Gerardo Antenor Montenegro es un hombre polifacético que a lo largo de su carrera se ha desempeñado de forma paralela como funcionario público y dirigente sindical. Fundó un colegio y una mutual, levantó de la quiebra un club de básquet y desde el 2013 se desempeña como senador nacional. De cierta manera, en un relato cronológico, los primeros pasos de su trayectoria los dio cuando era tan solo un niño.
Se crió en en el barrio 8 de Abril de la ciudad capital de Santiago del Estero, un lugar de casas bajas y calles de tierra. En su adolescencia, por las tardes, se divertía jugando al fútbol, su pasatiempo preferido, en el potrero de la zona. Algunos de sus amigos de equipo militaban en la Juventud Peronista. En un comienzo no le interesaba mucho el mundo de la política, pero en una ocasión accedió a ir a una reunión y se abrió una puerta que jamás se cerraría.
A su vez, entabló una férrea amistad con una vecina suya, Julia Comán, actual diputada provincial, con quien iba a la iglesia para hacer trabajo social. Con el acercamiento al peronismo y la vocación por las tareas de servicio en el barrio, se dio de manera casi inevitable el vínculo con Carlos Chueco Corbalán, del sindicato de empleados de comercio. La carrera gremial había comenzado.
Se desempeñó como director de Desarrollo Comunitario del Ministerio de Desarrollo Social y, en su rol de fundador de la mutual AMA-UPCN, inauguró un jardín de infantes; el primero creado por dirigentes sindicales en el país. Poco tiempo después, a pesar de dudarlo en un comienzo, aceptó acompañar a Comán en el cargo de vocal de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), uno de los gremios estatales más importantes.
En 1998, antes del comienzo del último mandato de Carlos Arturo Juárez como gobernador de la provincia, Montenegro fue elegido secretario general de la UPCN. En el 2000 gestionó la creación del Instituto Educativo de gestión privada Monseñor Gottau de la ciudad de Santiago del Estero, en el rol de su representante legal. Y en 2001, en medio de la crisis económica y a pesar de no tener conocimientos sobre básquet, se convirtió en el presidente de la Asociación Atlética Quimsa, un club de la tercera división de la liga argentina con los números en rojo, que en poco tiempo tuvo sus cuentas estabilizadas y alcanzó grandes logros deportivos. Además, asumió como secretario adjunto de la CGT de Santiago del Estero, cargo que ostenta hasta el día de hoy.
Solo le faltaba dar el salto político: lo hizo en 2009, cuando fue elegido diputado provincial.
Al año siguiente, el entonces intendente de la ciudad capital, Julio Alegre, fue detenido y reemplazado por Hugo Infante, concejal radical que integraba el bloque del Frente Cívico. De cara a las elecciones municipales de ese año, el espacio político tenía cinco “precandidatos”: los principales eran el intendente interino y el entonces diputado provincial Montenegro, que según las encuestas aparecía primero en las preferencias ciudadanas. Sin embargo, el frente apoyó a Infante.
Pero este paso en falso no fue un obstáculo para Montenegro. En las elecciones de 2013 el oficialismo provincial constituyó, aparte de la lista del Frente Cívico, una alianza electoral para competir en la categoría de senadores. El objetivo era claro: las dos primeras bancas le correspondían al partido ganador -se descontaba que sería el Frente Cívico- y la tercera, a la primera minoría. Como no querían ceder bancas a la oposición, se desdobló el espacio y se creó el Frente Popular, cuyo primer candidato a senador fue Montenegro.
La jugada le sirvió a todos. El Frente Cívico se quedó con las tres bancas en juego, ya que fueron elegidos senadores por el espacio Ada Itúrrez de Cappellini y Daniel Brue; y Montenegro por el Frente Popular. De esta manera, nunca se alejó realmente del Frente Cívico, aunque entró como senador por la minoría.
En las elecciones de 2019 Montenegro volvió a presentarse como candidato a senador nacional. Las primeras publicaciones de sus redes sociales datan de mediados de año, cuando comenzó la campaña: no se postuló por el Frente Cívico, pero jugó para el kirchnerismo por el Frente de Todos.
Inundó sus redes sociales con publicaciones alusivas a su campaña electoral, mostrándose en montajes digitales junto a Alberto Fernández y Cristina Kirchner. “El compromiso y la responsabilidad de poner en marcha a la Argentina es asumida nuevamente por el peronismo. Pero para ser mejores necesitamos de todos y por ello más que nunca estamos convencidos que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”, señalaba por aquel entonces.
En la lista se presentó como primer candidato a senador por Santiago del Estero, con Estela Mary Neder como primera candidata a diputada. Quedó en segundo lugar y, por lo tanto, fue elegido como representante de la primera minoría.
No se ha distinguido por participar demasiado en las sesiones parlamentarias. Todo lo contrario: en 2019 fue el senador que menos habló. Solo dijo dos palabras, “sí, juro”, al renovar su banca. El año pasado cobró mayor relevancia por su postura en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. “Resulta contradictorio a mi entender que, por un lado, estamos ponderando un sistema que intenta luchar contra la mortalidad infantil, ayudando a las madres embarazadas y a los niños y niñas hasta los mil días, y por el otro lado estamos poniendo todo el aparato del Estado para abortar la vida de los niños”, dijo al respecto.
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