El presidente Alberto Fernández definirá este viernes el nuevo DNU con las restricciones que se implementarán durante las próximas dos semanas, el mismo tiempo que Sergio Massa y Máximo Kirchner utilizarán para poder lograr un acuerdo más amplio con sectores de la oposición y lograr aprobar la “ley pandemia” que regula las restricciones sanitarias.
Si bien el Presidente apostaba a tener la ley para esta semana, después de un mes de que el Poder Ejecutivo la haya enviado al Congreso, se vio obligado a tener que redactar un nuevo decreto ante la falta de acompañamiento de la oposición. Fernández espera tener ese marco normativo cuando se venza el DNU que implementará a partir del sábado.
El Gobierno tiene pensado avanzar con un nuevo esquema de medidas a nivel nacional en el que dejaría atrás las restricciones más duras que utilizó en el último decreto: los nueve días corridos y los tres fines de semana de un confinamiento similar a la Fase 1 implementada durante el comienzo de la pandemia en el 2020.
Sin embargo, ese tipo de restricciones es probable que continúen en los distritos que están en la categoría “Alarma Epidemiológica”. Así lo recomendaron los expertos médicos que asesoran al Presidente durante una reunión en la tarde de ayer. Hicieron hincapié en las situaciones de Chaco, Jujuy y Córdoba, la provincia más complicada del país en la actualidad.
Le indicaron al Gobierno que el mejor camino sería aplicar en esos distritos medidas intermitentes, duras y previsibles. Es decir, que de antemano la sociedad pueda saber qué días se implementará un confinamiento total y en cuáles habrá mayor apertura.
Respecto al nuevo decreto, tal como adelantó Infobae, el Gobierno utilizará la base del 287, que fue el que se publicó el 1 de mayo y que estableció un semáforo epidemiológico que categorizaba las ciudades en distritos de Bajo riesgo, Riesgo medio, Alto riesgo y Alarma epidemiológica.
En ese mismo DNU había tres parámetros sanitarios que marcaban el tipo de medidas que había que tomar: la razón (aumento de casos en los últimos 14 días y los acumulados en los 14 días previos); la incidencia (la cantidad de casos promedio sobre el total de la población) y la ocupación de camas de terapia intensiva.
En principio la intención es prorrogar el DNU 287 y ajustar las medidas restrictivas en los lugares donde hay “Alarma Epidemiológica”. En ese camino Alberto Fernández se encuentra con un inconveniente que deberá resolver durante este viernes y que es el paquete de medidas específico para la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
Hasta hoy AMBA permanece dentro de la categoría “Alarma Epidemiológica”, por lo que si Fernández quiere seguir la recomendación de los epidemiólogos, debería instaurar un nuevo confinamiento intermitente, similar al que rigió con el DNU que vence esta noche.
Ese camino choca con la voluntad política que tiene el gobierno nacional, el de la provincia de Buenos Aires y el de la Ciudad de Buenos Aires. Durante la tarde de ayer el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y sus pares Carlos Bianco y Felipe Miguel, coincidieron en que en el AMBA hubo una baja de casos importante que les da la posibilidad de flexibilizar un puñado de actividades.
Además, también estuvieron de acuerdo en que el confinamiento dio buenos resultados y el plan de vacunación está avanzando a máxima velocidad. Es una situación diferente a la que existía tres semanas atrás cuando comenzó a regir el actual decreto.
Tanto el gobierno de Axel Kicillof como el de Horacio Rodríguez Larreta propusieron una apertura de actividades durante el fin de semana, con la intención de beneficiar a los sectores gastronómicos, muy golpeados por la pandemia. Es decir, un ampliación del horario de circulación y la posibilidad de que los restaurantes puedan atender con mesas al aire libre.
El gobierno porteño quiere extender el horario de atención de los comercios y que los gastronómicos puedan atender con mesas en las calles durante los fines de semana. Además, tienen la intención de que los últimos años de secundaria, que hoy están con un esquema virtual, pasen a un sistema bimodal. También buscan que la libre circulación sea entre las 6 y las 23.
La gestión de Kicillof propone la continuidad del esquema de restricciones vigente hasta ahora, pero con mayor apertura durante los fines de semana. Una continuidad con pequeños cambios durante las próximas dos semanas.
Los tres jefes de Gabinete acordaron esperar a los datos epidemiológicos de hoy para tomar la decisión final. Existe la posibilidad de que el AMBA, debido a la baja de casos promedio cada 100.000 habitantes y la ocupación de las camas de terapia intensiva que tuvo en los últimos días, pueda bajar a la categoría “Alto riesgo epidemiológico”, y flexibilizar las restricciones.
En esta oportunidad la voluntad política no encaja con las categorías epidemiológicas del semáforo. Alberto Fernández tendrá que decidir si ajusta su decisión pura y exclusivamente a la división de fases que figuran en el decreto o si, en el caso de que el AMBA no pueda cumplir con los parámetros necesarios para descender de categoría, se aplique una medida excepcional con más flexibilizaciones.
Antes de finalizar el jueves Santiago Cafiero le anticipó a la periodista Romina Manguel en A24 que el Gobierno “va a renovar el decreto con los mismos parámetros que vienen hasta ahora”. Con esa afirmación dio por hecho que la única forma de que el AMBA evite la implementación de medidas duras está asociada a un cambio de categoría.
Sin embargo, no sería la primera vez que el Gobierno cambia de parecer sobre la marcha y toma un rumbo diferente al que planteó pocas horas antes. La decisión final es de Alberto Fernández y recién se tomará en el correr del día de hoy.
En la Casa Rosada anticiparon anoche que no habría anuncio oficial con el Presidente hablando a la cámara en un mensaje grabado. Se optaría por informar directamente los detalles del nuevo decreto. En las primeras horas de este viernes aún no estaba completamente definido el formato del anuncio.
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