En el gobierno de la provincia de Buenos Aires existe una gran preocupación por el aumento en la ocupación de camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Distritos muy populosos como Marcos Paz, llegaron, en la última semana al 100% de su capacidad. Lo mismo ocurrió en municipios que no forman parte del AMBA. Son los casos de Carlos Casares, Carlos Tejedor, Chascomús, Rauch y San Andrés de Giles. Las internaciones por casos de COVID-19 treparon al 67%, entre las que se destacan ahora la presencia de jóvenes y embarazadas.
La debilidad en el sistema de salud del primer y segundo cordón del conurbano bonaerense y el interior de la provincia es seguido minuto a minuto por el equipo del ministro Daniel Gollan quien, junto al viceministro Nicolás Kreplak, mantienen informado al gobernador Axel Kicillof. En esos dos anillos del conurbano, que también forman parte del AMBA, se concentra la mayor cantidad de infectados por las cepas del nuevo coronavirus.
A nivel nacional los datos también son alarmantes. El 74% de camas están ocupadas por todas las patologías, incluyendo sector público y privado, el registro más alto de toda la pandemia. El pico anterior había sido de 64,80% de ocupación, el 15 de septiembre pasado, durante la “primera ola”.
El promedio de nuevos casos diarios aumentó 19% en la provincia de Buenos Aires. Un 10% en la Ciudad de Buenos Aires y un 33% en el resto del país. En las últimas 24 horas, se registraron 417 muertes y 22.651 nuevos contagios de coronavirus. De ese total, 7.549 son de la provincia de Buenos Aires.
Alerta en el primer y segundo anillo
El primer cordón bonaerense está formado por las comunas de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Hurlingham, La Matanza (Este), Morón, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López, San Isidro e Ituzaingó. Como se puede observar en los cuadros, la evolución de los casos de internaciones en las camas UTI, entre el 14 y el 20 de mayo (la última elevada al gobernador) se fue incrementando con el paso de los días.
Tres de esos distritos, Lanús, Lomas de Zamora y San Isidro, estaban pintados en el tablero del Ministerio de Salud en verde o amarillo, pero ya pasaron a un peligroso naranja en el semáforo de alerta. El municipio gobernado por Néstor Grindetti (PRO), de tener una ocupación de camas UTI del 68,4% se elevó al 75,3%.
Algo similar sucedió en el municipio de Martín Insaurralde (PJ). En tan solo 48 horas, del 18 al 20 de mayo, pasó de una ocupación en las unidades de UCI del 58,5% al 71,5. En la comuna de Gustavo Posse (UCR) las internaciones graves por COVID-19 tuvo un salto más brusco aún: en esos mismos días se elevaron del 52,4% al 73,2%.
Estas variaciones tienen una explicación sanitaria. Cuando un hospital de proximidad se satura e ingresan pacientes que necesitan cuidados intensivos, se gestionan los traslados a través la Unidad de Gestión Centralizada de Camas y Derivaciones (UGCC), que depende del Ministerio de Salud bonaerense.
Junto al primer anillo del conurbano, el segundo cordón también es monitoreado día a día con atención desde la cartera de Gollan. Sus distritos, con alguna salvedad, tienen, a diferencia del tercer cordón, una capacidad sanitaria más debilitada. Y si bien se reforzaron las camas de terapia, la segunda ola es de tal impacto, que resultan insuficientes.
Está formado por las comunas donde la pobreza y la indigencia también pegan con fuerza y desde el comienzo de la pandemia y por eso se reforzaron la entrega de bolsones de alimentos y viandas de comida caliente.
Lo integran Quilmes, Berazategui, Florencio Varela, Esteban Echeverría, Ezeiza, Moreno, Merlo, Malvinas Argentinas, Hurlingham, Ituzaingó, Tigre, San Fernando, José C. Paz, San Miguel, La Matanza (Oeste) y Almirante Brown. Allí viven 6.344.693 personas, el área más poblada si se la compara con los 4.919.411 habitantes del primer cordón y los 2.366.265 del tercero.
Las gráficas elaboradas por el Ministerio de Salud -en base a los datos aportados por los centros hospitalarios públicos y el efector privado- muestran un ascenso sostenido en municipios como Ituzaingó, cuya ocupación actual es del 96,3%, y derivan cada caso que ingresa.
En Merlo, la evolución de camas UTI fue desalentadora. Del 80% del 14 de mayo descendió al 66,9% el día 18, y volvió a crecer a una ocupación del 81,1%. El distrito de Gustavo Menéndez es un dramático ejemplo de los que sucede en las terapias intensiva dónde, según datos oficiales de la provincia de Buenos Aires, mueren el 70% de los enfermos por COVID-19 mayores de 60 años que ingresan a las UTI.
El dato fue revelado por Carlos Bianco, el jefe de Gabinete de Kicillof: “Hay que lograr que no lleguen a terapia intensiva porque una vez que lo hacen no se puede asegurar su supervivencia”, escribió en su cuenta de Twitter. Las muertes son la razón de la mayor desocupación de plazas en terapia.
Embarazadas y jóvenes
En la provincia de Buenos Aires, según datos del Ministerio de Salud, existe una base de 4.840 camas de terapia intensiva, sumando las del efector público como privado. En los distritos que forman parte del Área Metropolitana Buenos Aires, se concentra la mayor cantidad, 3.455. Las otras 1.304, están distribuidas en el resto del territorio bonaerense. El 67% de ellas están ocupadas con pacientes COVID-19. El otro 33% corresponden a otras patologías. En promedio, siempre según los datos oficiales, en el AMBA están ocupadas el 79% de las plazas del subsector público y el 69% del privado.
La internación de pacientes graves ocurre a tal velocidad que cinco directoras de hospitales provinciales de La Plata explicaron las razones y advirtieron a la población de la importancia de tomar medidas de cuidado personal. “En últimas 48 horas se incrementó en un 50% la cantidad de personas que requirieron hisopados por presentar síntomas de COVID-19 y que el 45% de ellos dieron resultados positivos”.
Por esa razón precisaron que “es esperable que la suba se traduzca en una saturación de las camas de terapia intensiva en las próximas semanas”. También advirtieron que “cada vez se observa mayor cantidad de cuadros graves en personas jóvenes, muchas de ellas, embarazadas que requieren camas de terapia”, algo que no ocurrió durante la primera ola.
El serio diagnóstico corrió por cuenta de la directora ejecutiva del hospital Noel Sbarra, Liliana Fishkel; y de Josefina Saintout, del hospital San Roque de Gonnet; Graciela Ramos, del hospital San Martín; Noemí Logiurato, del hospital San Juan de Dios; y Cecilia Jaschek, del hospital Rossi.
Es más, la médica Saintout afirmó que en el hospital San Roque “durante esta segunda ola registramos la misma cantidad de muertes que en todo 2020”, y expresó que “hace 45 días que venimos viendo un aumento sostenido de casos en nuestro hospital que, luego, deriva en un aumento de la ocupación de camas de terapia intensiva”.
Por su parte la directora del hospital San Martín describió el cambio de perfil de los pacientes graves en comparación con el 2020, al decir que “las UTI están llenas de personas jóvenes y muchas de ellas son embarazadas”.
El municipio de La Plata forma parte del tercer cordón del conurbano. El sistema de salud del distrito de Marcos Paz es el que sufre el mayor desborde. Tuvo sus camas de terapias ocupadas al 100% los días 15, 17, 18 y 19 de mayo. Sus centros tampoco pueden recibir nuevas internaciones que sean derivadas a hospitales de la misma región como San Vicente, que tiene una ocupación del 50% o Presidente Perón que tenía sus camas UCI al 58,8%.
Saturación en el interior de la provincia
Según el sistema de gestión de camas del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, hay al menos seis municipios con sus camas de terapia intensiva en rojo. Son los distritos de Carlos Casares, Carlos Tejedor, Chascomús, Rauch, San Andrés de Giles y Saladillo. La saturación de las UTI oscila entre el 90 y el 100%.
En la alcaldía de Salto el sistema de salud, que parecía controlado, se complicó de manera abrupta, del 50% que registraba el 14 pasado, pasó al 90% el 20 de mayo. Como otras comunas, Salto también recibió, urgencias de otros municipios de cercanía.
Lo contrario ocurre en distritos como La Costa, donde la capacidad de sus 14 camas de terapia son insuficientes para los casi 70.000 habitantes. Fluctúan entre una ocupación del 90 al 100%. Los enfermos graves deben ser derivados a hospitales públicos o clínicas privadas ubicadas a más de 300 kilómetros de distancia como ocurrió con Lucas Pérez, un comerciante de 44 años que falleció porque no había ni camas de terapia ni una ambulancia de alta complejidad para trasladarlo.
Por estas razones, por este panorama, el gobierno de Kicillof sigue muy de cerca la saturación de camas y la necesidad de restringir, si fuese posible, aún más la circulación ciudadana, es decir profundizar aún más el aislamiento social a la espera de la llegada de las retrasadas vacunas.
La ciencia ya demostró que la inmunización masiva es la barrera más efectiva que hoy se conoce contra el SARS-CoV-2.
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