En su gira por Europa, el presidente Alberto Fernández recibió más que apoyos para la negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París. La visita a Francia fue, además, una puesta en común de visiones y universos políticos compartidos, o al menos así lo hizo notar su par francés, Emmanuel Macron. A pocos meses de la legalización del aborto, el mandatario europeo le dio un obsequio que simboliza su respaldo a la iniciativa legislativa que garantiza la interrupción del embarazo.
El regalo de Macron es la edición de Capital Intelectual del libro “Simone Veil, una vida”. Es una autobiografía de la abogada y política francesa que dedicó su vida a los derechos humanos y la igualdad de las mujeres. Sobreviviente del Holocausto, es internacionalmente conocida por promulgar la llamada “ley Veil”, que despenalizó el aborto en Francia en el año 1975, durante su paso al frente del ministerio de Sanidad en el gobierno de Valéry Giscard d’Estaing.
“Para mi amigo Alberto, que cumplió su promesa de otorgar a las argentinas el derecho al aborto consiguiendo una votación histórica el 30/12/2020. Felicitaciones, un abrazo, Emmanuel Macron”, dice la cálida dedicatoria que escribió Macron, en un preciso español.
En sintonía con su interlocutor, Alberto Fernández también le acercó un presente a Macron. Se trata de un boceto en tinta china de una futura escultura que el presidente francés aceptó colocar en el jardín del palais de l’Élysée, sede gubernamental de la República Francesa. En el papel está el dibujo de la obra, fechado en 2020, con la firma de su autor, el artista plástico franco-argentino Pablo Reinoso, quien ya había creado “Raíces de Francia”, otra pieza instalada en los jardines del Elíseo a pedido del ex presidente François Hollande.
Acompañado por el canciller Felipe Solá y por el ministro de Economía, Martín Guzmán, la visita de Alberto Fernández a París incluyó, además de las gestiones por la renegociación de la deuda, gestos de sintonía política en materia ambiental, sanitaria y de agenda de género. En su declaración conjunta, Macron reconoció la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y destacó que comparten la visión sobre la igualdad de los derechos de las mujeres, tras invitarlo formalmente para el próximo 30 de junio al Foro de la Generación Igualdad, que conmemora los 25 años del Acuerdo de Beijing.
“Lo digo porque usted ha tenido el valor de llevar a cabo una reforma para las mujeres, para su derecho a disponer de su cuerpo. Ha sido una iniciativa muy importante en su continente en la lucha para la igualdad entre mujeres y hombres”, sostuvo Macron al celebrar la norma legislativa.
La República francesa mantiene una estrategia de política exterior vinculada a la igualdad entre hombres y mujeres, e impulsa diversas iniciativas internacionales para achicar esa brecha alrededor del mundo. Una original “diplomacia feminista”, con acciones que implican financiamiento, apoyo y visibilización de las iniciativas políticas y sociales que apuntan a mejorar la situación de las mujeres, y que se replica en su servicio exterior, con un incremento sustantivo de sus embajadoras.
En definitiva, la agenda de género es una de las líneas de soft power que Macron busca imprimirle al país de Simone de Beauvoir en su proyección internacional.
Una de esas “vidrieras” en el mundo es el Premio Simone Veil, que desde 2019 se entrega anualmente a las experiencias que militan activamente por la igualdad de género y en favor de los derechos de la mujer. Uno de los últimos reconocimientos, en marzo de 2020, fue dirigido al colectivo de Ecuador “Vivas nos queremos”. En sintonía al movimiento #NiUnaMenos de Argentina, esa organización surgió en 2016 durante una primera marcha organizada con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por iniciativa de familiares de víctimas de femicidios.
Simone Veil, símbolo del feminismo francés
Simone Veil tuvo un destacado recorrido desde su activismo en pos de la igualdad. Se integró plenamente a la sistema político francés, con algunos hitos, además de la ley de despenalización del aborto: fue la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo desde 1979 hasta 1982. Además, ocupó varios cargos ministeriales en el gobierno de Édouard Balladur y, entre 1998 a 2007, fue miembro del Consejo Constitucional de Francia, la autoridad legal más importante de Francia.
“Me gustaría antes que nada compartirles una convicción de mujer —disculpen si lo hago frente a esta Asamblea casi exclusivamente compuesta por hombres—: ninguna mujer recurre gustosamente al aborto. Basta con escucharlas. Es siempre una tragedia y seguirá siendo una tragedia”, dijo en su recordado discurso el 26 de noviembre de 1974 frente al parlamento francés, al inicio del tratamiento de la ley de despenalización del aborto. “No podemos seguir cerrando los ojos ante los 300 mil abortos que, cada año, mutilan a las mujeres de este país, que ofenden nuestras leyes y humillan a aquellas que los padecen”, planteaba.
La dirigente política tuvo una vida extraordinaria. Por su compromiso, decidió encarnar distintas formas de opresión y jerarquía. Fue obrera en cadena de montajes, miliciana en la guerra civil española, vendimiadora en los campos de Marsella y compañera de tabernas de los mineros. Experimentó las privaciones de los campesinos y pescadores.
La deportaron al campo de concentración de Auschwitz cuando tenía 16 años recién cumplidos. Era la prisionera número 78.651 del dispositivo nazi. En ese cautiverio, fue testigo y víctima de la espiral de crueldad y violencia “industrial” del sitio de exterminio. Obtuvo la salvación porque, según su testimonio, una antigua prostituta polaca y jefa del campo de concentración, Stenia, se apiadó de ella y pasó a ser su “ángel guardián”. Nunca quedó del todo claro por qué ella, su madre y su hermana fueron protegidas por esa mujer.
Murió el 30 de junio de 2017, a los 89 años. Polemista, siempre controversial en el campo de las ideas y de la política, y militante contra los privilegios de los varones, reconocía que ser mujer le salvó la vida. Fue enterrada en el Pantheon, sitio de responso de intelectuales y personalidades ilustres como Victor Hugo, Alejandro Dumas y Marie Curie.
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