Jesús Rodríguez habla tranquilo. Se explaya y contextualiza sus definiciones. Lleva muchos años en la política y fue protagonista de momentos históricos. Fue miembro de la Coordinadora Radical, el grupo de la juventud de la UCR que llegó al poder de la mano y empujando a Raúl Alfonsín a la Casa Rosada, gobierno del que fue, poco tiempo, ministro de Economía. En 1983 y con 28 años fue electo diputado nacional y hasta participó como constituyente en la reforma de la Constitución en 1994.
Hoy sigue militando en el radicalismo y preside la Auditoría General de la Nación, la oficina que está analizando los contratos de compra de vacunas. Asegura que la Argentina “no ha gestionado de manera exitosa” la pandemia, que la discusión política requiere “un salto de calidad” y que aunque muchos comparan a La Cámpora con la Coordinadora, la diferencia principal es que los primeros nacieron “en la dictadura” y los segundos “en el poder, en la Casa Rosada”.
- ¿Cómo observa la situación del país en la particularidad del contexto de la pandemia?
- La particularidad está dada por una situación de excepción que es la pandemia que afecta a todo el mundo y que en la Argentina no se ha gestionado de manera exitosa y eso no es una opinión, son datos. La Argentina triplica la caída económica que sufrió el mundo de acuerdo a los datos del FMI, tiene tres veces el número de fallecidos por millón de habitantes que tiene el mundo y al mismo tiempo sufrió un confinamiento superior al resto de los países de acuerdo a un estudio de la Universidad de Oxford. La pandemia nos afectó a todos, y la Argentina está en el cuadrante de aquellos que gestionaron la pandemia con resultados no satisfactorios.
- Desde el punto de vista de la economía. ¿Cuánto es por la pandemia y cuánto porque el punto de partida era muy bajo?
- La Argentina en diciembre de 2019 tenía una situación de variables fundamentales de la economía controladas. Con un déficit fiscal controlado y con una situación de cuentas externas controladas y debía avanzar en un proceso de renegociación de la deuda. Pero estaban las bases para poder avanzar y crecer, y eso no se verificó.
El punto de inicio fue con las dificultades propias de la Argentina en un contexto de problemas estructurales, el punto de inicio de la administración del presidente Alberto Fernández era manejable y administrable.
- ¿Cómo se puede salir de esta situación?
-La Argentina tiene que afrontar el desafío del estancamiento económico y para eso tiene que crecer y el crecimiento va a aminorar el problema de la desigualdad y la pobreza. Para eso el programa tiene que sustentarse en calidad institucional, integración al mundo, competitividad económica, cohesión social y ejemplaridad de los gobernantes.
- ¿Cree que las figuras de la política local son ejemplares?
- Cuando alguien dice primer magistrado, es el primer maestro, así que tienen que ser ejemplares. Es un mensaje simbólico al resto de la sociedad
- Las figuras más fuertes de la política local como Mauricio Macri o Cristina Kirchner, acumulan denuncias, por lo que se podría entender que no existe esa ejemplaridad
- Por eso estoy orgulloso de haber formado parte de un gobierno de un presidente ejemplar como fue Alfonsín. El ejemplo para todas las generaciones fue Alfonsin, reconocido mundialmente, no se repitió, por su conducta, su capacidad de diálogo y su tolerancia política.
- ¿Cómo cataloga a la administración de Alberto Fernández?
- Esta administración tiene un problema congénito que es la anomalía derivada de que el centro del poder no está en la Casa Rosada y eso significa que los grados de libertad que tiene el Presidente está condicionado por los múltiples actores con capacidad de veto que existen en su fuerza política.
- ¿El poder está en el Instituto Patria?
- No sé dónde. Está en la fuerza política que tiene una visión movimientista que descree de la división de poderes, del control entre los poderes y de la rendición de cuentas.
- Usted fue ministro de Economía, ¿qué opinión tiene del trabajo de Martín Guzmán?
- Las intenciones del Ministerio están limitadas y condicionadas por la debilidad del poder político. Y la capacidad de veto que tienen muchos actores que integran el movimiento que gobierna. No tiene a la mano los instrumentos que las buenas prácticas de políticas económicas recomiendan. Falta una visión de futuro, un esquema de largo plazo y una política consistente en todo el espectro económico
- ¿Cómo observa hoy la discusión política?
- La discusión política requiere de un salto de calidad donde se discutan más argumentos que las frases hechas, y que se pongan en valor los razonamientos y las evidencias antes que las intuiciones y las agresiones.
¿Entiende que hoy la política es muy agresiva?
- La veo con pocos argumentos y muchas consignas. Me parece que hace falta que entendamos que los problemas que enfrenta la Argentina no los vamos a encontrar en soluciones del pasado. La Argentina necesitaba antes de la pandemia y sobre todo luego, con los cambios que la pandemia introdujo en el mundo, una discusión que concentre los debates en una agenda de futuro y no en una cultura de restauración de algún momento del pasado.
- ¿Esto se puede hacer con Mauricio Macri o Cristina Kirchner? ¿La dirigencia tiene la capacidad de tener esa discusión?
- Más que las personas me interesan las instituciones. Y las instituciones relevantes en una sociedad democrática son los partidos políticos. Y las naciones que han podido superar momentos difíciles fue porque tuvieron un sistema político a la altura de las circunstancias, por eso es tan importante entender la dimensión institucional que tiene las causas de la decadencia argentina.
- Hoy los partidos no convencen o no alcanzan
- Esta es una era de coaliciones, en el mundo. Las sociedades modernas, contemporáneas, complejas, diversas, conflictivas, requieren de coaliciones para formular los programas que se someten a la consideración pública. En la Argentina el último presidente que fue elegido por un solo partido político fue Raul Alfonsín en 1983 y es inimaginable volver a una situación de esa calidad. El presente y el futuro muestran que es una era de coaliciones que tienen que formular un programa para ofrecerle a la sociedad.
- En 1983 surgía con fuerza, y con mucha crítica de los “viejos” en la UCR, la Coordinadora Radical formada por buena parte de la juventud del partido que aparecía al lado de Alfonsín. Hoy ese rol parece tenerlo La Cámpora. ¿Son similares o son diferentes las agrupaciones?
- No son comparables. Primero, la Juventud Radical surgió en la dictadura y La Cámpora surgió del poder, desde Olivos y desde la Casa Rosada. Además, la juventud no es algo etario sino que se relaciona con la capacidad de pensar los problemas y sus soluciones con una visión de futuro y un ejemplo de eso es Luis Brandoni que tiene 80 años y es más joven que algunos que sus DNI dice 33 millones.
- ¿Brandoni debería ser el candidato de la UCR porteña?
- Con Brandoni, Ricardo Gil Lavedra, Adolfo Rubinstein, Facundo Suarez Lastra, integramos un nucleamiento dentro del radicalismo que se llama Adelante Ciudad que vamos a competir en las PASO para fortalecer Juntos por el Cambio y para ofrecerle a la sociedad una mirada de futuro. Este núcleo está muy entusiasmado con la posibilidad de que el doctor Facundo Manes sea candidato a diputado.
-¿El progresismo del radicalismo no queda licuado dentro del conservadurismo del PRO?
- Me resulta vulgar los que piensan de esa manera porque desconocen que la historia del radicalismo está anclado en dos valores: la libertad y la igualdad; que son valores permanente que deben ser actualizados con las ideas de este tiempo.
- La UCR solía quejarse respecto del papel en la administración Cambiemos. ¿Qué rol cree que tiene que tener en Juntos por el Cambio?
- Nosotros estamos convencidos de que la coalición que integramos debe mejorar su funcionamiento dándose reglas claras y preestablecidas y compartidas. Estamos trabajando en la formulación de la visión de la Argentina, las bases conceptuales que vamos a sostener como coalición en la próxima elección. Y estoy seguro que el radicalismo tendrá grados crecientes de protagonismo político en el futuro en Juntos por el Cambio.
- ¿Para ganarle al kirchnerismo hay que ampliar la coalición a los sectores del peronismo no k?
- En una gestión de gobierno tiene que haber una composición muy amplia capaz de darle soporte político a un programa de transformación y de futuro del país.
- ¿Cómo encontraron la AGN?
-Cuando entramos nos tuvimos que hacer cargo del proceso de digitalización de los procedimientos que permitieron cumplir con nuestra misión constitucional. Esto se hizo con un gran esfuerzo de todos los funcionarios lo que hizo que en 2020, con procesos de virtualidad, se aprobaron casi la misma cantidad de informes que en 2019 y que, además, la Auditoría presentara por primera vez en tiempo y forma sus balances contables con una auditoría interna y una externa.
Las circunstancia de la pandemia impidió mucho trabajo presencial, conocer a los auditores y el trabajo con los auditados. El aislamiento impidió en muchos aspectos los trabajos de campo.
- ¿Cómo es el flujo de datos de las dependencias a auditar?
- Nosotros ahora estamos esperando que el Poder Ejecutivo autorice los trabajos de auditoría a partir de que permita el uso del sistema GDE -el sistema documental del Gobierno- y estamos esperando que el Ejecutivo responda favorablemente para que podamos cumplir con nuestra obligación constitucional.
Educación
Jesús Rodriguez es, además de titular de la AGN, el vicepresidente de la fundación Alem, que es el centro de análisis de políticas públicas de la Unión Cívica Radical. Desde ese lugar asegura sentirse “orgulloso” de su trabajo en la entidad y básicamente lo dice por “haber puesto en marcha durante el 2020 una escuela de formación política online, en donde casi 5.000 personas se han capacitado en distintas dimensiones y temas. Hay 12 cursos autoadministrados. Y es un orgullo porque la UCR es el único partido de América Latina que tiene una escuela de formación online de la que puede participar cualquier persona sin importar el partido en el que milite”.
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