Luego de la polémica en torno al voto de la Argentina en contra de Israel en la ONU -que no condenaba el terrorismo de Hamas en la región-, Alberto Fernández le envió este viernes una carta a Isaac Herzog para felicitarlo como presidente electo de ese país.
“Aprovecho esta oportunidad para renovar los vínculos que unen a nuestros Estados y desearle el mayor éxito para su gobierno”, sostuvo el Presidente.
Alberto Fernández comenzó la carta diciendo que “existen fuertes lazos afectivos, históricos y culturales que se renuevan día a día” entre la Argentina e Israel y recordó que nuestro país “cuenta con la comunidad judía más numerosa de América Latina”.
“Son muchas las familias argentinas que se han radicado en Israel y muchos los estudiantes y profesionales que viajan a su país para profundizar su formación. Nuestros países construyeron un enorme espacio común que nos permite compartir una amplia agenda de trabajo conjunto”, manifestó el jefe de Estado.
Y completó: “Renuevo mis felicitaciones y mis mejores deseos para usted en su gestión”.
La felicitación de Alberto Fernández llega unos días después de que la Argentina se viera envuelta en una fuerte polémica con Israel y otras potencias por su apoyo implícito a la organización terrorista Hamas. Ocurrió durante una reunión de la ONU en donde la Argentina y otros cuatro países latinoamericanos votaron a favor de la creación de una comisión internacional con un amplio mandato para investigar las presuntas violaciones de los derechos humanos antes y durante el último conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas.
La resolución recibió 24 votos a favor y 9 en contra, y hubo 14 países que se abstuvieron. Cinco países de América Latina votaron a favor: Argentina, Bolivia, Cuba, México y Venezuela. Ninguno de ellos condenó los ataques de Hamas.
Las consecuencias para el Gobierno fueron varias. La más trascendente fue la citación al embajador argentino en Israel, Sergio Urribarri, a la Cancillería israelí, en donde el país en ese momento conducido por Benjamin Netanyahu expresó su malestar por la postura argentina.
Sin embargo, la Casa Rosada ratificó su posición a través de un comunicado de la Cancillería que encabeza Felipe Solá: “Más allá de disentir con algunas apreciaciones de las autoridades israelíes, la Argentina espera que pueda interpretarse el verdadero sentido de la acción de las Naciones Unidas en la materia, así como la necesidad de investigar en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y en Israel, todas las presuntas violaciones del derecho internacional humanitario y todas las presuntas violaciones y abusos del derecho internacional de los derechos humanos, por todos los actores, de conformidad con las normas del derecho internacional”.
El texto también plantea que la “única” solución verdadera al conflicto “se logrará con el surgimiento definitivo de un Estado palestino independiente, democrático, viable y territorialmente contiguo, que garantice el derecho de Israel a vivir en condiciones de paz y seguridad”. No hay en el comunicado una mención al grupo terrorista Hamas.
Las elecciones en las que resultó electo Isaac Herzog se desarrollaron el miércoles 2 de junio. Allí, el ex líder del Partido Laborista se impuso a la candidata Miriam Peretz en una votación que se llevó a cabo en el pleno del Parlamento (Knéset).
Herzog, de 60 años y que los últimos tres lideró la Agencia Judía, será el nuevo jefe del Estado, en sustitución de Reuven Rivlin, tras recibir el voto secreto de 87 diputados en una Cámara de 120 escaños, por encima de los 26 que consiguió Peretz.
Sobrino del histórico ministro de Exteriores Abba Eban e hijo del difunto Haim Herzog -presidente de Israel entre 1983 y 1993-, Herzog partía como favorito frente a Peretz, una candidata de perfil más popular y asociada a la derecha, pero sin cargos previos ni experiencia política en la más alta esfera institucional israelí.
El nuevo jefe de Estado tomará posesión cuando Rivlin termine su mandato de siete años, el próximo 9 de julio. La presidencia es un cargo protocolario en Israel, ya que las decisiones ejecutivas radican en el Gobierno y primer ministro.