De manera virtual y con pocos datos nuevos. Esa será la presentación que realizará hoy el laboratorio Pfizer en la audiencia que se desarrollará a partir de las 10 de la mañana en la Cámara de Diputados de la Nación.
Los legisladores del oficialismo y de la oposición recibirán a los ejecutivos de los laboratorios a los que el Estado argentino les compró vacunas -o con los que aún está negociando- para que expongan los pormenores de los contratos y, luego, hacerles preguntas. Pero, aunque participarán todos, las miradas están puestas en lo que pueda responder Nicolás Vaquer, gerente general de la farmacéutica Pfizer.
Las expectativas con las que llegan los dirigentes de la oposición, en especial los de Juntos por el Cambio, podrían chocar de frente con la realidad que va a plantear el ejecutivo. Según pudo reconstruir Infobae, hasta ayer a media tarde el laboratorio no había confirmado que iba a participar de la audiencia a la que citó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Sin embargo, finalmente la empresa aceptó participar del encuentro pero de manera virtual, no presencial.
En este contexto es que Vaquer definió que se va a presentar de manera virtual y, luego de su exposición, cuando empiece a recibir preguntas, va a apelar al acuerdo de confidencialidad. Solamente van a hacer referencias a los hechos que son públicos y estos son todos aquellos que se concretaron hasta enero de 2021. Las otras preguntas que apunten, por ejemplo, el estado de negociación actual, Vaquer se va a amparar en el carácter de confidencialidad de la negociación y al acuerdo pre establecido con el Gobierno.
Lo que se sabe hasta ahora es que Pfizer realizó la prueba más importante con la vacuna en la Argentina y que, en ese proceso, los representantes del gobierno nacional y del laboratorio Pfizer se reunieron al menos en ocho oportunidades durante 2020 para hablar sobre la vacuna, según quedó plasmado en el registro único de audiencias. El que se hizo público de todos estos encuentros fue el que se realizó el 10 de julio en la Quinta de Olivos, donde el presidente de la Nación, Alberto Fernández, recibió a Vaquer y al director científico de la Fundación Infant, Fernando Polack. Luego de ese encuentro se anunció que se iba a realizar en la Argentina los ensayos de fase 3 de la vacuna.
Pero no fue hasta el 6 de noviembre que se hizo referencia a la llegada de vacunas de este laboratorio. Ese día, el Presidente anunció que “podríamos llegar a contar con la posibilidad de vacunar a 750.000 personas con la vacuna de Pfizer, que en diciembre podría llegar a estar en la Argentina”.
A la hora de plantear los inconvenientes es donde se enrareció la conversión. El Gobierno decía que el laboratorio había pedidos cosas “inaceptables” y en la oposición crecía el tono de denuncias que culminó en los dichos de Patricia Bullrich sobre la imposición de un socio local y la posibilidad de que se hubieran pedidos “retornos”.
En la presentción que hizo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al Senado la semana pasada señalaba que el problema surgió a partir del marco legal existente: “Distintos proveedores de la industria farmacéutica solicitaron al gobierno argentino condiciones tales como la prórroga de jurisdicción, indemnidad patrimonial y confidencialidad, en observancia de la situación en el mercado internacional de vacunas. Por ello, el Congreso sancionó la Ley 27.573 de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el COVID-19. No obstante, luego de publicada esa ley, Pfizer expuso en sus negociaciones la necesidad de contemplar cláusulas con mayores requerimientos que superaban las excepcionalidades previstas en la mencionada normativa”.
Y agregó: “Las dificultades en relación a la compañía norteamericana no radicaron en quién firma el contrato, sino en dos problemas. El primero tenía que ver con el planteo de excluir la negligencia no solo del contrato, sino también de la ley mencionada, lo que implicaba la modificación de una norma. El segundo problema se relaciona con los criterios para la aceptación de la garantía con contragarantía de ejecución en el exterior. Estos son los dos puntos sobre los que no se ha llegado a un acuerdo”.
Hasta este punto es toda información pública. Sin embargo, Cafiero tampoco dio detalles sobre, por ejemplo, los criterios de aceptación de la garantía. Y esto es algo a lo que Vaquer se puede negar a responder alegando las cláusulas de confidencialidad.
En este contexto lo más probables es que, si los legisladores de la oposición no lograr romper el cerco que va a plantear el ejecutivo de Pfizer en la Argentina, al término de la jornada no se conozca mucho más sobre el conflicto y el estado de las negociaciones.
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