Las tres reglas de Horacio Rodríguez Larreta para armar el rompecabezas de Juntos por el Cambio sin perder piezas

El jefe de Gobierno porteño está enfocado en la pandemia pero no descuida la interna de la coalición opositora. Su rol en la definición de las candidaturas, el factor Patricia Bullrich y la mirada hacia el 2023

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El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y las reglas para que el rompecabezas no pierda piezas. NA
El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y las reglas para que el rompecabezas no pierda piezas. NA

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, evita hablar de elecciones o de campaña. Menos de candidaturas. No habla, pero hace política. Sus declaraciones públicas están enfocadas en la pandemia porque sabe que el humor social no tolera escuchar sobre las peripecias de los políticos discutiendo poder. El paisaje que impone el COVID-19 está salpicado de contagios, muertes y de una crisis económica de dimensiones desconocidas. A su equipo le transmite que el futuro del coronavirus es impredecible y que no hay tendencias irrevocables: cualquier evento inesperado puede hacer saltar las alarmas. El voto está en las escuelas abiertas, en el vecino que se hace el testeo y recibe el resultado en su teléfono y en buscar vacunas donde sea, le dice a su equipo, que está convencido que el horizonte está en las elecciones que vienen pero, sobre todo, en las de 2023.

Más allá de la peste, el escenario político que enfrenta Rodríguez Larreta supone -aunque él lo desmiente- una sigilosa tensión con Mauricio Macri, el otro “gran elector” del rompecabezas de Juntos por el Cambio. Ellos dos y las tres mujeres fuertes de la coalición -Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Elisa Carrió- vienen dirimiendo los contornos del campo de juego de la oposición, al que está llamado también a participar el radicalismo y el peronismo no oficial. Son las piezas centrales -aunque no las únicas- del rompecabezas opositor. Esta semana hubo dos hechos que delinearon, en mismo día y horario, dónde están los iguales y dónde los distintos: una cumbre en Exaltación de la Cruz, la casa de Carrió; y otra en Vicente López, en la oficina del ex presidente de la Nación. Halcones, palomas. Duros y moderados.

Según pudo saber Infobae de los diálogos que mantiene con dirigentes propios y ajenos, las tres reglas que Rodríguez Larreta se impuso buscan darle una consistencia no sólo a su rol hacia adentro de la coalición sino, sobre todo, hacia afuera. Son palabras que resumen definiciones estratégicas para la acción, sin las que cree que se achican las chances de vencer al peronismo unificado en el gobierno nacional y en la provincia de Buenos Aires. Esas reglas son: unidad, diversidad y amplitud.

Esta foto de Macri y Patricia Bullrich trascendió en simultáneo con la reunión de Exaltación de la Cruz, de la que no hubo imagen.
Esta foto de Macri y Patricia Bullrich trascendió en simultáneo con la reunión de Exaltación de la Cruz, de la que no hubo imagen.

Rodríguez Larreta a sus interlocutores les planteó la necesidad de mantener la unidad para evitar una dispersión del frente opositor. Este desafío se vuelve más difícil en momentos de discusión de candidaturas. “Es la primera vez desde el regreso de la democracia que, a más de un año de perder las elecciones, la oposición no se quebró”, les subraya a quienes hablan con él. El jefe de Gobierno, por eso, tuvo una conversación con Bullrich para moderar el tono de las críticas públicas que ella viene planteando, hasta con mordaces tuits que eran festejados por el kirchnerismo. Según confirmaron a Infobae desde cercanías de los dos protagonistas, hubo promesas mutuas de tregua. Bajo ese paraguas, cree, hay que transitar la definición de las candidaturas. Tensar sin romper.

En el marco de esa regla de unidad que no se agota en Juntos por el Cambio, Larreta escuchó con atención la propuesta que planteó el economista José Luis Espert de que todas las fuerzas que rivalicen con el kirchnerismo confluyan en una única interna, una “Gran PASO” que reúna en un mismo lugar todos los votos opositores. Es que interpreta como propios y perdidos la mayoría de los votos que potencialmente pueden recibir los candidatos liberales y los libertarios.

Sobre la diversidad, según lo transmitió Larreta en una de sus últimas charlas, la estrategia apunta a saltar la grieta y tener una actitud no fanática ante los adversarios políticos. Esta regla implica un choque con el planteo que sostienen Macri y Patricia Bullrich, que privilegian la ruptura por sobre el diálogo con el oficialismo. Es la confrontación más clara contra el ala dura o los halcones de la coalición opositora que plantea el jefe de Gobierno, según reconocen quienes tienen trato diario con él. En los sectores más intransigentes se apela a la consolidación del electorado propio y de la identidad política que les permitió ser gobierno en 2015.

La amplitud que propone Larreta es la de sumar actores políticos que aporten, por ahora, más un valor simbólico que real en cantidad de votos. El objetivo no apunta a forzar saltos estridentes de figuras de envergadura nacional, sino adhesiones locales que generen una tendencia de expansión de la coalición opositora. “Argentina requiere reformas tan profundas que sólo con ganar por un voto no se van a poder hacer las transformaciones que necesita el país”, suele manifestar Rodríguez Larreta cuando explica la tercera regla a sus colaboradores.

Entre sus objetivos están avanzar en diálogos con dirigentes del peronismo no kirchneristas, del Socialismo, de partidos provinciales y de otros sectores que quedaron sin referentes nacionales competitivos para el 2023. Pero el jefe de Gobierno no renuncia, explican en su entorno, a profundizar la relación política con gobernadores y líderes del peronismo que responden, más por necesidad que por convicción, a Cristina Kirchner.

Rodríguez Larreta se anotó un triunfo político decisivo ante el gobierno por la educación en pandemia
Rodríguez Larreta se anotó un triunfo político decisivo ante el gobierno por la educación en pandemia

La interna

En el almuerzo en la casa de Carrió con Rodríguez Larreta, Vidal, el vicejefe Diego Santilli y dirigentes de la Coalición Cívica, según coincidieron todos los consultados por Infobae, se juramentaron preservar la unidad. Pero poco trascendió de las charlas sobre las candidaturas. Las fuentes aseguran que los convocados hicieron más de 120 kilómetros de ida y otro tanto de vuelta para no hablar del principal tema de discusión.

Más allá del secreto, se supo que varias voces en Juntos por el Cambio sostienen que la mejor ecuación es que Vidal encabece la lista en la provincia de Buenos Aires, Bullrich en la Ciudad y evitar el desgaste de una PASO que podría dejar más daños que beneficios. Pero ese cálculo choca con dos problemas: Vidal quiere esperar para definir su destino, y la ex ministra de Seguridad de Macri quiere, además de encabezar, diseñar el resto de las listas. La postergación de un mes de las PASO trajo alivio. “Hay más tiempo para convencer”, admiten en los pasillos de la calle Uspallata, la sede del Ejecutivo porteño.

¿Y Macri cómo juega? La propia Vidal reconoció en una entrevista por TV en las últimas horas que en el puzzle opositor el ex presidente cree que sería mejor que juegue en la provincia de Buenos Aires. Es un criterio que comparte con Larreta, para quien Macri podría tener una reivindicación con una victoria de Juntos por el Cambio en 2023, que difícilmente podría ocurrir si volviera a postularse.

Macri, Larreta y Patricia Bullrich, protagonistas excluyentes de la interna opositora
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La pelea con el Gobierno

Más allá de la interna opositora, el jefe de Gobierno se enfrenta la semana que viene a múltiples desafíos en la pelea abierta que mantiene con la Casa Rosada y los sectores más duros del kirchnerismo. Es que empieza la última semana del segundo DNU firmado por el presidente Alberto Fernández con las restricciones por la segunda ola del COVID, a las que la Ciudad adhirió, a excepción del cierre de las escuelas.

Rodríguez Larreta mantuvo las clases presenciales aferrado al fallo de la Corte Suprema que avaló la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires y del resto de los gobiernos provinciales para definir el formato de la educación en tiempos de pandemia. Esa sentencia -que le otorgó una importante victoria política- derivó en la presentación de un proyecto de ley que insistió con incluir el otorgamiento al Poder Ejecutivo Nacional de la facultad de cerrar escuelas cuando los parámetros sanitarios estuvieran desbordados. Ese proyecto empezará a tratarse en el Congreso.

Públicamente, el mandatario porteño rechazó la iniciativa e insistió en que los jueces de la Corte fueron tajantes al desconocerle al poder federal intervención en el ámbito educativo. “El voto está en las escuelas abiertas”.

Finalmente, también en la Corte la Ciudad de Buenos Aires tendrá un nuevo round por el recorte multimillonario de la coparticipación federal de impuestos que el gobierno de Alberto Fernández dispuso por decreto y después aprobó el Congreso Nacional. En el gobierno porteño no esperan que haya una oferta de devolución de los 65 mil millones de pesos, por lo que dejarán en manos del máximo tribunal la decisión sobre la legitimidad de su reclamo.

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