La baja del delito en la provincia de Buenos Aires es una bandera que puede enarbolar la gestión de Axel Kicillof y particularmente, el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, para la campaña electoral que se avecina si es que la oposición busca ganar esa agenda. Aunque la contrapartida es la cantidad de “otros hechos cometidos” que son los no prevenibles, como violencia familiar o vecinal, violencia de género y todo lo que sucede en el ámbito familiar, que son superiores a los “delitos tradicionales”.
En enero de este año se registraron -según información que fue aportada por el ministerio de Seguridad bonaerense- 17.463 delitos. Mientras que en mayo ese número bajó a 12.581 registrados. Corresponden a delitos prevenibles que engloban hurtos, robos, asaltos, piratas del asfalto, cuatrerismo, automotores, homicidio y violaciones. La variación representa una baja del 28% desde el primer al quinto mes del año. Sin embargo, a la caída de los este tipo de delitos se le agregan en mayor volumen los considerados “no prevenibles”, como violencia familiar o vecinal, violencia de género y todo lo que sucede en el ámbito familiar.
Así se desprende del informe de 659 páginas que el gobierno bonaerense elaboró para presentar frente a la comisión bicameral de Seguimiento, Fiscalización y Control para la Emergencia.
Los datos duros en la baja de los delitos que se registran en la antesala de la campaña electoral para el Frente de Todos asoma como un reaseguro para el oficialismo. A diferencia de otras elecciones de medio término, la inseguridad no gana hoy como tema de debate como sí lo es la inflación o, claro, todo lo que engloba la pandemia y post-pandemia.
Por ejemplo, un estudio de Proyección Consultores con cierre al 10 de junio da cuenta que sobre 1.229 casos, reclutados mediante puntos muestra geolocalizados en la provincia de Buenos Aires, la inseguridad está en el quinto lugar de preocupaciones. La primera, con el 29,4%, es la inflación y el alto precio de los alimentos. Le siguen el desempleo (falta de empleo, quedarse sin trabajo, bajos salarios), la corrupción (falta de transparencia en el gobierno) y el coronavirus (posible contagio).
Contrastado con una encuesta nacional de Acierto Consultora, la inseguridad también está por detrás de otras preocupaciones. En este estudio, la inflación está en el primer puesto, seguido por desempleo, la cuestión de la salud (incluyendo coronavirus) y la pobreza. Recién detrás de estos ítems aparece la inseguridad.
Esta semana Cristina Kirchner dio algunas señales de cuál será la línea discursiva del oficialismo. Desde La Plata donde inauguró un edificio del Hospital de Niños, la Vicepresidenta habló de la libertad que otorga la vacuna, destacó el plan que lleva adelante el gobierno de la provincia de Buenos Aires y criticó las obras que paralizó la gestión 2015-2019. En este punto el gobernador fue más vehemente.
La vacunación y lo hecho en el marco de la pandemia será entonces uno de los puntos que resaltará el Frente de Todos. En el gobierno de Kicillof dicen que a la batalla discursiva hay que agregarle los proyectos de infraestructura reactivados y los propios. Este viernes, el mandatario fue hasta General Paz y encabezó la entrega de 53 viviendas. El martes está previsto que vaya al conurbano norte donde entregará patrulleros para los municipios de San Fernando y Tigre. Lo recibirán los intendentes Juan Andreotti (San Fernando) y Julio Zamora (Tigre).
Los patrulleros que viene entregando la Provincia surgen del Programa de Fortalecimiento de la Seguridad anunciado por el Gobierno nacional es un complemento que suele agregar el gobernador cuando se mete en un terreno escabroso como es la inseguridad. Es una inversión que implica $37.700 millones y contempla la formación de 10.000 nuevos agentes, la incorporación de 2.200 nuevos móviles policiales y la construcción de 4.000 paradas seguras con cámaras y diversos dispositivos de seguridad.
Además, la realización de obras en 96 comisarías de los 24 partidos del Gran Buenos Aires y la construcción de 12 unidades carcelarias con capacidad para alojar a 5.000 internos. En ese punto ya viene avanzando la Provincia. Este jueves la cámara de Diputados bonaerense votó la expropiación de terrenos en Lanús, Ezeiza y Tres de Febrero. Resta la aprobación en el Senado para disponer de algunos de los lugares donde se emplazarán las alcaldías.
Esta semana, el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, le informó a los legisladores oficialistas y opositores que integran la bicameral de Seguimiento, Fiscalización y Control para la Emergencia, que los delitos bajaron. También mostró su preocupación por el nivel en el que se encuentran los delitos no prevenibles. Deslizó que uno de los factores para explicar esta situación se da por el contexto de encierro que se atravesó en algunos momentos de la cuarentena bajo condiciones socio ambientales complejas.
A los datos que el Gobierno sacará a flamear en caso de que la oposición lleve el terreno discursivo hacia la inseguridad hay que sumarle el relevamiento hecho por la Procuración provincial para el período de 2020 que muestran un descenso en casi todos los rubros del delito.
Como publicó Infobae, para el año 2020, los números de causas penales iniciadas establecen que hubo 148.708 robos el año pasado, 37.618 de ellos agravados por el uso de arma. Este último rubro, por ejemplo, bajó más de un 30% con respecto a 2019, que tuvo más de 54.000 expedientes iniciados.
Quién mira estos números con aplomo es el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Luego del fuego cruzado con la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic y algunos episodios que lo pusieron en el ojo de la tormenta como la revuelta de la policía bonaerense entre agosto y septiembre del 2020, el funcionario bajó -un poco- el nivel de exposición y vehemencia que lo caracterizó. Berni no descarta una candidatura, aunque mira más allá que las legislativas de este año. La campaña de medio término asoma como sanitaria y económica.
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