La felicidad nunca es completa. Mientras Alberto Fernández y el Gobierno acumulan una infrecuente cantidad de errores no forzados en las últimas semanas, en Juntos por el Cambio muchos temen que los beneficios de los traspiés oficialistas no se trasladen exactamente a los votos que logrará la oposición. Lo que inquieta cada vez más es que las consecuencias de la pelea entre los líderes del PRO afecte a la coalición en las elecciones.
Por eso todos esperan lo mismo: una reunión cumbre entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, los padres de la grieta en JxC, que pueda resolver las diferencias que hoy mantienen al borde de un ataque de nervios a la dirigencia opositora. “Hablan todas las semanas. Nunca se cortó el diálogo entre ellos”, aseguró a Infobae alguien que los conoce de cerca. ¿Por qué, entonces, no llegan a acuerdos mínimos que eviten los enfrentamientos?
El gran nudo político que alimenta la tensión interna son las candidaturas en la Ciudad de Buenos Aires: hasta ahora persiste el desacuerdo para liderar la lista y la perspectiva de que las diferencias entre el ex presidente y el jefe de Gobierno se diriman en las PASO se transforma en un dato políticamente explosivo. En el fondo, está en disputa quién ejerce el liderazgo opositor. Y también está en juego la estrategia que debe seguirse para sumar más fuerza en el Congreso a partir del 10 de diciembre y hacerle frente a un kirchnerismo que, a juicio de JxC, avanza con una impronta antirrepublicana.
Por eso dicen que Macri no fue al encuentro presencial de Juntos por el Cambio, el martes pasado, aunque dio una excusa formal sobre el faltazo: piensa que primero él debe llegar a un acuerdo con Rodríguez Larreta y que un contacto con tantos dirigentes dispersa el objetivo que tiene en mente y que podría sintetizarse así: sin 2021 no hay 2023. Es decir, si ahora no potencian el mensaje opositor y ofrecen los mejores candidatos, hay Cristina Kirchner para rato.
El ex presidente se muestra muy activo en sus oficinas de Olivos, en las que recibe a dirigentes de todo el país y va armando el mosaico de candidaturas para mostrar su vigencia y ponerle su sello a la estrategia electoral. No descree de los acuerdos para definir las listas, aunque está convencido de que las PASO pueden ser la mejor herramienta para que la gente opine si los duros o los moderados son los mejores intérpretes del electorado opositor.
En Córdoba, el ex presidente bendijo públicamente a Gustavo Santos, ex ministro de Turismo de su gobierno, como candidato a senador nacional de Juntos por el Cambio en estas elecciones e incluso lo elogió como un futuro candidato a gobernador para 2023, en una definición que seguramente será resistida por la UCR. Por las dudas, Macri aseguró que a la oposición “le sobran” postulantes en la provincia que gobierna Juan Schiaretti y dio otros nombres de opositores cordobeses con potencial electoral como los del radical Rodrigo de Loredo y dos exponentes del PRO, Luis Juez y Eduardo “Gato” Romero.
Para Santa Fe, Macri respalda la candidatura a senador nacional de Federico Angelini, diputado nacional y vicepresidente del PRO, una de las figuras en ascenso del partido que incluso logró el consenso tanto de Rodríguez Larreta como de Patricia Bullrich, aunque el desafío será evitar la compulsa interna en Juntos por el Cambio con el radical José Corral. En Entre Ríos, el ex presidente está dispuesto a apoyar para liderar la lista de candidatos a diputado a su ex ministro del Interior Rogelio Frigerio, con quien tiene una mala relación, pero, pragmático, admite que es la mejor figura provincial del espacio.
Las definiciones, por supuesto, se frenan en el distrito porteño y en la Provincia de Buenos Aires, donde Macri y Rodríguez Larreta siguen esperando a María Eugenia Vidal. El ex presidente le sugirió que liderara la lista bonaerense, mientras que el jefe de Gobierno la tentó con encabezar la nómina de la Ciudad de Buenos Aires para frenarle el paso a Bullrich. Nadie sabe qué resolverá, pero muchos dan por sentado que la ex gobernadora terminará compitiendo en la Capital, como una primera escala de su proyecto presidencial en 2023. Incluso se asegura que para aceptar la oferta de Rodríguez Larreta le pidió más lugares en la lista de candidatos a diputado y designar gente propia en dos ministerios porteños, Justicia y Seguridad.
Si Vidal es candidata en la Ciudad significa que habrá una dura batalla con Bullrich, sostenida por Macri, para determinar quién encabeza la nómina. La perspectiva de que compitan en las PASO le sienta mejor a la presidenta del PRO que a la ex mandataria bonaerense: aun perdiendo se estima que obtendrá un porcentaje importante de los votos del electorado duro porteño. No es una buena noticia para un Rodríguez Larreta que quiere ser Presidente en 2023.
De todas formas, las negociaciones para intentar un acuerdo en la Ciudad se mantienen: esta semana se realizará el cuarto encuentro entre el jefe de Gobierno y la ex ministra de Seguridad. Cerca de Bullrich aseguran que están preparados para la guerra, pero admiten que sería ideal algún entendimiento con Rodríguez Larreta para que no queden secuelas traumáticas de una pelea que promete ser virulenta, en medio de un momento del país en el que los efectos de la pandemia y la crisis socioeconómica son mucho más preocupantes que los enfrentamientos personales entre los dirigentes.
En el entorno de Rodríguez Larreta insisten en que el jefe de Gobierno “no maneja” a Vidal y que la decisión que tomará en materia electoral depende exclusivamente de ella. “No descartamos nada”, afirman, al aludir incluso a la posibilidad de que la ex gobernadora resuelva no competir en estos comicios.
Las miradas también apuntan a Vidal para resolver el dilema bonaerense de Juntos por el Cambio. Hay consenso en que sería la mejor candidata que puede ofrecer la coalición en la Provincia y en que es la única que puede alinear un frente interno muy dividido. Larreta insiste en mudar al vicejefe porteño, Diego Santilli, para que lidere la nómina provincial, una iniciativa resistida por el intendente de Vicente López, Jorge Macri, en tándem con su primo y Bullrich. Aquí, además, apuesta fuerte Elisa Carrió, que quiere encabezar la nómina sin el pleno consenso de sus pares, mientras hay que sumar el peso de la UCR, que puede ofrecer el nombre del neurocientífico Facundo Manes como un postulante que podría evitar dirimir todo en unas PASO de alto riesgo.
Antes que para enfrentarse al Gobierno, Juntos por el Cambio se prepara para dar una batalla mucho más compleja e impredecible. Hay mucho en juego y los principales dirigentes sólo hablan de los riesgos de un enfrentamiento interno, pero se perfila un horizonte lleno de incertidumbres.
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