Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli lograron una demostración de fuerza a principios de semana con la comida que mantuvieron en Lanús con cuatro intendentes bonaerenses del PRO. Pero este jueves avanzaron más en un encuentro con más jefes comunales y dirigentes del distrito en Tres de Febrero que dejó en claro que gana consenso la postura del jefe de Gobierno, para quien su vicejefe debe liderar la lista de diputados en la Provincia de Buenos Aires, mientras quedó desairado Mauricio Macri por su insistencia en que ese lugar debe ser para María Eugenia Vidal.
La nueva foto que entusiasma al larretismo reunió a intendentes del Grupo Dorrego, hasta ahora reacios en avalar el desembarco bonaerense de Santilli, y referentes de La Territorial, espacio cercano al jefe de Gobierno y a la ex gobernadora, que integran Alex Campbell, Lucas Delfino y Alejandro Finocchiaro, entrre otros. Claro que hubo un gran ausente en las últimas imágenes del álbum que está completando Rodríguez Larreta: Jorge Macri, intendente de Vicente López y jefe bonaerense del PRO, quien se está quedando con pocos aliados en su cruzada para rechazar a Santilli por su condición de porteño disputando un puesto que, a su juicio, no debería ser un foráneo. En las filas larretistas aseguran que prácticamente son sólo dos los intendentes que siguen alineados con el primo del ex presidente (mencionan a Pablo Petrecca, de Junín, y Mariano Barroso, de 9 de Julio) y que el próximo fin de semana definirán si hay acuerdo porque se aproximan los plazos para presentar las listas.
Las dos fotos que logró Rodríguez Larreta rompieron en los hechos al Grupo Dorrego, ese espacio de intendentes del PRO que, con el apoyo de Vidal, se lanzaron en octubre pasado para constituirse como un polo de poder propio para definir la estrategia y las listas bonaerenses en 2021. Allí estaban Jorge Macri, Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata) y Diego Valenzuela (Tres de Febrero), más Martiniano Molina (Quilmes), Nicolás Ducoté (Pilar) y Ramiro Tagliaferro (Morón), ex jefes comunales que en las elecciones de 2019 perdieron sus municipios en manos del peronismo.
Hasta ahora, los integrantes del Grupo Dorrego se movieron en bloque, sin fisuras, y compartían la idea del jefe del PRO provincial de bloquear cualquier candidatura provincial de un dirigente que no proviniera del terreno bonaerense y mantenían la esperanza de que Vidal terminara encolumnando a todo JxC detrás de su postulación en el distrito, pero el tablero político local sufrió varios cimbronazos en la última semana.
El primer dato fue la sensación de que, tal como impulsa Rodríguez Larreta, la ex gobernadora no será candidata en Provincia y volverá a la Ciudad de Buenos Aires, como dirigente de confianza del jefe de Gobierno, para afianzar el proyecto larretista e impedir el avance de Patricia Bullrich. La confirmación la brindó la propia Vidal en la comida del lunes pasado con los intendentes Grindetti, Garro, Valenzuela y Guillermo Montenegro (Mar del Plata), que pasaron de rechazar a Santilli, en sintonía con Jorge Macri, a aceptarlo como cabeza de lista en la Provincia.
¿Por qué cambiaron de opinión, más allá de la decisión de Vidal, que quitó del escenario electoral una candidata de consenso unánime en Juntos por el Cambio para disputar los votos bonaerenses? Por un lado, según admitieron a Infobae en el Grupo Dorrego, fue por el virtual lanzamiento de Facundo Manes como postulante de la UCR en el distrito. Es una personalidad cuya irrupción en la política no estaba en los planes, pero su buena imagen y su proyección electoral inquietaron a los dirigentes provinciales del partido fundado por Macri: ante la sensación de que podían perder las PASO sin Vidal, los intendentes miraron con otros ojos la figura de Santilli, sostenida, además, por encuestas que le dan muy buenos números.
“El Grupo Dorrego lo bancó a Jorge (Macri) hasta la puerta del cementerio, pero no va a entrar”, advirtió un intendente que trató de explicar por qué pasó del rechazo a la adhesión a Santilli. Y destacó que el intendente de Vicente López “se quedó con pocos apoyos y aislado”, aunque aseguró que siguen las negociaciones para que se sume a una lista de consenso y, juntos, los candidatos del PRO compitan contra Manes en las PASO. Grindetti es uno de los jefes comunales que sirve de nexo entre Jorge Macri y sus ex aliados del Grupo Dorrego para que no haya rupturas.
Los intendentes confían en que todo el partido e incluso otros sectores políticos de la Provincia respaldarán a Santilli. Se trata de un distrito en el que su “perfil peronista” lo puede ayudar a captar apoyos y votos de esa porción del electorado, aunque un sector de dirigentes del Peronismo Republicano, cuyo referente es Miguel Angel Pichetto, apostaba a la candidatura de Vidal y ahora podría inclinarse por Florencio Randazzo, que está reagrupando a los peronistas no kirchneristas que buscan una alternativa para no votar al Frente de Todos ni tampoco a Juntos por el Cambio.
Pragmáticos, los miembros del Grupo Dorrego elogiaron el mensaje que les dio el vicejefe porteño apenas les anunció su lanzamiento bonaerense: “Vengo porque me llamaron para ayudar a ganar en la Provincia, pero las listas las arman ustedes”. La promesa sonó a música celestial en los oídos de dirigentes que iban a tener que negociar cada lugar en las nóminas y ahora tendrán el control casi absoluto de las candidaturas.
Aún así, todavía algunos esperan alguna reacción negativa de Macri por la negativa de Vidal y el ascenso del candidato de Rodríguez Larreta en la Provincia. El ex presidente, sin embargo, busca evitar la confrontación del PRO en los territorios porteño y bonaerense porque teme, como el resto de la dirigencia de JxC, que la confrontación interna se radicalice cuando el electorado valora la unidad contra el Gobierno. Y está convencido de que si no hay acuerdo opositor en esos cruciales distritos, el principal responsable por no haber alcanzado consensos es Rodríguez Larreta.
Ahora que el jefe de Gobierno encaminó las definiciones electorales del PRO en la Provincia de Buenos Aires, aunque todavía le falta convencer a Elisa Carrió de secundar a Santilli en la lista, la atención vuelve a la Ciudad de Buenos Aires. Hay negociaciones permanentes entre el equipo de Rodríguez Larreta y los allegados a Bullrich, pero el acuerdo es difícil. La ex ministra de Seguridad se niega a un tercer lugar en la nómina porteña de diputados, mientras evalúa encuestas que la favorecen en la disputa con Vidal y sueña con sumar a sus filas a un sector disidente de la UCR.
Aunque pierda en las PASO, Bullrich se quedaría con una porción de poder en la Ciudad que podría utilizar como un trampolín para competir por la jefatura de Gobierno o por la Presidencia de la Nación en 2023. Macri asegura en privado que no la maneja y que tiene juego propio, mientras ella empieza a sentir que no cuenta con el respaldo monolítico del ex presidente. Mientras, Rodríguez Larreta ya empezó a intuir que le conviene llegar a algún acuerdo electoral con la presidenta del PRO. Sabe que no es bueno tenerla en la vereda de enfrente, sobre todo cuando para avanzar en su plan presidencial, como cualquier político, deberá hacer negociaciones y concesiones no aptas para ser miradas bajo una lupa.
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