“Estamos muy molestos con los que ya están tirando nombres y operando notas”, aseguró uno de los hombres fuertes del peronismo porteño ante la consulta de Infobae sobre el armado electoral para este año. A menos de dos meses del cierre de listas (24 de julio), la misma fuente jura que en el Frente de Todos todavía no comenzaron las discusiones serias para determinar los lugares en la boleta para la ciudad de Buenos Aires.
Dentro de la oposición porteña muchos consideran que aún es demasiado pronto para negociar lugares y lanzar candidaturas. Afirman que en medio de un pico de contagios de coronavirus y una alarmante situación económica -con 42% de pobreza a nivel nacional- salir a hacer campaña generaría rechazo en la ciudadanía y terminaría siendo contraproducente.
“Hay gente a la que le gana la ansiedad. Hay mucho enojo con esas actitudes individualistas, nosotros “, agregan.
Según la visión que atraviesa a todo el espacio -en sintonía con el gobierno nacional-, el éxito de la campaña de vacunación y la reactivación económica tendrán mucho más impacto que cualquier nombre que pueda liderar una boleta. “Lo lógico sería que se empiece a hablar de las listas después de las vacaciones de invierno”, calculan en las filas kirchneristas. Sin embargo, las especulaciones son casi inevitables y por lo bajo algunos siguen sacando cuentas.
Mientras tanto, del otro lado de la grieta sobran candidatos y tensiones. Patricia Bullrich ya dejó en claro que apunta a encabezar la lista de diputados nacionales y Horacio Rodríguez Larreta se debate entre buscar un acuerdo o convencer a María Eugenia Vidal para disputar una PASO.
Para el Frente de Todos el panorama es más complejo. En un distrito que lleva casi una década y media de hegemonía amarilla, Matías Lammens, el candidato que los sectores albertistas consideran “natural”, dejó trascender en más de una oportunidad que no tiene intenciones de competir en este turno electoral. El ministro de Turismo y Deportes sigue con la mira puesta en la Jefatura de Gobierno para 2023 y cree que su rol en el gabinete le garantiza mantener un perfil ejecutivo y tener una mejor vidriera que la Cámara de Diputados.
No obstante, dentro del frente compuesto por albertistas, pejotistas, camporistas, independientes y movimientos sociales, algunos explican que los deseos personales de Lammens no son determinantes. “No es momento para especular, si el proyecto necesita que encabece va a tener que encabezar”, advierten. Sólo Alberto Fernández tendrá la última palabra.
Solapadamente, también le recriminan la falta de protagonismo en el debate de los temas candentes de la Ciudad. “Está todo el país hablando sobre la presencialidad en las escuelas y nuestro último candidato a jefe de Gobierno no se posiciona sobre ese y otros temas importantes”, lamentan.
Pero las alternativas no abundan. Sin Lammens, el legislador Leandro Santoro se presenta como otra opción viable, principalmente por su cercanía personal con el Presidente y por una sostenida presencia en los programas políticos de los principales canales de noticias. Aunque por el momento también se niega a hablar de su eventual candidatura, carteles con su nombre ya empapelaron algunos barrios porteños.
Sin embargo, desde el albertismo todavía no descartan sorprender con un batacazo. En off recuerdan que Vilma Ibarra y Elizabeth Gómez Alcorta viven en la Ciudad, aunque reconocen que no hubo ofrecimientos concretos.
Otro tapado podría ser el embajador Daniel Scioli, cuyo nombre circuló tras la difusión de un sondeo del consultor Hugo Haime. Además, en un acto oficial de hace casi dos semanas recibió un fuerte reconocimiento por parte de Alberto Fernández: “Es mi hermano, mi alter ego, hablar con él es hablar conmigo”, dijo.
El economista y ex candidato a jefe de gobierno Matías Tombolini, con respaldo del massismo; Gisela Marziotta, por el sector que lidera Víctor Santa María; y María Rosa Muiños, por el NEP del asesor presidencial Juan Manuel Olmos, son algunas de las figuras que seguramente buscarán un lugar en las listas. También están los diputados Gabriela Cerruti y Carlos Heller, que renuevan sus bancas.
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