A principios de noviembre el Congreso aprobó la ley 27.573, conocida como la “ley de vacunas”. Una normativa sancionada para garantizar la llegada de vacunas, principalmente, de Pfizer, el laboratorio que unos días después anunció que sus primeros inoculantes se aplicarían en la Argentina al mismo tiempo que en los Estados Unidos. Sin embargo, las negociaciones finales del gobierno nacional con el consorcio farmacéutico no prosperaron.
En aquel entonces, Ginés González García, todavía ministro de Salud de la Nación, se refirió al conflicto: “Se nos pidió una ley que le diera esa inmunidad (a Pfizer). La ley estuvo en el Congreso y después apareció en la negociación… Nunca era la gente local, sino que decían que era la central estadounidense la que decía que no era suficiente, entonces había que hacer una nueva ley. Y además que el contrato no lo firmara yo, sino lo firmara el Presidente. Es decir, en rigor de la verdad, son condiciones poco inaceptables”.
Ahora bien, desde ese día varios funcionarios del oficialismo han realizado declaraciones públicas sobre los motivos que malograron la negociación con Pfizer. Las versiones han sido diversas y heterogéneas: desde una cláusula de la ley de vacunas, pasando por el supuesto precio elevado de los inoculantes y fallas del mecanismo COVAX, hasta el embargo de los glaciares de la Patagonia argentina.
A fines del año pasado el médico cirujano y asesor del gobierno bonaerense Jorge Rachid aseguró que la farmacéutica pidió recursos naturales de la Argentina a cambio de firmar el contrato. “Cuando aprobamos la ley (de vacunas), sale con ‘guarda con los juicios’. Aceptamos hasta los juicios en el exterior, pero nos opusimos a que no haya bienes embargables en la Argentina. Ellos pidieron entonces una nueva ley con bienes embargables, que incluía petróleo, glaciares, bonos y pin pun pan”, declaró en una entrevista radial.
Al ser consultado sobre la veracidad de sus dichos, Rachid los reafirmó: “Obviamente, pero eso (lo hace) cualquier empresa multinacional en Argentina después de un gobierno como el que tuvimos que incluso ofreció ese tipo de condiciones, hasta permiso de pesca ofrecían, con eso te digo todo. Vienen acá a pasearse como si fuese la colonia francesa o la colonia alemana. Eso no lo puede permitir la Argentina”.
En esa misma línea se expresó Cecilia Moreau, vicepresidenta del bloque de diputados del Frente de Todos y responsable de promover el artículo 4 de la ley de vacunas, que le otorga al Poder Ejecutivo la facultad de incorporar en los contratos “cláusulas que establezcan condiciones de indemnidad patrimonial respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias relacionadas con y en favor de quienes participen en la investigación, desarrollo, fabricación, provisión y suministro de las vacunas, con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia por parte de los sujetos aludidos”.
Se trata del artículo que, según algunos funcionarios del propio Gobierno, generó la discordia con la farmacéutica norteamericana, a raíz de la inclusión de la palabra “negligencia”. Sin embargo, ella dio una versión diferente la semana pasada: “En América Latina, en los países donde hay acuerdo con Pfizer, lo que trascendió incluso en los medios internacionales, más allá de los locales que pueden tener alguna subjetividad, es que tuvieron grandes problemas para cerrar los contratos con Pfizer e incluso tuvieron que entregar sus recursos naturales en algunos casos. ¿Cómo no vamos a armar una ley que proteja nuestros ríos, nuestras cataratas? O sea, hay un límite a todo”.
Moreau afirmó que los países latinoamericanos que aprobaron el acuerdo con Pfizer tuvieron que negociar su patrimonio: “No conozco los contratos pero dicen que Perú tuvo que ceder recursos naturales, Brasil también… Fueron contratos muy complicados”.
En los últimos días, cuando la polémica por las negociaciones con Pfizer volvió a estar en el centro de la escena, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, negó las versiones que indican que había una importante suma de vacunas de Pfizer disponibles para el país, que no llegaron por la caída de las negociaciones: “No hay 13 millones de vacunas (de Pfizer) que estaban pendientes de que vengan a la Argentina, eso nunca existió, no es verdad. ¿Podrían haber firmado contrato? Sí, como se firmaron contratos con otros laboratorios, como también (Pfizer) firmó con otros países y fijate en cuáles: salvo en los países donde producen la vacuna, en el resto de los países han tenido dificultad para la entrega”.
Las recientes declaraciones de Ginés González García (ya como ex ministro de Salud) apuntaron contra el Fondo COVAX, el mecanismo creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para distribuir de manera equitativa las vacunas contra el coronavirus en todo el mundo. Además, se refirió al supuesto valor elevado de los inoculantes: “Es obvio que una vacuna que cuesta 10 dólares contra otra que cuesta 4, ¿qué íbamos a decir, ‘traeme la más cara’? Dijimos: ‘Traeme la que tengas, pero obviamente la que sea más barata’”.
“Pero el incumplimiento fue absoluto de COVAX. Fue uno de los grandes incumplidores, más allá de todo lo que lo rodea. Y ya se avizoraba porque empezó todo el mundo a quejarse que COVAX no funcionaba, que no cumplía con lo que era su propósito. No lo digo yo, lo dice el mundo. Ha sido un fracaso porque tenía un ánimo distributivo de las vacunas pero no fue así”, aseguró.
Ante la escalada de la polémica por el caso Pfizer, el presidente Alberto Fernández insistió en culpar a la farmacéutica por lo sucedido: “La vacuna de Pfizer fue la primera que aprobó la Argentina. ¿Me querés explicar por qué, si fue la primera vacuna que aprobé, yo no la quiero comprar? Yo no la quiero comprar porque entre las condiciones iniciales que Pfizer puso, me ponía en una situación muy violenta, de exigencias que comprometían al país en cosas que son muy difíciles de comprometer”.
En la otra vereda, la actual ministra de Salud, Carla Vizzotti, brindó una conferencia de prensa esta mañana en la que aseguró que siguen en pie las negociaciones con la farmacéutica para adquirir sus vacunas: “Necesitamos pedirle a cada actor de los arcos políticos que baje la tensión y que baje la obsesión que tiene con Pfizer porque Argentina quiere comprar la vacuna de Pfizer, Pfizer le quiere vender la vacuna a Argentina y estamos trabajando para eso”.
SEGUIR LEYENDO