El Gobierno nacional dispuso la prórroga del cierre de fronteras al turismo hasta el próximo 9 de julio con el el cupo de 600 pasajeros diarios para el ingreso al país en el marco de la emergencia sanitaria que rige a causa de la pandemia de coronavirus. La medida generó una fuerte controversia no solo entre los viajeros, que tendrán demorado su regreso al suelo nacional y deberán reprogramar su itinerario, sino disparó críticas de la oposición y operadores del sector aeronáutico.
Las interpretaciones sobre la eficacia y la legalidad de esas acciones sanitarias están en debate. Sin embargo, para Franco Rinaldi, especialista de la actividad aerocomercial, el problema es otro. “Las cancelaciones de los vuelos son políticas y no sanitarias”, definió.
“No hay manera de explicar la cancelación de vuelos de gente que viene vacunada y que se quiera justificar eso desde el punto de vista sanitario”, sostuvo en diálogo con CNN Radio el autor del libro Aerolíneas Argentinas, 2.000 días de pérdidas, de Editorial Planeta.
Según Rinaldi, la motivación de las restricciones a la circulación áerea tiene como fundamento la concepción que tiene el Frente de Todos y el kirchnerismo en particular sobre el sector. “Cuando no se quiere hacer el ajuste sobre la aerolínea de bandera (Aerolíneas Argentinas) porque políticamente no es viable, necesitás eliminar la competencia”, apuntó Rinaldi, que aseguró que el “tiro final” de las restricciones de los vuelos es que “otras compañías aéreas dejen de volar en Argentina”.
El Gobierno nacional estableció el cupo de 600 plazas para regresar al país, tras una serie de evaluaciones que realiza sobre la variante Delta el Ministerio de Salud, a cargo de Carla Vizzotti, donde hay preocupación por el impacto que pueda llegar a tener en el sistema sanitario argentino. La restricción se resolvió luego de que se confimaran los altos niveles de incumplimiento del aislamiento obligatorio que deben efectuar los argentinos que regresan desde el exterior.
Para la Casa Rosada, la resolución de establecer cupos en el flujo de pasajeros es un “mal menor” para retrasar el ingreso de nuevas variantes del COVID-19. Según la evaluación de los funcinarios, los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño no están controlando las cuarentenas de los viajantes, si bien admiten que es difícil el seguimiento estricto de los movimientos de los recién llegados.
La medida, que se anunció el viernes y lleva la firma del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, es ejecutada por el Ministerio de Transporte, a cargo de Alexis Guerrera, y monitoreada por la Dirección Nacional de Migraciones, que depende del Ministerio del Interior que comanda Eduardo “Wado” de Pedro. En esa cartera dijeron que la medida nacional busca “priorizar la salud por sobre las necesidades comerciales” e insisten en que todos los argentinos que viajaron al exterior en los últimos meses viajaron a sabiendas del “riesgo” que representaba en la pandemia.
Sin embargo, para Franco Rinaldi, a las nuevas restricciones se le suma una “caída brutal en la demanda de pasajes” que no solo afecta a los pasajeros varados, sino a las cargas que transportan los vuelos.
“Hay una enorme variedad de carga que viene en la bodega de los aviones. A raíz de la crisis derivada de la pandemia que impactó al sector, la carga se volvió en una unidad de negocio más importante de lo que ya venía siendo y terminó salvando a muchas de la compañías de la quiebra absoluta”, explicó el especialista en aeronavegación. “Cuando se cancelan vuelos, no solo se impide que entren cinco córneas para transplantes, sino que hay cosas que salen del país. También se le está rompiendo la cabeza y dificultando la vida a mucha gente que necesita sacar cosas”, sostuvo.
Rinaldi insiste en que detrás de las restricciones hay una motivación política. Recordó un video en el que el ex presidente de Aerolíneas Argentinas, el actual senador Mariano Recalde, “contó en una reunión con militantes que pidió a la ex presidente de la Nación (Cristina Kirchner) le sacara a LAN de la cancha, que le sacara la competencia”. Y aseguró que este pensamiento “está en la cosmovisión de la gente que gobierno”.
“Esto es para q las compañías extranjeras dejen de volar en Argentina. Tengo la certeza que en términos generales se quiere favorecer a la aerolínea de bandera”, concluyó.
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