Estaba acordado que la presencia de las madres del dolor tuviera como objetivo que pudieran brindar su testimonio sobre la muerte de sus hijos, víctimas de la violencia institucional. Sin embargo, la reunión estuvo marcada por una escandalosa pelea entre los diputados, que terminó con una dura reprimenda de las mujeres, cansadas de no ser escuchadas. “Hagan un mea culpa”, les exigieron.
Todo sucedió en el marco de la cuarta reunión informativa de las comisiones de Seguridad Interior, que preside Paula Penacca, y de Derechos humanos, a cargo de Hugo Yasky, con el objetivo de analizar el proyecto integral contra la violencia institucional, que busca “prevenir y erradicar” estos actos por parte de las fuerzas policiales, de seguridad y servicios penitenciarios. Se realizó a través de la plataforma Zoom y contó con la presencia de funcionarios y expertos en la materia, además de la madre de Facundo Astudillo, Cristina Castro, y la madre de Blas Correa, María Soledad Laciar.
Su turno para exponer se demoró más de lo previsto ya que tuvieron que ser testigos de una acalorada discusión entre diputados oficialistas y opositores. Por ese motivo, cuando fue su turno de hablar, Castro se dirigió a los legisladores para hacerles una dura crítica: “Es muy triste lo que ha pasado. Hablamos de violencia institucional, vemos estos arranques de violencia y el hecho de no poder dejar un segundo la bandera política a un lado para fijarse… Acá no estamos hablando de un partido político, estamos hablando de víctimas, de seres humanos. No quiero que mi hijo sea un número, es un ser humano y nosotros somos una familia que no perdió solamente a un hijo, también hay hermanos, abuelos, tíos… Ver estos arranques de violencia, más cuando se habla de violencia institucional, duele. Y duele saber que estas son las personas que nos están representando en este momento”.
Ante la mirada avergonzada de los diputados, la madre de Facundo Astudillo, el joven desaparecido hace poco más de un año supuestamente por agentes de la Policía Bonaerense, continuó: “A nuestros hijos no los devuelve nadie. No hay reparación del daño que nosotros sentimos, el dolor que una familia siente. Les pido por favor que dejen de lado sus banderas políticas porque ustedes nos representan”.
“Nos siguen maltratando, humillando y agrediendo. Les pido un poquito de respeto y de ayuda”, señaló la mujer antes de retirarse de la videoconferencia porque tenía que regresar a su trabajo. “Una vida entera cuidando a nuestros hijos con mucho esfuerzo para que mueran en manos del Estado. No es justo, nos merecemos un poquito de justicia”, concluyó.
Un descargo parecido realizó la madre de Blas Correa, el joven cordobés que murió el año pasado en manos de agentes de la policía provincial. Indignada por lo sucedido, les habló a los legisladores presentes: “Estuve a punto de irme. Tengo un bebé de un mes y un bebé de un año y cuatro meses que están esperando para darles de comer. Tengo un hijo de 20 años y un marido que dejó de trabajar para quedarse a cuidarlos porque me parecía muy importante estar hoy acá para que ustedes nos escuchen”.
La mujer dijo que fue “una falta de respeto” lo que sucedió durante el plenario y manifestó su dolor: “No tienen idea lo que nos cuesta estar frente a una cámara. No estamos acostumbradas a estar en esto. Me tuve que acostumbrar a salir en un programa de televisión a visibilizar lo que le pasó a nuestro hijo y ver cómo se pelean, si son de un partido y otro... La política no me gusta, y esto me convence más de que no participaría nunca en política. Les pido que hagan un mea culpa y digan: ‘No me importa el partido’. Tuvimos que presenciar una situación en la que sentí que nuestra presencia importaba poco”.
“Después de lo que viví recién, no sé si creo que puedan hacer algo. Primero tendrían que ponerse de acuerdo y empatizar un poco con nosotros y tener un poquito de piedad por lo que estamos pasando”, cerró. Ante esta situación, la diputada Paula Penacca pidió disculpas en nombre de todos los legisladores.
Lo que sucedió
La sesión comenzó con el relato de las mencionadas madres del dolor y de Patricia Isorni, mamá de Franco, el joven asesinado el año pasado en Santiago del Estero, por cuya muerte fue denunciada la Policía provincial. Pero con el correr de los minutos los diputados comenzaron a discutir.
“No es lo mismo recibir a un policía que mata a una persona por la espalda que exigir el inmediato encarcelamiento de los asesinos, como fue el caso de Néstor Kirchner cuando se enteró de la muerte de Mariano Ferreyra”, arremetió Mara Brawer, diputada del Frente de Todos, en referencia a la actitud del entonces presidente Mauricio Macri de recibir a Luis Chocobar, el agente de la Policía bonaerense acusado de matar a balazos a un delincuente.
El diputado Fernando Iglesias, de Juntos por el Cambio, le contestó: “Desde que comenzó al cuarentena tenemos al violación de derechos humanos más grave de la historia de la democracia argentina”.
La temperatura fue en aumento y llegó a su pico cuando Penacca no le dio la palabra a Iglesias y pidió cederles lugar a las madres del dolor. Al diputado de Juntos por el Cambio no le gustó su actitud: “Como siempre, no son capaces de respetar ni un solo compromiso.”
“¿Podemos cumplir con darle la palabra a los invitados?”, le respondió, con otra pregunta, Penacca.
“Necesito un minuto, nada más”, insistió Iglesias. “¿Puede respetar a alguien que no sea usted mismo?”, volvió a cuestionar Penacca.
Iglesias levantó la voz: “¡No me falte el respeto usted, para empezar! Hice una moción de orden, y me la negó cuando es mi derecho. Me dijo que me iba a dar la palabra, me dijo que me iba a dar un minuto. Tardamos más en discutir esto que en mi intervención”.
“Le doy la palabra a los invitados y después siguen con la palabra los diputados”, cerró el escándalo la legisladora del Frente de Todos.
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