Sin grandes innovaciones ni cambios de candidaturas en el horizonte, las listas de izquierda que competirán en las elecciones legislativas de 2021 se preparan para la caza del voto descontento ante la crisis sin precedentes por la pandemia de coronavirus.
Durante todo junio, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT)-Unidad comenzará las conversaciones para la definición de las candidaturas que se presentarán para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). La expectativa es que, al igual que en los últimos turnos electorales, haya un acuerdo en los nombres de las listas y no se produzca una competencia interna en los principales distritos entre el Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), Izquierda Socialista (IS) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), las cuatro fuerzas políticas que integran la coalición.
El armado político trotskista pone en juego en estas elecciones las dos bancas de diputados nacionales de la Provincia de Buenos Aires, por las que resultaron electos Nicolás del Caño y Romina del Plá en 2017. También se renovarán los tres representantes de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y un lugar en la Legislatura bonaerense por parte de la jurisdicción de La Plata.
El Frente de Izquierda suele obtener resultados superiores en los comicios legislativos que en las presidenciales. El mejor desempeño fue en 2013, cuando obtuvo el 5% de los votos a nivel nacional y logró introducir en el Congreso tres diputados por la provincia de Buenos Aires, Mendoza y Salta.
En plena pandemia, la izquierda observa con una mayor probabilidad obtener un crecimiento en el apoyo electoral o, al menos, sostener el esquema de representación de 2019. Creen que no será el mismo escenario que 2019, cuando la elección se polarizó entre los anti macristas y anti kirchneristas.
“Ahora hay un sector que votó a Alberto Fernández que está decepcionado”, apuntó a Infobae uno de los referentes que sigue de cerca el armado de las boletas.
No se esperan sorpresas en los cargos principales. Por la Ciudad de Buenos Aires, la expectativa es que encabecen los lugares en las listas la abogada de derechos humanos Myriam Bregman (PTS) y Gabriel Solano (PO), mientras que en la provincia de Buenos Aires ese rol lo ocupen Nicolás del Caño (PTS) y docente Romina del Plá (PO). En el resto de los distritos tampoco se esperan novedades.
Si bien la negociación no está iniciada, en el FIT saben que en última instancia apelarán a la fórmula que le facilita sostener su base electoral. Además de los lugares y nombres conocidos en las listas, el esquema de rotación de bancas permite mantener a todos los integrantes conformes y evitar rupturas.
El próximo 10 de junio volverá a aplicarse este dispositivo: Nicolás del Caño ya presentó su renuncia al cargo, por lo que en su lugar asumirá hasta el fin del mandato Mónica Schlotthauer y compartirá bloque con Juan Carlos Giordano. Será la primera vez que una de las fuerzas minoritarias del sector, Izquierda Socialista cuente con 2 diputados nacionales.
Como todos los años, habrá intentos para constituir una sola oferta electoral de la izquierda. Nuevamente, en el PTS volverán a insistir en una alianza que integre a las otras fuerzas políticas afines que aún no están dentro del FIT-Unidad, como el Movimiento al Socialismo (MAS) de Manuela Castañeira y Autodeterminación y Libertad (AyL), de Luis Zamora. A ese llamado convocarán al “Partido Obrero Tendencia”, que es el sector que terminó afuera de la agrupación y que está referenciado en el economista Marcelo Ramal y en Jorge Altamira.
El MAS está en otra sintonía. La agrupación de Castañeira tejió un acuerdo electoral con el sector del ex PO. En Salta inscribió una alianza electoral para los comicios provinciales que se esperaban al 4 de julio, y que finalmente fueron postergados sin fecha definida.
La provincia de Salta es un distrito caro para la izquierda. Desde hace casi 20 años el Partido Obrero cuenta con representación parlamentaria. Y en 2019, el FIT-Unidad venció en las PASO al grupo que representa a Altamira y Ramal.
En el caso de AyL, lo esperable es que la fuerza de Luis Zamora vuelva a rechazar la integración a un frente común en la Ciudad de Buenos Aires. Por el momento no están pensando en negociaciones, según confirmó a este medio el legislador Fernando Vilardo.
Más allá de las posibilidades, en el Partido Obrero no quieren ninguna competencia interna y ven dificultoso que el grupo liderado por Ramal y Altamira se incorporen a la coalición trotskista.
“La campaña tiene que estar con el eje de que estamos en una crisis social sin precedentes. No es la misma situación desde hace dos años, el kirchnerismo y el macrismo se tienen que hacer cargo de sus fracasos. Las PASO son inconvenientes en este contexto, es ridículo discutir entre nosotros. Necesitamos un acuerdo equilibrado”, sostuvo el legislador porteño Gabriel Solano.
Por el momento, la primera prueba que atravesará el FIT-Unidad será Jujuy, donde en el pasado tuvieron buenos resultados electorales. Allí tampoco habrá unidad con el armado de Marcelo Ramal y el Nuevo Mas. La lista encabezada por Alejandro Vilca (PTS) necesita obtener 30.000 votos para defender su bancada actual, junto con los mandatos de cuatro diputados provinciales y los cinco concejales en San Salvador, Palpalá y Libertador.
En la izquierda admiten que la elección jujeña del 27 de junio es difícil. Al ser separadas de las nacionales, la provincia no cede espacios pagos para la campaña en radio y televisión, y el Estado tampoco paga las boletas. Además, para ingresar a la Legislatura, el umbral es del 5 por ciento del padrón, lo que existe al menos conseguir un 10% de los votos emitidos.
En 2017, el FIT había obtenido en Jujuy el 16 por ciento de los votos, posicionándose con tercera fuerza. Dos años después, en las presidenciales, ese resultado cayó al 3 por ciento.
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