El Gobierno mira con preocupación el ritmo de vacunación en las provincias, que en algunos casos registra demoras, y cuestiona, sin distinción por color político, los anuncios de los gobernadores sobre acuerdos para adquirir dosis en el mercado internacional. Si bien hay “comprensión” sobre los problemas de logística que conlleva la ampliación de la campaña de inoculación en comparación con la vida pre-pandemia, hubo un llamado de atención desde la Nación a los gobiernos provinciales a partir del incremento en la llegada de millonarios cargamentos de dosis, en las últimas dos semanas.
Hasta el comienzo de mayo, eran las provincias las que reclamaban a la Nación por la falta de vacunas, que escaseaban por el retraso en el arribo previsto de cargamentos de AstraZeneca, Sputnik V, y por la decisión de China de priorizar a su propia población para la inoculación, entre otros motivos. Sin embargo, en las últimas semanas, el Gobierno logró importar importantes cargamentos, que envió a las provincias en pocos días.
Según el último reporte del Ministerio de Salud, se aplicaron hasta ayer 14.939.963 vacunas, la mayor parte -11.822.172- con la primera dosis. Las jurisdicciones con el mayor registro de inoculaciones son la Ciudad de Buenos Aires , La Pampa, San Luis y Jujuy. Las más complicadas, hasta ayer, eran Misiones, Chubut, Chaco y Corrientes.
En varios casos, las jurisdicciones vieron sus sistemas desbordados, principalmente por cuestiones logísticas. La Nación empezó a notar un retraso en la aplicación, que depende de cada provincia, y la recriminación se dio vuelta. “Hubo un tirón de orejas. Parece como si las estuvieran guardando en el freezer”, deslizó un vocero de Balcarce 50.
De todas formas, hay “comprensión” por la situación “excepcional”, según señalaron fuentes del Ministerio de Salud. “Antes se aplicaban tres millones de dosis a nivel nacional por mes. Ahora estamos vacunando a dos millones de personas por día. Es lógico que haya una demora”, dijo un vocero del Ministerio de Salud, y señaló que también existe un subregistro sobre la cantidad de dosis aplicadas.
En la Nación apuntaron a Jujuy, que la semana pasada registró una demora en la aplicación de dosis. “Tenían el 67 por ciento aplicado de las vacunas que ya les habíamos entregado y hablaban de comprar vacunas afuera, desde la provincia. Sería mejor que aplicaran las dosis que ya tienen antes de buscar más”, dijo a este medio un vocero desde la Casa Rosada respecto de la gestión del radical Gerardo Morales, quien dejó saber que se encuentra en conversaciones avanzadas para importar dosis de la vacuna china Sinopharm.
En tierras jujeñas admitieron la demora, pero la atribuyeron a la modificación “abrupta” en la cantidad de dosis que empezaron a llegar la semana pasada. “Por meses nos mandaban de a puchitos, 2000, 2500 vacunas. Y de repente empezaron a entrar en cargamentos de 30.000, 50.000. Tuvimos que adaptar el sistema”, aseguraron.
También acusaron a la Nación de imponer “trabas” en el sistema de inscripción. “Nos pedían que fueran exclusivamente online, pero nuestra población no tiene acceso a la tecnología como en Buenos Aires. Tuvimos que salir a buscar a los barrios a las personas de los grupos de riesgo para vacunarlas”. Según informaron, con la modificación en el sistema de vacunación, que iniciaron hace una semana, Jujuy “ya está al día”. “El jueves ya no vamos a tener dosis disponibles. Pasamos de aplicar 4000 por día, a 17 mil”, detalló un vocero.
Compra de vacunas
Al “palito” por la aplicación de dosis, como denominó el llamado de atención un vocero de la Casa Rosada, se sumó una advertencia sobre los anuncios sobre compras de vacunas en el exterior. En el zoom del lunes con los jefes provinciales junto a su par del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, les señaló a los gobernadores que la adquisición de dosis en el mercado internacional es complicada y que los tiempos suelen no ser los esperados.
En resumen, les pidió prudencia a la hora de anunciar acuerdos, según pudo reconstruir Infobae de fuentes que participaron del encuentro. “Les dijo que es un tema muy delicado como para crear expectativas que no se cumplen”, dijo un funcionario que estuvo presente de modo virtual. La administración nacional vivió en primera persona el anuncio de negociaciones por vacunas que luego no llegaron o se demoraron, y que derivaron en fuertes cuestionamientos.
El más duro fue por el -hasta ahora- fallido acuerdo con Pfizer, que se transformó en el principal eje de las críticas de la oposición desde la semana pasada, por las declaraciones del director de Covax para América Latina; y que volvió a estar en el centro del escrutinio público el martes con la exposición de los representantes de laboratorios en el Congreso.
Según pudo reconstruir Infobae, la mayor parte de las provincias se encuentran en tratativas con distintos laboratorios del mundo para comprar dosis. Buscan un reaseguro para este año, pero también miran a 2022: las previsiones sanitarias nacionales e internacionales indican que la circulación comunitaria del coronavirus no terminará en diciembre y quieren evitar faltantes el año que viene. Miran con preocupación el estado de sus economías locales, donde muchos de los principales rubros se encuentran frenados por la pandemia. “Mientras más vacunemos, mejor vamos a llegar a la temporada de invierno”, dijo un funcionario de una de las provincias patagónicas, que dependen del turismo para sobrevivir.
También, no lo ocultan, ansían poder festejar públicamente acuerdos propios por el preciado bien sanitario. Sobre todo en el año electoral. “A todas las provincias nos interesa tener nuestras propias vacunas aseguradas, eso es lógico. Más allá de lo que nos digan, ninguna va a dejar de gestionarlo. Sobre todo desde que nos dieron el okay, inclusive públicamente”, dijo un vocero provincial a este medio. “Primero nos dan la posibilidad de comprar. Ahora les molesta que compremos. Que se pongan de acuerdo”, agregó el portavoz de una provincia opositora.
Se refirió así al visto bueno que dio el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, hace poco menos de dos meses, a la compra de vacunas entre los Estados provinciales y los laboratorios internacionales, cuando ya estaba a flor de piel la pelea con la oposición por los cuestionamientos al gobierno nacional respecto de la falta de vacunas. La Ciudad de Buenos Aires, que conduce Horacio Rodríguez Larreta, comenzó entonces las gestiones para la adquisición de dosis en el mercado mundial, una posibilidad que había investigado y luego descartado por las dificultades que representaba. Por ahora no cosechó frutos.
Los cuestionamientos desde la Nación no apuntan solamente a los distritos opositores y también hubo señalamientos al anuncio del viernes por parte del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, sobre un acuerdo con el laboratorio Bharat Biotech, de India. “Anuncian, pero no se sabe cuándo ni cómo ni qué va a llegar todavía. Es un arma de doble filo”, deslizó una fuente oficial nacional.
La relación con los gobernadores tuvo varios momentos de tensión. El antecedente más cercano fue por la reticencia a de las provincias la aplicación de medidas restrictivas a la circulación, las reuniones sociales, las actividades comerciales y gastronómicas y la forma de impartir la educación para bajar los casos, como quería la Nación. Esos encontronazos terminaron saldándose con el repliegue de las provincias, que se adaptaron al pedido del presidente Alberto Fernández. Aunque con salvedades.
Algunas, como la Ciudad de Buenos Aires, persistieron con las clases presenciales y no aplicaron controles rigurosos en lugares públicos los fines de semana durante los cuales regían las medidas “duras”. Mientras que en Mendoza, donde gobierna el radical Rodolfo Suárez, y en Tierra del Fuego, conducida por el peronista Gustavo Melella, permitieron el funcionamiento de locales comerciales, aunque con horarios acotados.
SEGUIR LEYENDO: