Unas 240 pequeñas y medianas empresas de todo el país pidieron una audiencia en carácter de urgente con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, para plantearle que no pueden pagar aumentos salariales superiores al 40%, como el acordado entre el Sindicato de Camioneros y las cámaras del sector: “Esta pauta salarial cerrada y resuelta a espaldas de las pymes nos pone en la disyuntiva de tener que elegir entre pagar la paritaria o mantener las fuentes de trabajo”, advirtieron.
“Lo único que conlleva la aplicación (de las paritarias firmadas) es empujarnos a reducir nuestro personal -aseguraron-, provocando pérdida de puestos de trabajo o llevarnos indefectiblemente a la informalidad para poder mantenernos en el mercado, y lo que es peor aún, podría conllevar el cierre de muchas pymes”.
En el pedido de audiencia, además, afirmaron que, “ante la situación descripta, se torna necesario abrir mesas de discusión y diálogo en el área de empleo, de salarios, de producción e impositiva, a los fines de poder tomar medidas que garanticen tanto la continuidad de los puestos de trabajo en las mejores condiciones posibles como asimismo la viabilidad de las pymes”.
Las 240 empresas pertenecen mayoritariamente al Movimiento Empresarial Anti Bloqueos (MEAB), que encabeza Verónica Razzini, firmante de la nota elevada a Moroni, y a la Organización Argentina de Mujeres Empresarias (OAME), cuya titular es Patricia García.
Razzini es una empresaria rosarina que en 2020 sufrió tres meses de bloqueo por parte del Sindicato de Camioneros de Santa Fe por un reclamo de encuadramiento de empleados afiliados a otros gremios, pero, pese a las amenazas en contra de ella y de su familia, resistió la protesta y logró que un juez detuviera e imputara a los activistas sindicales que impedían el acceso a su planta.
A partir de su traumática experiencia, decidió crear el Movimiento Empresarial Anti Bloqueos (MEAB), dijo Razzini a Infobae, con el fin de “ir generando una red de todas las empresas que son víctimas de bloqueos sindicales extorsivos para que nos ayudemos con información y vayamos guiando y dando una mano sobre cómo hay que actuar para no dejar que esto continúe”.
Ahora, a partir de los reclamos sindicales para reabrir las paritarias y de firmar los nuevos convenios por encima del 40%, a tono con el incremento de la inflación, las pymes que integran el MEAB tomaron contacto con otras del sector, algunas de las cuales están en OAME, y resolvieron unirse ante las dificultades para pagar aumentos de esa magnitud en medio de la crisis del sector.
De esas conversaciones surgió la idea de pedir una audiencia urgente con Moroni para explicarle “la desesperante y delicada situación económica y financiera que estamos atravesando”, en la cual afrontan “impuestos altísimos y una producción bajísima”, por lo cual le advertirán al ministro: “No podemos pagar los aumentos que demanda la CGT y que negocia con las grandes empresas”.
De todas formas, Moroni aseguró el fin de semana pasado que “se reabrirán todas las paritarias que sean necesarias para que el salario crezca por encima de la inflación”. Dijo que la meta oficial es que mejore el poder adquisitivo y que destacó que “ninguna de las paritarias homologadas está perdiendo respecto de los salarios de diciembre pasado”.
Desde hace dos semanas se produjo una ola de pedidos gremiales de negociaciones salariales y de reapertura de paritarias ya firmadas, tendencia que se aceleró luego de que, con aval explícito de Cristina Kirchner, otorgaron un 40% de aumento al personal del Congreso, con lo cual, en la práctica, impusieron un nuevo tope para la discusión de los sueldos de 2021 que elevó el 29% que había fijado el Gobierno a principios de año, en sintonía con la previsión inflacionaria del presupuesto.
Así, el Sindicato de Camioneros firmó con las tres cámaras del sector un aumento del 45% en tres tramos para 2021 y un bono anual, mientras que la Asociación Bancaria reabrió la paritaria luego de acordar hace una semana con los empresarios un 45,1% para 2021 (el aumento vigente era del 29%), más un bono por el Día del Bancario que oscila entre 100.000 y 170.000 pesos por empleado.
En la nota que le presentaron a Moroni, las pymes sostuvieron que “vienen sufriendo la crisis e inestabilidad económica que impera en nuestro país, la cual se vio agravada como consecuencia de la emergencia sanitaria dispuesta por el Poder Ejecutivo Nacional dada la pandemia COVID 19, lo que motivó la casi nula prestación de servicios laborales durante el año 2020 (salvo excepciones reguladas), y que además implicó que se realicen esfuerzos superlativos para no desvincular y despedir a los empleados para así mantener las fuentes de trabajo, y, a su vez, seguir cumpliendo con las obligaciones tributarias, aún a costa de no percibir ganancias”.
“A todo ello -agregaron-, se suman la inflación que sufrimos en nuestro país y los aumentos tanto en nuestros costos como también en los sueldos de nuestros dependientes, aumentos de salarios que fueron producto de las negociaciones paritarias llevadas a cabo entre los distintos entes sindicales y las grandes empresas y cámaras empresariales quienes, lejos de considerar e incluir a las pymes y su situación específica en la mesa de diálogo, cerraron cifras y aumentos que están totalmente alejados de la realidad económica que atravesamos”.
Las 240 pymes que se unieron en este reclamo advirtieron: “No nos sentimos representadas en modo alguno por las cámaras y federaciones que nuclean nuestras respectivas actividades”. Y señalaron que “los acuerdos celebrados entre estas cámaras con los diferentes sindicatos de las distintas actividades no contemplan en absoluto la realidad imperante en las pymes y son de imposible cumplimiento para nosotros, y lo único que conlleva su aplicación es empujarnos a reducir nuestro personal, provocando pérdida de puestos de trabajo o llevarnos indefectiblemente a la informalidad para poder mantenernos en el mercado, y lo que es peor aún, podría conllevar el cierre de muchas pymes”.
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