El engranaje electoral nacional con eje en la provincia de Buenos Aires ya está armado y en funcionamiento. Pero, desde la perspectiva de algunos actores del Frente de Todos, faltan piezas. Los intendentes de algunos de los municipios de clase media del conurbano que responden al PJ le plantearon al gobernador Axel Kicillof que se los convoque a la mesa nacional de campaña que empezó a funcionar en La Plata, donde están representadas las cabezas de la coalición y jefes comunales de la populosa tercera sección electoral.
En ese cónclave donde se definen los lineamientos de la campaña, que se inauguró hace tres semanas, tienen silla Kicillof, el jefe del interbloque oficialista de la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, el presidente de la Cámara, Sergio Massa, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Pero también, dos intendentes de la tercera sección electoral: Fernando Espinoza, de La Matanza; y Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora.
La presencia de los intendentes del sur del conurbano viene causando malestar entre los jefes comunales de la Primera Sección Electoral, que abarca el corredor norte y oeste del conurbano, donde el oficialismo tiene menos peso en comparación con la gigante y poderosa Tercera Sección, pero se siente digna de reconocimiento en el comando de decisiones.
Esta semana, en una reunión de gestión que terminó transformándose en una plataforma de discusión política, los intendentes de la primera sección electoral le plantearon a Kicillof su disgusto por la exclusión de sus distritos del comando electoral. En el encuentro, que tuvo lugar el miércoles, además de Kicillof y la ministra de Gobierno, María Teresa García, estuvieron Juan Zabaleta (Hurlingham); Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Fernando Moreira (San Martín), Ariel Sujarchuck (Escobar), y Gustavo Menéndez (Merlo).
Algunos de los presentes reclamaron representación en el comando donde se definen los lineamientos de campaña del Frente de Todos. “Es simple: si ponés a dos de la tercera, tenés que poner a dos de la primera”, dijo a Infobae uno de los participantes. “El sur del conurbano se da por descontado como que es nuestro, de Cristina. Pero tenemos un problema si no miramos a la franja de la clase media del norte y el oeste. Si se nos escapan esos votantes, corremos el riesgo de perder la elección”, dijo el jefe comunal, convencido de que su reclamo no solo fue escuchado, sino que será tenido en cuenta y aplicado.
Participar del comando electoral les brinda a los intendentes herramientas para llegar con un mejor diagnóstico de la situación nacional y bonaerense al territorio, pero sobre todo, para participar de la mesa de decisiones sobre los lineamientos de la campaña, así como de la distribución de recursos económicos, y simbólicos, como la realización de actos e inauguraciones. No estar presentes los excluye de la información que se maneja en la mesa central, y los imposibilita de llevar agua a sus molinos, con el fin último de conseguir más concejales en sus distritos, sumar apoyos para el segundo tramo de la gestión, y posicionarse de cara a sus planes en 2023.
Los argumentos desde los municipios de la primera se centran, lisa y llanamente, en el caudal de votos. “En conjunto nosotros tenemos un peso similar al de la tercera. Si bien ellos tienen más población, la nuestra creció mucho. En la última elección, aportamos una diferencia de 500 mil votos. Ellos tienen más gente, pero nosotros tuvimos una diferencia mayor. No podemos no estar”, argumentaron cerca de un jefe comunal, quien dio por sentado que se los sumará.
Hay cierto apuro. La mesa nacional de los lunes se reúne cada quince días. El lunes pasado no tocaba, y como el próximo es feriado, el siguiente encuentro sería recién el 28. Es decir, muy cerca ya de julio, a menos de un mes del cierre de listas, que tiene límite el 24, y a dos meses de las PASO.
Otro barón, que también se mostró optimista sobre la integración a la mesa electoral, resumió el pedido: “El fuerte de peronismo está en el conurbano, básicamente en la primera y la tercera. Y en la primera es donde la oposición tiene más municipios, estamos rodeados. Necesitamos que nuestra sección tenga la preponderancia y la energía para terminar de definir en nuestro favor esta elección, que ya es difícil, porque a ningún oficialismo le fue bien en la región”, explicó.
En la gobernación escucharon la exigencia, pero aún no brindaron una respuesta. En La Plata creen que la primera sección ya está representada a través del exintendente de San Martín, Gabriel Katopodis, que participa en calidad de ministro, pero puede contarse como representante de la primera sección porque el municipio quedó en manos de su delfín Fernando Moreira. “Axel no comentó nada todavía, va a ser una decisión conjunta, de Máximo, de Wado, de Massa, de Kato y de Cafiero ”, dijo una fuente cercana al gobernador.
El pedido está atravesado por la histórica tensión entre los barones del conurbano de la primera sección, que tiene un perfil de votantes de clase media y es menos densa a nivel poblacional; y la tercera, donde el nivel adquisitivo de los vecinos es inferior y el caudal de ciudadanos es superior. La integran, además de La Matanza y Lomas de Zamora; Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lanús, Lobos, Lomas de Zamora, Magdalena, Presidente Perón, Punta Indio, Quilmes y San Vicente. La mayoría, distritos peronistas.
El reclamo aparece después de la ebullición del conflicto que se arrastró por meses por el desembarco de Máximo Kirchner en el PJ bonaerense, finalmente postergado hasta diciembre para calmar las aguas durante las elecciones.
El intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, principal oponente al jefe de La Cámpora, tiene buena relación con el actual conductor del partido a nivel provincial, Gustavo Menéndez, uno de los jefes comunales que pide injerencia en esa mesa. Sin embargo, en el entorno del presidente del PJ bajaron el tono a cualquier vínculo entre el pedido y esa pelea. “Los que hacen análisis basados en disputas políticas no nos conocen a los peronistas”, dijo el sábado un hombre de vínculo estrecho con el intendente, mientras se celebraba, se forma virtual, el congreso partidario. Presidido por Espinoza, con un discurso de cierre de Máximo Kirchner que se basó en las críticas a Mauricio Macri y un cuestionamiento a “los egos en política”, fue presentado como “el Congreso de la Unidad, el primer gran paso hacia las elecciones que da el peronismo bonaerense”.
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