El objetivo principal del viaje a Cuba de la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, era conocer de primera mano los avances de las vacunas Abdala y Soberana 2, dos de los cuatro proyectos que se están desarrollando en ese país. Fuera de agenda, se hicieron un espacio para recorrer La Habana Vieja y visitar el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, que está coordinado por la argentina María Santucho -sobrina de Mario Roberto Santucho, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)-, exiliada en la isla desde que tenía 15 años.
“Ya estamos en La Habana con @cecilianicolini para conocer de parte de las autoridades sanitarias e investigadorxs de Cuba los avances del desarrollo de las vacunas Abdala y Soberana”, tuiteó Vizzotti el jueves.
De acuerdo a la información oficial, durante los dos días de estadía en la isla, que finalizan hoy, Vizzotti y Nicolini también debían “sostener encuentros con sus pares cubanos para analizar la situación de la pandemia en la región e intercambiar prácticas en servicios de atención primaria”.
Un posteo de Facebook realizado por Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, alertó sobre la presencia de las funcionarias argentinas. “Nos alegró mucho que la asesora presidencial Cecilia Nicolini y la ministra de salud de Argentina Carla Vizzotti encontraran un momento cálido y fraterno para visitar y conocer el Centro Pablo y sus principales proyectos culturales. Viva la hermandad latinoamericana”, escribió el poeta, cineasta y periodista cubano; quien está casado con María Santucho y se desempeña como director de la institución.
La foto, en modo selfie, fue tomada por la propia María quien llevaba puesto un barbijo color verde -en coincidencia con el día en que el gobierno de Alberto Fernández publicó el protocolo para Interrupción Voluntaria del Embarazo- con el logo del pañuelo blanco de las Abuelas de Plaza de Mayo. Detrás de ella, posan sonrientes Vizzotti y Nicolini junto a cuatro personas más.
El principal objetivo de este espacio cultural es estimular la producción de trabajos orales y escritos para incentivar el rescate de la memoria colectiva cubana. Publicar, en colaboración con instituciones cubanas y de otros países, y con la ayuda financiera de organismos internacionales, los proyectos de investigación promovidos por el Centro y textos fundamentales del género testimonial y sobre teorías y metodologías de investigación. También organizar talleres, concursos y eventos sobre las temáticas anteriores, como parte de la necesaria atmósfera de debate para la cultura y la vida de Cuba.
Víctor Casaus, uno de los principales referentes intelectuales de Cuba, conoció a María en 1984, quien se había exiliado en la isla luego de la persecución que vivió entre fines de 1975 y fines de 1976 por parte del gobierno militar, cuando la secuestraron junto a su mamá, sus hermanas y primos.
Carlos Españadero fue un hombre clave del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército: secuestró a Ofelia Díaz, mamá de María Santucho y una cuñada de Mario Santucho, y a nueve niños, entre ellos los cuatro hijos del máximo jefe del PRT-ERP y sus sobrinos.
María Ofelia fue llevada a Campo de Mayo donde sufrió golpes, manoseos y amenazas de violación; y luego trasladada a los calabozos del Pozo de Quilmes. Tuvieron suerte: no integró la lista de desaparecidos.
Las preguntas que le hacían los militares a ella, como a su mamá y a su primos, tenía que ver con “¿dónde estaba Mario Santucho?”.La cabeza de Españadero trabajaba a ritmo de vértigo, calculando las opciones que le daba el inesperado “botín de guerra” que había obtenido. Quería proponerle a Santucho entregarse a cambio de sus hijos y sobrinos, o pactar una entrega “de hombre a hombre” para tenerle una cama y así capturarlo.
Documentos desclasificados aseguran que Santucho fue localizado y acribillado por los militares gracias a a la ayuda que recibieron por una oficial del ERP, a quien le prometieron dinero y asistencia para salir de Argentina con su familia.
Españadero, el ex agente de Inteligencia del Ejército, fue quien la sacó a María y su familia del centro clandestino de detención y los llevó a un hotel en Capital Federal.
Españadero les consiguió a los familiares de Santucho pasaportes falsos para ir a EEUU a través de un salvoconducto con la Embajada de Cuba, donde finalmente María se radicó.
Hoy, la vida de la sobrina de Mario Santucho transcurre entre Buenos Aires y La Habana, ciudad donde desempeña una intensa actividad cultural junto a su marido y mantiene muy buenos lazos con el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner como se puede apreciar en la foto.
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, también utilizó sus redes sociales para detenerse en un detalle histórico de la visita de Vizzotti y Nicolini. “Hace 48 años, el 28 de mayo de 1973, #Cuba y #Argentina restablecen relaciones, tras la toma de posesión de Héctor Cámpora. Hermosa coincidencia #SomosContinuidad”, posteó en alusión a la relación que los cubanos mantienen con el peronismo y que se incrementaron cuando Néstor Kirchner asumió en la Casa Rosada.
De hecho, fue el mismísimo Fidel Castro quien visitó la Argentina un día después de la asunción de Néstor para dar un fervoroso y extenso discurso en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, que fue transmitido por todos los canales de TV. Ese hecho marcó el comienzo de otra etapa de estrecho vínculo entre la Argentina y Cuba, y que Cristina continuó al pie de la letra durante sus dos presidencias y ahora en su actual vicepresidencia.
Lo que no recordó el Presidente cubano, ni los activistas del Centro Pablo, son los aceitados vínculos de Fidel Castro con Jorge Rafael Videla, en los años en que ambas dictaduras se encubrían mutuamente en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU...
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