El presidente Alberto Fernández tiene decidido abrir a partir de esta semana dos vacunatorios nacionales que tendrán como objetivo inmediato avanzar en la inoculación del personal esencial que aún queda sin vacunarse.
El Gobierno quiere completar en los próximos días la vacunación, con la primera dosis, del personal esencial que, según los cálculos del Ministerio de Salud, son cerca de 15.000.000 de personas en todo el país. De esa forma, se completaría el primer hito que tiene en la cabeza el Presidente.
Uno de los vacunatorios se instalará en el Centro Cultural Kirchner (CCK), ubicado a pocos metros de la Casa Rosada. El otro estará en Técnopolis, el enorme parque temático que durante la pandemia sirvió como un lugar de aislamiento para los casos leves de coronavirus,
En la actualidad Tecnópolis funciona como vacunatorio del gobierno bonaerense. Aún no está definido si Fernández abrirá un sector interno para que la gestión dependa de la Casa Rosada o si reconvertirá el vacunatorio bonaerense en un vacunatorio nacional.
La intención es que ambos centros de vacunación queden abiertos una vez que se complete la vacunación de los esenciales. Tanto el CCK como Técnopolis tienen la particularidad de que son lugares amplios que podrían recibir un volumen importante de gente cada día.
La decisión de Fernández, y el posterior anuncio, se da en un claro marco electoral que está atravesado por la pandemia y por la gestión sanitaria, uno de los ejes que tienen la campaña del gobierno nacional.
En poco más de un mes se cerrarán las listas de candidatos para las PASO y tanto en el Frente de Todos como Juntos por el Cambio comenzaron a disputar poder en sus respectivas internas. En el oficialismo el operativo de vacunación es una de las claves para ganar la elección.
En la Casa Rosada tienen en claro que a la hora de votar, la sociedad pondrá sobre la mesa la gestión de la pandemia y, en esta última instancia, si está vacunada o no. Incluso han consumido encuestas que marcan como varía la percepción de los potenciales votantes de acuerdo a si recibieron al menos una dosis de la vacuna o no.
Cada vacuna es un voto. Nadie lo dirá tan explícitamente. Pero más allá de la campaña electoral, que atravesará de principio a fin la gestión política de los próximos meses, el Gobierno busca acelerar el plan de vacunación con el fin de encaminar se una nueva normalidad sin tantas restricciones.
Menos medidas restrictivas impactan en el ánimo de la población y, sobre todo, en la actividad económica. Además, la vacunación reduce el nivel de contagios y la tasa de mortalidad, que en Argentina siguen siendo muy altas. El país, hasta el momento, tiene vacunado al 30% de la población con una sola dosis.
Por eso vacunar con mayor celeridad es el gran objetivo del gobierno nacional. Antes el problema era la falta de vacunas, desde hace tres semanas ese inconveniente parece haber quedado en el olvido. Las vacunas compradas de Sinopharm, AstraZeneza y Sputnik V compradas por Fernández comenzaron a llegar con mayor frecuencia.
Según estipulan en Balcarce 50, cada vez llegarán al país entre 7 y 8 millones de dosis por mes. Con esa cantidad, podrían vacunar a un promedio de 300.000 personas por día. En un mes son 8.000.000 millones de dosis aplicadas. Con ese cálculo, se ven terminando la vacunación de los mayores de 18 años antes de que llegue la primavera.
La última actualización del Monitor Público de Vacunación marca que en el país se aplicaron 16.382.043 de dosis, de los cuales 13.043.304 son primeras dosis y 3.338.739 son segundas dosis. El Gobierno está cerca de completar las primeras dosis de todos los esenciales y ese será el primer logro después de haber comenzado el plan de vacunación la última semana de diciembre de 2020.
El Gobierno tiene ejes electorales: avanzar en el plan de vacunación, dar muestras de una incipiente reactivación económica y mantener la unidad de la coalición después de múltiples cortocircuitos internos que hubo a lo largo del primer año y medio de gestión.
El primer eje es central porque se trata de la vida de la gente. En el oficialismo lo entienden así. Cada vacuna es, potencialmente, una vida que se salva en medio del brutal impacto de la segunda ola de Covid-19. En ese contexto, Fernández sigue al detalle el plan de vacunación y la compra de dosis.
En Balcarce 50 confían en cerrar las negociaciones con el Janssen por la vacuna de Johnson & Johnson en pocos días. “Están avanzadas las gestiones”, repiten puertas adentro de la Casa Rosada. Lo mismo ocurre con las vacunas de Moderna.
Hace pocos días la ministra de Salud, Carla Vizzotti, autorizó el uso de emergencia de la vacuna de Convidencia, de la empres Cansino, con la que el Gobierno plantea avanzar en un acuerdo por 5.400.000 millones de dosis. En paralelo, Fernández espera en la segunda quincena de junio el Laboratorio Richmond empiece a liberar las vacunas Sputnik V producidas en Argentina.
Cada noticia de avance en la provisión de vacunas o el plan de vacunación será comunicada como un paso adelante en la gestión de la pandemia que lleva adelante el Jefe de Estado desde marzo del año pasado. Gestión que jugará un rol trascendental, según estiman en el Gobierno, en el momento que los argentinos decidan quién debe ganar las elecciones legislativas de este año.
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