En línea con lo que viene diciendo el presidente Alberto Fernández y parte del Gabinete, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, defendió este lunes la implementación de las clases virtuales en las ciudades de la Argentina que se encuentran en peor situación epidemiológica por el coronavirus y advirtió que, debido al contexto actual, “problemas de salud mental vamos a tener todos” y no solo los alumnos que no pueden ir a las aulas.
La funcionaria aseguró que el Gobierno “prioriza la educación, sin desconocer que el escenario ideal es la presencialidad”, pero también remarcó que “hay una pandemia que genera” que bajo esa modalidad “haya una movilidad de personas que, como se ha visto en muchos países, y en la Argentina también, luego aumente en forma muy importante el número de casos”.
“Problemas de salud mental vamos a tener todos porque estamos viviendo una situación crítica, humanitaria, que no tiene precedentes en este siglo. Por supuesto que es un problema grande para los niños y adolescentes, que no tienen la posibilidad de hacer todas esas cosas de la juventud, como salir, relacionarse”, reconoció.
Sin embargo, sostuvo que este escenario “es muy difícil también para los adultos mayores, para las personas que se acaban de casar, para los que tienen que ir a trabajar, para los que solían viajar, para todos”, ya que “no hay nadie que sea feliz en este contexto o que no esté preocupado”.
“A mí me parece que la sociedad está muy cansada. Realmente es un esfuerzo muy grande porque tenemos que dejar de hacer cosas que nos salen intuitivamente, que es ver a los seres queridos, tomar mate y darnos un beso. Pero el mundo ya lleva un año así”, señaló.
Durante una entrevista en el programa Desde el Llano, que conduce el periodista Joaquín Morales Solá en la pantalla de TN, la ministra explicó que lo que le preocupa “es que la gente vea el hemisferio norte pensando que estamos en esa situación, cuando todavía nos faltan junio y julio, todo el invierno”.
“Yo comparto la preocupación de las personas, pero no creo que la vacunación vaya lenta porque ya hemos recibido 17,5 millones de dosis, ya están vacunadas más de 9 millones de personas con una dosis, por lo que el 20% de la población ya inició el esquema”, agregó.
Consultada por el retraso en la entrega de vacunas, Vizzotti argumentó que “todos los laboratorios, el 100% de ellos, de todo el mundo, incluyendo los que no firmaron con la Argentina, no cumplieron porque no pudieron desarrollar la producción a la escala que se había planificado en el cronograma teórico de los contratos que firmaron”.
No obstante, destacó que le “fue muy bien” en el viaje que hizo a México junto a la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, para liberar partidas de AstraZeneca, y anticipó que el país norteamericano “va a poder adelantar en estos días 800 mil dosis que les corresponderían a ellos”, pero que serán enviadas a Buenos Aires y “compensadas más adelante”.
Además, anunció que “la Federación Rusa ya confirmó dos nuevos vuelos para esta semana”, en los cuales van a llegar, en el primero de ellos, “dosis del componente uno” y, en el segundo, “del componente dos” que le permitirá al Estado continuar con el programa de inmunización, aunque todavía no se informó el tamaño del cargamento.
Al respecto, la funcionaria buscó llevar tranquilidad a aquellos que tienen solo una aplicación, al explicar que “es un intervalo arbitrario” el de “esos 3 meses que se dice” que tienen que pasar entre una inyección y la otra, ya que “si pasa una semana más o una menos, no es que deja de tener efecto la vacuna”.
“Es un plazo que se pone para que los programas de vacunación sepan cuándo citar a la persona. Una sola dosis de la Sputnik V tiene casi la misma eficacia que el esquema completo de Astrazeneca o de Sinopharm”, detalló.
Asimismo, volvió a desvincularse del escándalo del Vacunatorio VIP, que derivó en la renuncia de su predecesor, Ginés González García: ”La verdad es que eso ya lo hablamos, el Presidente, el jefe de Gabinete y, esta semana, también el ex ministro. Esa fue una situación muy puntual que fue la excepción. Yo no lo sabía, no lo permití. Varias personas, por preocupación, llamaron para ver si se podían vacunar y la verdad es que yo no lo permití”, contó.
Por último, precisó que en la Argentina todavía no se les permite a las empresas privadas vender vacunas contra el coronavirus, como ya ocurre en otras partes del mundo, porque “los laboratorios están priorizando a los Estados nacionales, dado que aún no se ha vacunado a gran parte de la población, y el otro problema es la dificultad en la trazabilidad de las vacunas, poder demostrar de dónde vienen”.
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