Darío Lopérfido: “Cristina Kirchner tiene al peronismo a los latigazos porque el peronismo funciona así”

Radicado en España, asegura que no está dispuesto a volver por un cargo y que le interesa más pensar la política. Críticas a Cambiemos por no animarse a hacer los cambios de fondo y no duda en señalar que entre halcones y palomas, prefiere a los primeros. Acuerdo opositores, la oligarquía política y el rol de Cristina Kirchner

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Darío Lopérfido
Darío Lopérfido

Darío Lopérfido está radicado en España y trabaja en el sector privado audiovisual ya que, asegura, su paso en la función pública no lo hizo millonario. Durante el confinamiento que paralizó el 2020 estaba en Berlín y aprovechó para terminar su último libro: “La decadencia del relato k” en donde presenta lo que entiende que es el fin del discurso “populista del kirchnerismo”.

En una convesación con Infobae con motivo del nuevo libro, señaló que el kirchernismo “nunca fue bueno” y que “son una secta que se apropia del Estado”. El rol de Cristina Kirchner, la inocencia de Juntos por el Cambio y la mirada de la política exterior argentina del ex Secretario de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa.

- ¿El análisis que hace del discurso kirchnerista lo diferencia entre la etapa de Néstor y Cristina de la actual?

- Lo analizo como un todo, el de antes y el de ahora. No hubo kirnerismo bueno, en ese momento se disimulaba por la soja a un precio altísimo. Lo tuvieron como un empujón en el 2003, en donde el mundo estaba a favor. Pero después empezaron a apretar a la prensa, a buscar tener una prensa partidaria, de premiar o castigar a los medios con la pauta, aparecieron los escraches con acciones como el juicio en Plaza de Mayo que rozaba el disparate en donde juzgaron a Magdalena Ruiz Guiñazú, una persona que participó de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). Lo que pasa es que ellos se creen que inventaron los Derechos Humano pero en realidad representan el hilo histórico del partido que se negó a participar de la Conadep. Y a esto le sumaron la corrupción que es estructural en el kirchnerismo, que ya venía del sur. Otra cosa que envenenó la política el kirchnerismo es la creación de fanáticos irracionales. Eso es muy común en todos los regímenes populistas autoritarios de crear fanáticos que descalifican la opinión del otro y que confunden la política con la religión. El kirchnerismo está lleno de esos, gente que antes eran normal y se volvieron fanáticos con una caída de la inteligencia espantosa. En el libro cito una frase de Amon Oz que dice “el fanatismo es el gen maldito de la humanidad” y el kirchnerismo lo uso desde el poder y eso es un pecado imperdonable.

- ¿Pero entiende que Alberto Fernández es como Néstor y Cristina?

- Lo que hay ahora es que el rey está más desnudo. Ahora no son efectivos. Antes escrachaban todo el tiempo, y a la gente le preocupaba y le daba temor. Ahora hicieron un escrache en la casa de Patricia Bullrich y los sacaron a huevasos los vecinos. Hoy el sector republicano les ha perdido el miedo y el respeto intelectual. Ellos son un secta que se queda a cargo del Estado. son el comunismo alemán que en la previa a la caída del muro diseñaba cómo iba a ser la Alemania comunista los próximos 40 años. Ahora la gran duda es si esta decadencia va a implicar que el kirchnerismo pase a ser un muerto político en poco tiempo y no corran más después de las elecciones de 2023 o si va a haber un efecto como el de Venezuela en donde atomizaron a la población y todo el que se pudo ir del país se fue.

- Pero esto mismo se pensaba en 2016 cuando cantaban “no vuelven más” y el kirchernismo volvió a ganar en primera vuelta

- Es cierto, se creía que iba a ser eso así., Había pasado algo que nunca había sucedido y es que una fuerza política que no provenía del justicialismo había ganando las elecciones en los tres “distritos”: en el país, en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Ese era el momento para dar una batalla política mostrando que se había estado muy cerca del abismo. Había que hacer reformas de toda naturaleza y en el gobierno del PRO y de Juntos por el Cambio tuvieron una especie de optimismo en donde se creyeron que el mundo iba a ver que estaban ellos y las inversiones iban a llegar. Eso fue un error.

El ex ministro junto a
El ex ministro junto a Mauricio Macri

- ¿Fue pueril?

- Eso fue infantil, veníamos de 12 años de degradación y el mundo quería ver que superabas esa etapa populista. Pero Macri no dio la pelea cultural, pese a que hicieron muy buen gobierno en algunas cosas como por ejemplo la política exterior, sector en donde hoy se nota la diferencia porque el kirchnerismo decidió apoyar a Hamas, que es una organización terrorista, y a Venezuela. El kirchnerismo tiene una política internacional completamente chavista, lo que pasa es que nadie se enoja con Argentina porque al mundo no le importa la Argentina, no tiene ningún valor estratégico.

- ¿Macri perdió o no dio la pelea cultural?

- No dieron la pelea cultural. Las reformas que hay que llevar adelante en la Argentina son estructurales y muy profundas.

- ¿ Cómo observa el rol de Cristina Kirchner hoy?

- Cristina consiguió estar en el mejor de los mundos porque Alberto Fernández sigue su política y ella no se tiene que “quemar”. Porque Felipe Solá es de una insolvencia intelectual brutal. Son burócratas del estado. Tienen que agradar al kirchnerismo. Martín Guzmán, el ministro de Economía, se supone que es un tipo del sistema económico, es amigo de economistas de los EEUU, sin embargo, quiere cambiar un secretario de energía y no puede, porque ella no quiere. Todos tienen que agradar al kirchnerismo. Un caso de esto es el de las vacunas. Mientras el mundo discute la compra de Pfizer, de AstraZeneca, la ministra de Salud -Carla Vizzotti- se va a Cuba a hablar de la vacuna. Es peor que un país subdesarrollado de África. ¿Una ministra habla de la vacuna cubana? Ese es el triunfo rotundo del kirchnerismo.

-Parte de la oposición la daba retirada a Cristina Kirchner y, sin embargo, esos mismos hoy entienden que concentra todo el poder. ¿Considera eso un rasgo de inteligencia de la vicepresidenta?

-Ella sabe jugar el juego. Algunos de los tiranos de la humanidad sabían jugar ese juego. No es culta, no ha leído casi nada, no es una gran oradora, pero ese juego de sometimiento, que es el juego que se juega en el peronismo, lo sabe. Los tiene a latigazos. el peronismo funciona así.

- ¿Se ve discutiendo un cargo político en la Argentina?

- Me veo afuera de la política, pensando la política. Si vos no das la pelea de las idea no tiene ninguna importancia el cargo. Podría ilusionarme si viera que hay un proyecto en el cual debería salir una oposición que diga ‘vamos a ganar las elecciones y vamos a hacer todas las reformas’. Si eso no surge va a pasar como a Cambiemos, vas a gobernar muy poquito. A no ser que en Cambiemos o en Juntos por el Cambio se sume cada vez más gente que entienda que este es un gobierno de reformas infartantes. Si vas a gobernar como si esto fuera Suiza, no vas a parar la decadencia. El que quiera tomar un camino intermedio, es funcional al sistema mafiosos de hoy.

- ¿Los sectores libertarios representan más sus ideas?

- Puede ser que representen esas ideas, pero lo que tienen que hacer es influir en las fuerzas políticas mayoritarias. Si sos testimonial, no alcanza. La oposición toda tendrían que hacer un mega acuerdo de reformas. Hoy el estado argentino es inviable. Martín Lousteau (de la UCR) sabe que es inviable pero se hace el gil, Horacio Rodríguez Larreta lo sabe, no lo dice, disimula, porque son el establishment de la política. Tienen que abandonar el confort. Por este camino hay que entender que, aunque los países no se muerense pueden convertir en Venezuela y Cuba. Y que la nueva oligarquía argentina es la política.

- En medio de la discusión política ¿le gusta mas el modelo confrontativo de Patricia Bullrich o el dialoguista de María Eugenia Vidal?

Entre halcones y palomas me gustan más los halcones.

- ¿Y entre José Luis Espert, Javier Milei y Ricardo López Murphy?

- Me gusta más Ricardo López Murphy que Espert y Milei. López Murphy quiso hacer las reformas que había que hacer en 2001 de achicar el gasto del Estado en un momento en el que el país estaba desfinanciado. Y el que le hizo la guerra fue la corporación política que no quería que le toquen sus privilegios.

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