Trece provincias de la Argentina tienen sus camas de terapia intensiva con una ocupación superior al 80%. El cambio más dramático en las últimas horas se dio en Córdoba. Allí el gobernador Juan Schiaretti anunció que esa región sanitaria pasa a “Fase I”. “Estamos atravesando el pico de la segunda ola”, destacó. La medida estaba prevista si las plazas de cuidados intensivos superaban la demanda del 79%, y eso es lo que sucedió en las últimas horas.
La ocupación de las camas UTI de todo el país es la más alta desde que comenzó la pandemia 78,4%, teniendo en cuenta los enfermos COVID y el resto de las patologóas. Una medición más alta que en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), que llega a 75,3%, porcentaje que también va en aumento pero demuestra la razón por la cual, desde hace varias semanas, la preocupación por la fuerza de la segunda ola se encuentra repartida en las cinco regiones sanitarias en las que está dividido el país: Centro, Cuyo, NOA, NEA y Patagonia. Hay provincias con alta saturación de las camas de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), como Río Negro y Santa Fe al 97%; Neuquén y Corrientes 91% y San Juan al 90%. Son las cinco provincias donde la capacidad de las UTI están al límite. Hay pacientes que esperan una cama en camillas o acostados en el piso y arriba de una ambulancia un traslado que puede demorar hasta 24 horas.
“Los pacientes llegan en peor estado”
A lo largo y ancho del país hay un mismo denominador común, los pacientes graves que ingresan a terapia son menores de 60 años, según un estudio de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, más del 86% no recibió ninguna dosis de vacuna y llegan en peor estado de salud que durante la primera ola.
Pablo Figueroa, el gerente médico de la red de clínicas Grupo Figueroa Paredes, ubicadas en el conurbano bonaerense e integrante de Capresco, le describe a Infobae de manera descarnada la situación: “Los pacientes esperan hasta último momento para poder asistir a alguno de los centros de atención. Los que no tienen cobertura social, van primero al hospital público, pero al tener tanta demora por la saturación del sistema, vienen con lo que pueden a un sistema privado para ser diagnosticados. Como Llegan en malas condiciones de salud y también estamos con una ocupación de camas UTI del 94%, tratamos de conseguirle una cama crítica en el hospital, pero eso tarda mucho”, explica.
El médico también recuerda que: “La capacidad instalada que pudo aumentar el Estado ya se hizo. Armaron la infraestructura, pero como no es un hotel, no se trata solo de poner una cama, hay que tener un equipo preparado para poder sostener a este tipo de pacientes. Hay que tener bocas de oxígeno, respiradores. El gobierno no trabajó en paralelo con el primer vector de protección que es la inmunización. El índice más alto de contagios en la primera ola fue en el personal sanitario”, precisa y abunda: “Armaste un edificio, le pusiste columnas y vigas, pero te olvidaste de la infraestructura. Faltan terapistas, faltan enfermeras, faltan respiradores y humidificadores”, recalca.
Figueroa coincide en que el plan principal de la Casa Rosada para enfrentar la segunda ola era la vacunación, pero como la llegada de las vacunas se demoró, la situación sanitaria del país se agravó.
“Solo había plan A, no había Plan B ni Plan C. El A, la vacunación temprana, fue el único plan y esa fue la única variable. Pero las vacunas fueron escasas, hasta tuvimos un cambio de ministro de Salud por ese tema”, finalizó el especialista.
Las otras provincias en zona roja
El aumento sostenido de pacientes graves en las terapias intensivas también coincide con un alto nivel de cansancio y saturación entre el personal de sanidad que desde hace 13 meses vienen batallando contra el COVID-19.
La situación se repite en cada región sanitaria del país. Además de las cinco provincias con sus camas críticas que superan el 90%, hay otras ocho con una demanda mayor o igual al 80%.
Son Formosa, Entre Ríos y Tucumán al 87%; Salta con el 86%, La Pampa 83%, Chaco 83%, Mendoza 81% y Córdoba 80%.
Mendoza, que se encuentra en Fase 1 consiguió con el aislamiento una pequeña baja del 3% en la ocupación de camas UCI. El 31 de mayo era del 84%.
El mes pasado la ocupación de plazas críticas rozó el 95%. Según el informe semanal del gobierno provincial, en el Gran Mendoza ese porcentaje actualmente es de 88,84.
El último reporte del ministerio de Salud de la Nación refleja que en Mendoza hubo 571 nuevos casos. En la provincia cuyana, el mayor número de contagios se mantiene en la franja etaria de los 15 a los 59 años, donde se registra el 81% del total de infectados. Allí también se da el mayor porcentaje de recuperación.
Otras seis provincias tienen la capacidad de camas de terapias en un porcentaje de entre el 70% y el 79%.
Son Chubut con el 79%, Catamarca 78%, CABA y San Luis 76%, La Rioja 73% y Buenos Aires 72%.
Mientras la provincia de Buenos aumentó en un punto porcentual la ocupación de camas críticas desde el 21 de mayo hasta ayer; la Ciudad de Buenos Aires bajó un 5%, del 81 al 76%. “La ocupación de camas bajó porque es el comportamiento lógico luego de 15 días de baja de casos”, explican desde el entorno de Fernán Quiros, el ministro de Salud porteño.
Misiones con el 69%, Tierra del Fuego con una demanda del 61% y Santa Cruz con el 52% son las tres provincias con la ocupación de camas de terapia intensiva más baja del país.
Infografias: Marcelo Regalado
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