Tomás Mosciatti: “Chile puede caer en una crisis y en un populismo muy superior al de Argentina”

El director de Radio Bío Bío compartió su mirada sobre la tensión institucional que enfrenta su país en una entrevista con Infobae. La desigualdad como causa de la caída de un modelo que permitió sacar de la pobreza a millones de ciudadanos. Reparte culpas por igual entre políticos y empresarios. Por qué habla del mal ejemplo argentino

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Tomás Mosciatti con Infobae

Tomás Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de la radio Bío Bío, en Chile. Le gusta definirse como un “hombre de radio” empecinado en servir a las audiencias y para eso evita ubicarse en la izquierda o la derecha. Tampoco en el centro. “Mi padre definía que ser una persona de radio era ser experto en gente, nada más: entender a la gente y al público. Trato de seguir ese camino”, asegura en diálogo con Infobae.

Con 61 años, este abogado que nunca ejerció como tal y abrazó de niño el periodismo, nació en Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, la capital del país. Fino analista, propone una mirada crítica sobre la realidad política, económica y social no sólo fronteras adentro, sino que se permite desplegar una mirada sobre la región y, sobre todo, señalar un peligro inminente: ser como Argentina. “O peor”, se rectifica. Repite en el reportaje varias veces las palabras “enorme y gigantesco” para tratar, quizás, de condensar de una vez el momento histórico que atraviesa Chile.

Lo impactante es que su país muestra en cámara lenta -aunque por momentos se acelera de manera endemoniada- cómo un modelo que fue exitoso en sacar a millones de la pobreza no alcanza para las demandas sociales actuales. La desigualdad y el incumplimiento de las promesas de vivir mejor, a juicio de Mosciatti, horadaron lenta pero persistentemente las bases del pacto social que permitió al país salir del pinochetismo. Es un caso singular en América Latina, porque la democracia, allí, sí significó la mejora en la calidad de vida. Pero no alcanzó.

Tanto no alcanzó, que los chilenos, con el voto, casi que barrieron del tablero político a los partidos tradicionales que durante más de 30 años gobernaron el país y eligieron a una mayoría de dirigentes que estaban en los márgenes del centro político. Militantes sociales, independientes, ecologistas, referentes de los pueblos originarios, comunistas y otros líderes con escasa o nula experiencia política serán los encargados de redactar una nueva Constitución, la Ley Fundamental, el pacto social básico de una sociedad. ¿Es un salto al vacío?

Tomás Mosciatti: su mirada sobre la desigualdad, los jóvenes y las redes sociales

Evocando, no sin insolencia, a Vargas Llosa y su “¿en qué momento se había jodido el Perú?”, Infobae pregunta “¿qué le pasó a Chile?”, y la respuesta, extensa, empieza a poner un zoom sobre la interpretación de un momento excepcional en la historia chilena.

- Chile tuvo un desarrollo espectacular. La clase media, hace 25 años, era un 23%, aproximadamente, y hoy es un 58%. Chile alcanzó el mayor PBI per cápita de América Latina, el segundo ingreso per cápita de América Latina después de Panamá. La pobreza se redujo al 8%, cuando era el 38% cuando empezó la democracia. Estas son cifras indesmentibles: todos vivimos mejor, todos. Pero ocurrió, como lo indican estudios, que las personas prefieren vivir con mayores restricciones si es que hay menos desigualdad que con mayores bienes y mayor desigualdad. La desigualdad que se vio en Chile es enorme.

Mosciatti es muchas cosas más que el director y propietario de Bío Bío porque los análisis que comparte con su audiencia, por radio y televisión, son escuchados con atención en el gobierno de Sebastián Piñera, en la oposición y en el mundo empresarial. Con sus lentes y tiradores -una costumbre atávica que heredó de su abuelo italiano- dispara críticas y le adjudica responsabilidad por el presente a los políticos del oficialista Chile Vamos, la coalición de centroderecha de Sebastián Piñera, y a los sucesores de la Concertación, de la centroizquierda que entronizó cuatro presidentes desde 1990.

La mirada de Mosciatti se posa sobre los jóvenes, que impulsaron un cambio cultural definitivo. Crackearon el sistema saltando molinetes en el metro y generaron una onda expansiva que, en el final del camino, se llevó puesta la Presidencia, primero, la política y la Justicia, después, y ahora la Constitución. Su descripción impone evitar cercenamientos:

“Los jóvenes hoy en día no quieren tener auto, no sueñan con tener un auto. Hoy en día, los jóvenes no saben manejar. Antes, lo primero que uno quería era aprender a manejar y ellos no sólo que no saben, sino que no les interesa. Los jóvenes ahora no se casan ni quieren tener hijos. Los jóvenes ahora prefieren vivir en un departamento pequeño con un gato, tienen incorporado el medio ambiente y la protección de la ecología, lo tienen en su estructura mental. Los jóvenes no quieren hablar de crecimiento. No les interesa cuánto crecimos el año pasado, como tampoco les interesa mucho escuchar hablar de ahorro o de inversión. La palabra inversión no les hace mucho sentido. Por lo tanto, el cambio que se está viviendo entre jóvenes y personas mayores es enorme. Es enorme en cuanto a las perspectivas y a lo que cada uno quiere del país y eso tiene consecuencias políticas y económicas”

El director de radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, y una mirada crítica sobre la realidad política de Chile. (Foto gentileza)
El director de radio Bío Bío, Tomás Mosciatti, y una mirada crítica sobre la realidad política de Chile. (Foto gentileza)

Con este paisaje de fondo, Mosciatti aborda las preguntas, en un reportaje por Zoom de casi una hora:

- ¿Cómo puede entender alguien que no es chileno de lo que ha ocurrido en su país?

- Lo que ha pasado en los últimos meses en Chile es una caída institucional gigantesca: en Chile cayó la Constitución, entera. Cuando cae una Constitución cae todo el sistema. En Chile cayó el Tribunal Constitucional, posiblemente el tribunal más importante del país y en cualquier país donde existe. En Chile cayó el Congreso y también la Presidencia de la República. Es el sistema nuestro muy presidencialista, con muchas facultades, pero en este momento está gobernando el Congreso interpretando la Constitución a su manera y por eso cayó la Constitución, por eso estamos viviendo un parlamentarismo de facto. Es muy grave todo eso. Cayeron todas las instituciones y cayó el sistema político en forma gigantesca. Pero, además, cayó el centro político, porque quienes gobernaron después de Pinochet fueron una gran coalición de centroizquierda, de centro izquierda, que en las últimas elecciones casi no tuvo votos. (NdR: la oficialista Chile Vamos tampoco logró una buena performance)

- Usted plantea que en Chile el clivaje que ordenó la política es “neoliberalismo vs anti neoliberalismo” y en esa competencia, ganó la segunda opción. ¿Cuándo piensa que se originó la crisis política que vive Chile?

- El anti neoliberalismo en Chile nace cuando ganó Piñera por primera vez (en 2010) y toda la izquierda dijo: “Está todo mal”. Y lo dijeron porque creen tener una supremacía moral, una supremacía ética, nadie que es de derecha tiene la posibilidad de gobernar porque algunos de ellos, no todos, estuvieron con Pinochet, por lo tanto una dictadura que violó los derechos humanos tiene que manchar a toda esa gente. Por lo tanto, uno podría colegir, que ellos pretendían también una democracia más bien artificial, porque si pretendían que nunca pudieran ganar los adversarios es una democracia artificial.

- Sin mayoría de los partidos tradicionales, ¿qué espera de los constituyentes que fueron electos?

- No lo sé. Es una pregunta que no sé contestar. Hay gente nueva, sin experiencia, gente que proviene de organizaciones sociales de base. No sé cómo va a ser la nueva Constitución. Hay varias teorías: algunos dicen que la clase política, los políticos que fueron elegidos, van a ser una base importante porque tienen experiencia y tienen experiencia en legislar. Son políticos y más allá de las distintas tendencias podrían formar una bancada importante que pueda influir. Yo no lo sé, principalmente porque estamos bajo una experiencia nueva: nunca una Constitución en Chile se había redactado con personas elegidas de esta manera, pero además, en el mundo, esta va a ser la primera Constitución que se va a redactar al ritmo de las redes sociales. Y, por lo tanto, esta es una experiencia absolutamente nueva. Porque los políticos son muy sensibles a lo que se dice en las redes sociales.

- Suele hacer referencia al impacto negativo que tienen las redes sociales en los países y entre los dirigentes ¿Cuál es su mirada sobre este tema?

- Lo que han logrado las redes sociales es transformar a la gente en fanática de sus propias convicciones, bombardeándonos todos los días con ideas afines. Nos encontramos ahora con muchos fanáticos y los ‘pobres políticos’ están expuestos a esta turba que está ahí y no saben qué hacer, porque viven de ellos, porque viven de los votos. Están desesperados porque muchos de ellos son cobardes y no son capaces de enfrentar todo esto y mantener sus convicciones. No quieren correr grandes riesgos. Los políticos están siendo influenciados por esta turba de muchísimos fanáticos que en estos momentos son ‘aleonados’ por estos grandes empresarios que dominan las redes sociales que, a mi juicio, casi son unos delincuentes sociales.

El director de radio Bío Bío advierte sobre el peligro que enfrenta Chile de ser peor que Argentina.
El director de radio Bío Bío advierte sobre el peligro que enfrenta Chile de ser peor que Argentina.

- ¿Por qué cree que Chile enfrenta el peligro de parecerse a Argentina?

- Argentina progresivamente se ha ido deteriorando. Y no es sólo que Chile haya crecido, que lo hizo, sino que Argentina ha ido decayendo. Antiguamente se hablaba de países en vías de desarrollo, pero yo creo que también hay países en vías de subdesarrollo, porque el desarrollo es relativo.

Argentina es un caso de deterioro evidente, donde hay un gigantesco problema institucional, pero creo que -y voy a rectificar lo que dije en esa entrevista- que Chile puede ser peor que Argentina. Por una razón muy simple: porque Argentina tiene mejor capital humano que Chile, tiene mejor nivel educacional, tiene más gente de clase media, tiene mejor historia que nosotros en lo referido a la educación familiar. Chile no tiene eso que es fundamental, por eso digo que puede ser peor.

- ¿Qué mirada tiene, desde Chile, de la actualidad argentina y cómo pueden compararse ambas realidades?

- Qué es lo que puede ocurrir (en Chile con respecto a) Argentina. Los déficit permanentes, los default cada ciertos años, la pobreza progresiva de las clases medias, porque en Chile hay una clase media más precaria que la argentina, porque son de clase media reciente. Chile tiene una menor plataforma industrial que Argentina y por lo tanto podemos caer en una crisis institucional en una crisis económica y en cierto, a lo mejor, populismo muy superior al de Argentina. Ahora bien, no sé si va a ocurrir, digo que esto es uno de los peligros, pero es un peligro evidente ante el deterioro de la situación chilena.

- ¿Y qué impacto puede tener ese deterioro económico en la política?

- En Chile hay muchísimo dinero en la calle. ¿Cuando esto se termine qué va a pasar en Chile? ¿Qué va a ocurrir? Por eso los peligros que se ven son peligros económicos muy grandes, pero también peligros institucionales muy grandes, porque teniendo las instituciones caídas, en medio de crisis económicas, ¿hay posibilidad de reconstruir las instituciones? En medio, además, de la construcción de la Carta Fundamental, de la Constitución. Creo que es muy difícil. Por eso estamos enfrentados a una coyuntura histórica muy compleja. Uno de los mayores interrogantes de nuestra historia. Si se revisan los doscientos años de historia de Chile, este es uno de los instantes donde se va a resolver todo y no sé si tenemos las armas para resolverlo.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters)
El presidente chileno, Sebastián Piñera, posa para una fotografía con su gabinete de ministros, en el Palacio La Moneda. (Foto Reuters)

- En Argentina hay una valoración muy positiva sobre la gestión de la pandemia por parte de Chile pero, ¿cómo lo ven los chilenos?

- A la gente le importa poco. Piñera tiene un 8 a 12 por ciento de apoyo, sin ser generoso. Nadie lo quiere. Cuando el presidente habla las audiencias caen de los medios. Tenemos audiencias online y, cuando habla, la gente se va. No lo quieren escuchar. Por lo tanto la pregunta es válida. ¿Lo ha hecho bien Chile? Sí, claro. Mucha gente vacunada. Ya están vacunando personas de 25 años y pronto se vacunará a los menores de 18 años. La vacunación ha sido muy pareja en todo el territorio nacional porque hay un sistema, hay una costumbre de vacunación permanente en Chile. Pero a la gente no le importa porque no quieren al presidente. Cuando no quieren a alguien da lo mismo lo que haga, así sea bueno, muy bueno, no hay valoración de eso.

- ¿Qué perspectiva tiene sobre la realidad de la región?

- América Latina está viviendo un período de enorme inestabilidad, inseguridad, con una delincuencia desatada, un continente donde el narcotráfico está entrando a todos los niveles y está horadando el sistema político también en Chile en forma muy importante. El narcotráfico en Chile es un problema gigante en estos momentos. Es una región que tiene los países con sus futuros muy comprometidos, en una época en que el desarrollo tecnológico hace que algunos corran. Hay países que van a gran velocidad y nosotros nos estamos quedando. La diferencia entre nuestros países y el mundo desarrollado no se está aminorando, se está aumentando y por lo tanto creo que va a haber países sumergidos y otros países emergidos. Yo me pregunto dónde vamos a estar nosotros. ¿Cuál es la apuesta?

- ¿Y específicamente de Argentina?

- Argentina que tuvo una economía enorme por los 50 y que ahora haya caído en esto. Lo peor es que no veo una reacción, por lo que posiblemente haya un problema cultural, que también está ocurriendo ahora en Chile. No sé si en algún momento va a haber una reacción importante para que finalmente se transforme en un país del sentido común, que es lo que nos falta a todos los países de América Latina.

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