situación. “Los que están de vacaciones seguramente se van a poder quedar unos días más. No es tan grave, como sí el ingreso de la variante Delta”, aseguró en el canal de televisión IP.
“Las personas que viajaron eran conscientes de que salían en una pandemia. Firmaron una declaración jurada haciéndose responsables económica y sanitariamente. Y también firmaron una declaración jurada en la que aceptaban las condiciones de reingreso que impone la República Argentina”, fue otra de las sentencias de Carignano, a tono con lo que viene repitiendo desde que está en su cargo. Convencida, sin titubear, cómo se muestra casi siempre públicamente.