Ayer, al participar de manera virtual en una nueva edición de la Conferencia Internacional del Trabajo, el papa Francisco criticó la corrupción que convierte a los sindicatos en “seudopatronales” y señaló que la propiedad privada es “un derecho secundario” que depende de un derecho primario, que es “el destino universal de los bienes”.
Si bien el Pontífice es un líder global, sus dichos generaron la reacción de referentes locales de distintos ámbitos que entienden que el concepto atenta contra un derecho consagrado en la Constitución Nacional y pone bajo fuego la seguridad jurídica. La mayoría de ellos coincide además con que la propiedad privada como eje del capitalismo le ha permitido desarrollarse al mundo a una velocidad inédita. Y en la historia de la humanidad no han surgido otros modelos que brinden mejores respuestas a las sociedades.
La periodista Cristina Pérez aseguró en el editorial de su programa de Radio Mitre: “Un día de estos viene el Gobierno y anuncia que anula la propiedad privada para siempre porque lo dijo el Papa, y listo.”. Y vinculó la referencia a declaraciones recientes del presidente Alberto Fernández, quien aseguró que no tiene sentido que existían tierras improductivas en la Argentina
“No tiene sentido guardarlo para que el día que se muera, un hijo lo herede. Tiene mucho más sentido volverla productiva hoy, y que en ese lugar alguien construya techo, donde van a crecer sus hijos y sus hijas”, había planteado Alberto Fernández.
“Una autoridad de la Nación cuando se refiere a terrenos, no puede desconocer que el efecto puede ser alentar ocupaciones o usurpaciones. Y lamentablemente la forma en que se maneja el Gobierno abre estos interrogantes”, analizó Cristina Pérez.
Para el diputado Fernando Iglesias de Juntos por el Cambio, las palabras del Papa exhiben “una enorme irresponsabilidad”. “Él sabe bien la importancia de sus expresiones justamente en un momento donde la propiedad privada está en juego en la Argentina con las tomas de pseudo mapuches en el sur y el conurbano”.
Además, se refirió a la falta de prudencia por instalar este tema en la sociedad: “No me parece inocente que el Papa salga a decir lo que dijo en este momento. Claramente está dando su apoyo cuando hay muchas usurpaciones en el país”.
Iglesias acusó al Papa de tener un doble discurso, se refirió a “la hipocresía de ciertos sectores que dicen una cosa y quieren otra” y comparó al Sumo Pontífice con los integrantes de La Cámpora, a quienes “les gusta Venezuela pero tiene el Iphone que se compra en Nueva York”.
A su vez, puso como ejemplo lo sucedido con la pequeña iglesia donde predicaba San Francisco de Asís que fue reconvertida por la Iglesia Católica en una imponente iglesia barroca. “Yo podría aceptar algo así de San Francisco de Asís, no del Papa de una iglesia enriquecida que todavía tiene que aclarar mucho con respecto a sus propias cuentas”, señaló Iglesias a Infobae.
Por su parte, el economista Roberto Cachanovsky consideró que lo que está fomentando el Papa es que haya más pobreza y que la gente le robe al que trabaja.
“Que lo diga Alberto Fernández como Presidente ya es grave y pero que lo diga el Papa, como máximo representante de la Iglesia Católica, es gravísimo en este contexto de la Argentina. Lo que está proponiendo es el robo de las tierras y que los bienes sean de todos. Que los demás tengan derecho a robarte lo que vos tenés gracias a tu trabajo”, indicó a Infobae.
“Sin propiedad privada no hay inversión y sin inversión no hay trabajo, ni crecimiento ni productivad. Lo que está diciendo es que seamos todos pobres. Es una barbaridad, es una inmoralidad”, continuó.
“Está diciendo que que hay que apropiar el fruto del trabajo ajeno. El Papa va en contra de lo que dice la propia Biblia por lo que lo llamo a leer la Parábola de los Talentos. La humanidad prosperó y progresó gracias al capitalismo no al comunismo”, señaló.
El economista José Luis Espert se expresó en el mismo sentido. “El Papa tiene la cultura de la pobreza metida en la cabeza y así nos va”, reflexionó al ser entrevistado en Radio Continental.
“En Argentina estamos tan enfermos que no nos damos cuenta de lo que se está diciendo. Tenemos la mitad de la población pobre porque hay 20 millones de personas recibiendo planes. El plan social es un placebo para la pobreza. No entiendo la cultura del pobrerío del Papa, que negocia con los pobres”, sentenció Espert, quien pronosticó que esas declaraciones dejan allanado el camino para la usurpación de tierras por parte de los pobres o la confiscación por parte del Estado.
Javier Milei dijo que la definición que brindó el Papa sobre la redistribución del ingreso “implica un acto violento basado en el robo y en el trato desigual frente a la ley que va en contra las Sagradas Escrituras”. Y recordó que hay un mandamiento que dice ‘no robarás’.
“Cuando vas al fondo de los valores morales subyacentes en esos criterios tenés un problema. Ese criterio está basado en la envidia y la envidia es un pecado capital. La envidia se convirtió en la excusa para expropiar algo que es fruto del trabajo ajeno . Es algo autoritario y arrogante lo que dijo”, señaló Milei a Infobae.
De acuerdo a su análisis, “la ideas de Francisco para erradicar la pobreza lo único que hacen en multiplicarla”. Y concluyó: “En lugar de generar ideas para promover el amor promueve el odio”.
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