La titular de la Dirección Nacional de Migraciones, Florencia Carignano, volvió a apelar a “la responsabilidad individual y un control serio por parte las jurisdicciones” para el ingreso al país de pasajeros y pasajeras ante la posible propagación de variantes de coronavirus desde el exterior. Y apuntó a la Ciudad de Buenos Aires y otras provincias por “estar flojas” con los controles de las cuarentenas obligatorias que deben realizar los ciudadanos que llegan a Argentina.
“La mayor parte de la gente llega a Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y la Capital Federal, donde no hay un control de la cuarentena. Muchas de estas provincias coinciden con los lugares que más casos tienen de coronavirus”, definió hoy la funcionaria que depende del Ministerio del Interior, a cargo de Eduardo “Wado” de Pedro.
La preocupación de las autoridades migratorias surge porque el 24 de abril se detectó el ingreso de la variante india de coronavirus, conocida como Delta (B.1.617) de acuerdo a su clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los portadores eran dos menores de edad y fueron detectados a través de los tests preventivos de rigor en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
“Luego de los 2 casos que detectamos en abril no hubo más ingresos de casos de la cepa Delta”, aclaró hoy Carignano en diálogo con El Destape Radio.
Sin embargo, para el gobierno nacional hay aspectos que ajustar, y uno de ellos es no solo la “responsabilidad individual” de los ciudadanos que vuelven del exterior y que deben acatar el aislamiento obligatorio, sino el seguimiento de parte de las provincias para hacer cumplir con la medida preventiva.
“Nosotros tenemos un tablero online que informa a las jurisdicciones sobre las personas que ingresaron al país y que deben hacer cuarentena. Hay jurisdicciones que hace meses que no lo controlan, y hay otras que directamente ni siquiera nos han pedido la clave para poder ingresar a controlar”, sostuvo la directora del organismo oficial. ”Más allá de todos los controles que hace el Estado nacional, si no hay una responsabilidad individual de la cuarentena, y obviamente un control por parte de las jurisdicciones, que en algunos lugares son muy laxos, es dificultoso mantener el nivel seguridad sanitaria que demanda la situación”, añadió la funcionaria.
Acerca del comportamiento ciudadano, Florencia Carignano precisó que hay viajeros que ingresan al país con un PCR o un test de antígenos con resultado negativo o no detectable, y que “muchos se confían” de eso, antes que a los “dos o tres días empiezan con los síntomas”. “Por eso es vital la cuarentena, porque evita la propagación de cualquier cepa en Argentina”, resaltó.
Consultada sobre el cumplimiento del aislamiento preventivo de los viajeros en la Ciudad de Buenos Aires, Carignano subrayó que “no hay un control” de parte del gobierno porteño. “Es cuestión de hablarlo y reafirmar determinadas cosas. Tal vez no se está entendiendo el tablero online, tenemos que ponernos de acuerdo como lo hicimos con todas las jurisdicciones”, consideró. “Vamos a hacer hincapié en las provincias que no están controlando tanto”, completó.
Acerca de la alternativa de que el Gobierno sea el encargado de hacer cumplir la cuarentena a cada viajero, la directora de Migraciones dijo que “es imposible hacer efectiva” una restricción de esa magnitud, ya que “están llegando 2000 personas por día” y “aislar a todas estas personas es realmente una logística muy complicada” en hoteles por más de un día.
Carignano recordó que los vuelos desde y hacia Gran Bretaña, Irlanda del Norte, Brasil, Chile y México continúan suspendidos, y reiteró la recomendación para los nacionales y residentes extranjeros para diferir sus viajes al exterior, con excepción de trabajadores esenciales.
También recordó que las fronteras terrestres están cerradas, pero que “los argentinos pueden salir y entrar por corredores seguros definidos por el Ministerio de Salud, que son el aeropuerto de Ezeiza y el de San Fernando para vuelos privados”.
Según la normativa vigente, los viajeros que vuelvan del exterior deben cumplir una cuarentena obligatoria de siete días, y al séptimo deben realizarse un test PCR.
”El control básico de la cuarentena evita que si alguien viene con una nueva cepa se disperse por todos lados. Se queda en su casa siete días aislado y lo único que no tiene que hacer es salir: esto es clave porque alguien puede ser asintomático y no saberlo, y contagia a todo el mundo. Entonces, el control fáctico es la cuarentena y es lo más importante”, concluyó Carignano.
FOTOS: Gustavo Gavotti
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