El presidente Alberto Fernández decidió trasladar toda su agenda a la Quinta de Olivos hasta el próximo lunes, en que retomará la actividad en la Casa Rosada. Es, ante todo, un gesto simbólico que el Gobierno intenta dar en el medio de las restricciones.
Desde el Gobierno aseguraron que la idea es reducir la circulación de gente en el área de trabajo. En Balcarce 50 suele haber más movimiento debido a que la presencia de funcionarios, asesores y empleados es mayor a la que puede haber en la quinta presidencial.
Con esta decisión, tomada durante el fin de semana largo, Fernández busca mostrar que cumple, a su manera, con una suerte de home office. Trabajará desde su casa con un grupo reducido de gente. Realizará todas las actividades agendadas, desde acá hasta el domingo, desde su casa.
El gesto llega como contrapartida de una serie de imágenes polémicas que fueron muy cuestionadas por la oposición y que no cayeron bien en la sociedad. Fotos donde el Presidente no cumple con los protocolos más elementales en tiempos de coronavirus.
Entre esas fotos se destacan una imagen con la familia de Hugo Moyano en la que ninguno tiene el barbijo puesto, una postal en un acto político donde intendentes, funcionarios, Alberto Fernández y Cristina Kirchner se amontonan para salir en la foto y una cena con el ex presidente de Bolivia, Evo Morales, en la que la mayoría no tiene barbijos.
Como parte de ese cambio de planes, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, decidió trasladar el Gabinete económico, que suele hacerse los miércoles en el primer piso de la Casa Rosada, a la Quinta de Olivos. El Presidente participará del encuentro.
En los próximos días Fernández y sus principales ministros pondrán sobre la mesa un tema central que tienen que definir: cómo seguir con las restricciones una vez que finalice el decreto. Hay algo asumen con seguridad. Tendrán que establecer una serie de medidas durante los próximos meses de frío.
El DNU vence el 11 de junio, pero el Gobierno empezó a discutir qué modalidad de restricciones aplicar para atravesar el invierno sin el sistema de salud al borde del colapso. Busca diseñar un plan de acción que tenga cierta previsibilidad en el tiempo.
Por estas horas la principal opción es aplicar una cuarentena intermitente que les permita evitar el cierre total de la actividad económica y, al mismo tiempo, ganar tiempo para avanzar en el operativo de vacunación. La primera en exponerlo fue la ministra de Salud, Carla Vizzotti, que dejó en claro que deberán continuar con las medidas restrictivas en los próximos meses.
Uno de los esquemas que se baraja sería mantener los cinco días de la semana con el paquete de restricciones similar a la que estaba vigente hasta el último viernes, y los fines de semana dejar activa la fase actual, que tiene muchas similitudes con la Fase 1 del 2020.
De esa forma, lograrían encontrar un equilibrio entre las aperturas y los cierres que, a priori, evitarían que la curva de contagios se desmadre. Una parte de la agenda político sanitaria que se tratará en Olivos en los próximos días está vinculada a la resolución de ese plan.
En principio desde el Gobierno advierten que necesitan tener datos más concretos sobre el impacto de las últimas medidas. Esos números finos llegarán recién la semana que viene. El esquema de cierre de los fines de semana depende de la efectividad de las medidas que están vigentes. Si no dan resultado, el cierre tendrá que ser mayor.
SEGUIR LEYENDO: