El gobierno argentino rechazó una donación de 15.000 vacunas provenientes de Chile destinadas a la ciudad santacruceña de Río Turbio. El argumento oficial fue que el lote estaba integrado por dosis que aún no fueron aprobadas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
La iniciativa había sido impulsada a finales de marzo por el senador chileno Carlos Bianchi Chelech, quien había ofrecido las miles de dosis desde la región de Magallanes a la ciudad ubicada en la Cuenca Carbonífera, al sur de Santa Cruz. En esta región de 15.000 habitantes, suelen cruzar la frontera un gran número de chilenos para cobrar jubilaciones y otros tipos de haberes. Incluso, hay miles de ciudadanos del país trasandino radicados en ese punto del Sur argentino.
Precisamente la idea del senador era la de inocular a todos los vecinos de Río Turbio con el fin de poder recuperar los vínculos laborales y personales que históricamente han unido a los habitantes de ambos lados de la frontera.
El 31 de marzo, el Senado chileno emitió una carta formal al Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, con el fin de que se agilicen las negociaciones con el Gobierno argentino y así poder encauzar la donación de las 15 mil vacunas, procedentes de los laboratorios Pfizer-BioNTech y Sinovac.
Así, Infobae tuvo acceso a la respuesta por parte del titular de la Cancillería chilena, Andrés Allamand, a la solicitud realizada por el Senado trasandino.
En ese comunicado, Allamand se dirigió a la presidenta del Senado chileno Yasna Provoste, donde especificó que el gobierno argentino resolvió declinar la oferta de donación, ya que las vacunas en cuestión no se encontraban habilitadas por la ANMAT para su distribución en el país.
“Me permito informar a usted que nuestra Embajada en Buenos Aires, junto con revisar la normativa sanitaria local, ha tomado contacto con el director de la ANMAT de la Argentina, Manuel Rodolfo Limeres, para conocer la posición de su país respecto de las vacunas Pfizer y Sinovac”, rezó el comunicado.
“Al respecto, la autoridad sanitaria informó que los antes citados laboratorios no cuentan, en estos momentos, con registros vigentes para sus vacunas en el país, ni tampoco han solicitado el inicio del trámite para ese fin, por lo que no existe autorización para vacunación con tales fármacos (...) Consecuentemente, las referidas vacunas, en la actualidad, no están contempladas dentro del plan de vacunación aprobado por la Argentina, ya sea para sus nacionales o extranjeros residentes en ese país”, finalizó el documento firmado por Allamand y emitido el último 22 de abril.
Parte del comunicado no coincide con la realidad, ya que la vacuna Pfizer fue la primera aprobada en la Argentina, pese a que se hayan frustrado las negociaciones con el laboratorio para formalizar un acuerdo.
De acuerdo a los últimos estudios, se constató que la vacuna Pfizer tiene una eficacia de inmunización del 80 por ciento con una sola dosis y del 91,3 por ciento con las dos inoculaciones. Por su lado, la de Sinovac cuenta con una eficacia total de entre el 50 y el 62 por ciento y, efectivamente, no fue aprobada aún por la ANMAT.
“Nosotros en Magallanes tenemos vacunados con las dos dosis al 85 por ciento de nuestra población. Y en Chile ya se vacunó a más de 8 millones de personas. Esta actitud del Gobierno argentino no se explica. No sé si será por orgullo de poder, por cuestiones políticas, pero no se entiende”, le aseguró el promotor del proyecto de donación, el senador Carlos Bianchi Chelech, en declaraciones a Infobae.
“Chile ya ha donado vacunas a Ecuador y a Paraguay y no hubo ningún tipo de problema. La gente lo que quiere es salvarse de este virus, no le importa de qué laboratorio es cada vacuna. Es como si se estuviera jugando con la salud humana”, agregó.
Fuentes oficiales cercanas al mundo diplomático justificaron la decisión en diálogo con Infobae: “La vacuna Sinovac no está aprobada en el país. Es imposible meter un producto médico que no tiene la aprobación de la ANMAT”.
Sin embargo, después de publicada esta historia, desde el Ministerio de Salud de la Nación se aclaró que en ningún momento se inició un ofrecimiento formal por parte de la Cancillería de Chile.
“El Ministerio de Salud de la Nación no recibió ninguna comunicación formal de donación de vacunas. Por lo cual no se puede rechazar lo que jamás fue ofrecido con las míminas formalidades administrativas necesarias”, afirmaron desde la cartera sanitaria nacional.
Además, aclararon que esta situación fue similar a lo ocurrido con la oferta del ex futbolista Matías Almeyda para donar vacunas a la ciudad de Azul: aún cuando se trata de una donación, el único que puede realizarla es el titular del registro. Es decir que las donaciónes sólo las podría hacer el propio laboratorio de Pfizer.
Pese a haber sido la primera vacuna aprobada en la Argentina ante la emergencia del covid-19, la disponibilidad de la Pfizer en el país aún transcurre a través de un laberinto.
“Las negociaciones a veces sufren algunos impases, se frenan, luego se retoman, en ningún caso están cerradas o imposible de poder firmar o avanzar. Ahora, tiene que haber acuerdos entre las partes, y eso significa (no solo) ponerse de acuerdo en las cláusulas que en su momento no estábamos de acuerdo, sino también tener una propuesta interesante para la Argentina de entrega de esas vacunas en tiempo y forma”, afirmó hace unos días la asesora de presidente Alberto Fernández Cecilia Nicolini, en declaraciones a la radio Futurock.
Por su lado, en Río Turbio se había generado una gran expectativa con la posibilidad de las vacunas donadas desde Chile. Si bien ahora no se encuentran con saturación de su sistema de salud a causa de los casos positivos de covid-19, desde la comunidad se mostró preocupación respecto a la precariedad del sistema de salud de la ciudad.
“La problemática de Río Turbio siempre fue así: un pueblo que depende de las minas del carbón y que si alguna vez llega a pasar algo ahí, el hospital no está preparado”, afirmó el vecino de Río Turbio Roberto Bucarey a Infobae hace unas semanas.
Asimismo, el vínculo entre la ciudad santacruceña y Chile es desde hace décadas muy fuerte. El senador Bianchi Chelech, que durante años fue presidente del Comité Parlamentario Chileno Argentino advirtió que al menos unos 60 mil chilenos que alguna vez hayan trabajado en la Argentina, cobran la pensión jubilatoria en Río Turbio. Ante la actual situación de pandemia con cierre de fronteras, para esos ciudadanos resulta imposible acudir a tierras argentinas para poder cobrar ese dinero.
SEGUIR LEYENDO: