Felipe Solá y los derechos humanos en Nicaragua: “Discutimos nuestra posición con Estados Unidos y no nos pusimos de acuerdo”

Durante una entrevista con Infobae, el canciller ratificó que el llamado a consulta del embajador argentino continuará hasta que la dictadura sandinista respete los derechos políticos de la oposición

Felipe Solá durante su intervención en la ONU

NUEVA YORK - Felipe Solá viaja a Italia para participar de la cumbre de cancilleres del G20, y tiene prevista una reunión bilateral con Antony Blinken, secretario de Estado de Joseph Biden. Solá considera que Blinken tiene una mirada amplia de las relaciones exteriores y cree que en ese cónclave en Bari podrá explicar la posición del Gobierno peronista frente a la dictadura sandinista que lidera Daniel Ortega y el régimen populista que regentea Nicolás Maduro en Venezuela.

“Bueno, aceptamos que alguien pueda estar decepcionado, pero también puede estar decepcionado por un tiempo”, dijo Solá durante una entrevista exclusiva con Infobae en Nueva York. Así, el canciller aceptó lo que parte del gobierno relativizó tras conocerse la declaración de un vocero del Departamento de Estado la semana pasada a Infobae: “Nos decepcionó que la Argentina no se sumara a los 26 estados miembro que votaron la resolución de la OEA sobre Nicaragua”.

Sin admitir un control de daños en la postura argentina sobre la dictadura sandinista, Solá sí reveló que Daniel Capitanich, el embajador argentino en Nicaragua, permanecerá en Argentina, porque se trata de un llamado a consultas con todas las letras. Y se refirió también a Luis Almagro, secretario general de la OEA (Organización de los Estados Americanos) y de nula relación con el presidente Alberto Fernández: “No hay que exagerar el tema de Almagro”

- La convocatoria de Daniel Capitanich a Buenos Aires, ¿es temporal o por largo tiempo?

- Hay tres figuras. Lo primero es la convocatoria a consultas, lo segundo, el retiro del embajador, y lo tercero, la ruptura de relaciones. El llamado a consultas implica un malestar del país que llama hacia el país en el que está el embajador. Vamos a ver la evolución en Nicaragua, vamos a dialogar con el embajador y en función de eso estableceremos cuándo volverá.

¿El Gobierno entendió que la situación era más grave de lo que habían evaluado y decidió dar este paso?

- Hay una sola línea. La línea es que el día 11 de junio nosotros enviamos una carta, que el canciller de Nicaragua me hizo saber que no le gustó, en la que le demandábamos el cumplimiento de los derechos humanos y por las detenciones y le pedíamos que liberara a esos presos que tienen importancia política, porque es difícil creer en un proceso electoral si figuras opositoras no pueden moverse, no pueden actuar. Le pedimos también a nuestro embajador que visitara a los presos, y resultó que los presos estaban incomunicados. El día 15, cuatro días después, se votó en la OEA y nosotros tuvimos objeciones. Algunas fueron atendidas y otras no y decidimos entonces abstenernos.

- ¿Pero cuál es la línea argentina en este tema?

- El martes pasado hemos votado en Naciones Unidas en el consejo de derechos humanos, después de la declaración anual hubo una declaración sobre Nicaragua que contenía una parte con la que no estábamos de acuerdo y otra que sí. Y entonces decidimos opinar por nuestro lado, como lo hicieron otros países, y sobre todo opinar en lo que Argentina tiene muy claro, que es la violación de los derechos humanos. Y así lo hicimos. ¿Por qué seguimos esta línea? Porque estamos totalmente de acuerdo con insistir en las violaciones a los derechos humanos y denunciarlas y no estamos en cambio de acuerdo con los párrafos que refieren a cuál debe ser la legislación de Nicaragua desde el punto de vista electoral. Si habilitamos a los organismos multilaterales a opinar sobre la legislación interna de cada país... Se supone que en cada país, salvo que haya una dictadura, hay un control de constitucionalidad por la Corte. La legislación de la Argentina, Uruguay o de Brasil no puede ser cuestionada por un organismo internacional. Lo que sí puede ser cuestionado son las acciones contra los derechos humanos, así como en el futuro las acciones contra el medio ambiente y tal vez contra la perspectiva de género se conviertan en cuestiones internacionales que pasan por encima de las nacionalidades.

- ¿Usted discutió mano a mano con el secretario Blinken la declaración sobre Nicaragua?

- No, yo no discutí. Él me dijo que había una declaración y me pidió que no tomáramos una decisión ex ante por prejuicio, sino por juicio, en la OEA. Yo le dije que íbamos a discutir punto por punto la declaración cuando la tuviéramos, y así lo hicimos. Eso fue un viernes. Discutimos el fin de semana y el día lunes, no llegamos a un acuerdo.

El secretario de Estado, Antony Blinken, y el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, durante una reunión este jueves en Berlín / Andrew Harnik/Pool via REUTERS

- El proyecto de resolución de Estados Unidos incluía entonces esta crítica al ordenamiento legal interno que ustedes consideran no aceptable. ¿No fue entonces Luis Almagro el gran problema que se dijo que fue para votar a favor de la resolución?

- El obstáculo de Almagro era... No hay que exagerar el tema de Almagro. Yo le dije al secretario Blinken que si Almagro iba a dirigir esto y figuraba como el encargado de seguir la información sobre Nicaragua, que es lo que figura en la declaración... Una semana antes Almagro había dicho que había que suspender a Nicaragua. Si piensa así es parte, no está actuando como secretario general de la OEA, eso es muy común en Almagro. Pero Almagro no fue la razón, la razón fue más profunda, de tipo jurídico.

- Cuando Estados Unidos, a través de un portavoz del Departamento de Estado, mencionó la decepción por la postura argentina en la OEA, ¿lo esperaba?

- Podían mencionarlo o no mencionarlo. Ya tenemos concertada una entrevista con el secretario Blinken, en la reunión de cancilleres del G-20 en Italia, adonde vuelo este viernes. Ahí tendré la oportunidad de explicarle personalmente algunas cosas que he explicado en la prensa. La palabra decepción... Bueno, aceptamos que alguien pueda estar decepcionado, pero también puede estar decepcionado por un tiempo. Creo que hay un interés mutuo de la Argentina y los Estados Unidos de llevarse muy bien, lo mejor posible. Lo que no hacemos es seguidismo. Tenemos nuestro criterio, pero estamos dispuestos a conversar y a discutirlo.

- ¿Va a debatir el tema con Blinken para que la decepción de Estados Unidos se disipe?

- Mire, el problema nuestro es que el multilateralismo se meta con la legislación cuando en un país hay tres poderes y una democracia. Al mismo tiempo puede haber actitudes dictatoriales o violatorias de los derechos humanos. Las vamos a denunciar. Pero si nosotros habilitamos a que todo lo interno se pueda discutir multilateralmente estamos en desacuerdo.

- Infobae publicó esta semana el no apoyo de la Argentina a la investigación a China en la comisión de derechos humanos de la ONU en Ginebra por violaciones a los derechos humanos de la minoría Uigur. Argentina no apoyó el pedido de Canadá, similar al que se aprobó para investigar a Israel en su momento y que Argentina sí votó a favor. ¿Cómo se entiende?

- Nuestra doctrina, que no es histórica, sino de nuestro gobierno acerca de los temas de derechos humanos en las Naciones Unidas, siendo un país que tiene un fuerte activo en el tema, es que trata de que ese activo se mantenga. Primero, tener la misma vara para medir la violación de los derechos humanos sea el país que sea. En segundo lugar: cuando se trata de temas propuestos por la Alta Comisionada que hacen a los derechos humanos, estamos dispuestos a votar en conjunto con los países que sean. Cuando se trata de países, de la acusación contra un país concreto, no votamos nunca en conjunto, sino individualmente. Eso es lo que hizo que cuando se trataba lo de Nicaragua actuáramos individualmente, y con China lo mismo. No actuamos en conjunto cuando se acusa a un país, es una costumbre que nos parece saludable y que la mantenemos.

- ¿Cuál es la diferencia con el voto a favor de investigar a Israel?

- ¿Cuál es la diferencia? Eso era una investigación a dos partes, no estábamos juzgando a un país. La resolución era mucho más liviana que las declaraciones orales de (Michelle) Bachelet, que eran fuertísimas. Nosotros votamos a favor de una investigación a ambas partes, que francamente nos parece muy difícil que se pueda hacer, pero era una manera de expresar la preocupación por las violaciones a los derechos humanos de ambas partes.

- ¿No la ve como una investigación viable entonces?

- Nos parece difícil investigar las acciones de Hamas y nos parece muy difícil que las Fuerzas Armadas israelíes permitan una investigación que nunca la permitieron.

- Más allá de hablar de la decepción de Estados Unidos con Argentina, imagino que tendrá otros temas para tratar con el secretario Blinken.

- Esa reunión va a ser el martes 29 a las 12:00 en Matera, una ciudad del sur de Italia, cerca de Bari. Sí, con 39 grados para un día de trabajo. Vamos a conversar de Nicaragua a fondo, y en general de la política de acercamiento a América Latina. de cómo lo ve. Yo ya he conversado dos veces con él, pero por teléfono. Es una cabeza amplia, mucho más amplia que la de Pompeo. Se interesa mucho más en lo que uno dice. Con él no he hablado de Venezuela. He hablado de Bolivia, en el mes de abril, y ahora de Nicaragua. Pero todos los temas están abiertos.

- ¿Llegará en Italia el momento de hablar de Venezuela?

- ¿Cuál es mi impresión? Algo que yo creo que el secretario Blinken ya sabe, que es que somos una democracia, somos pacíficos, tratamos de no ser ideologistas, sino de tener más bien en cuenta nuestros intereses nacionales,. Tratamos de no meternos demasiado con los demás, pero al mismo tiempo estar muy alerta en temas como derechos humanos, género, medio ambiente, que es un tema que va creciendo y que a Estados Unidos le importa cada vez más. Hemos hecho un aporte al tema del cambio climático que ha sido muy valorado.Esos son los rumbos que vienen y es posible que Venezuela y Nicaragua, siendo temas importantes, sean puestos a un costado frente a la necesidad de colaborar en el nuevo rumbo: cambio climático, los efectos de la pandemia, vacunas, producciones nacionales de vacunas, endeudamiento, la post-pandemia, los países de renta media... Yo estoy de acuerdo con que haya 500 millones de vacunas que Estados Unidos dona a decenas y decenas de países que son pobres, pero queremos que también haya, y lamentamos que no esté Venezuela, una política para los países de renta media. El conjunto de países de renta media tiene más pobreza en total que los países pobres.

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