(Enviado especial) Cuando el avión de Aerolíneas Argentinas volaba sin turbulencias desde Lisboa rumbo Madrid, Felipe Solá apareció en la clase turista, pidió un café y aprovechó el viaje de 55 minutos para analizar los aspectos claves de la agenda geopolítica del Gobierno respecto a América Latina y Europa.
El Canciller sorprendió con sus declaraciones sobre Venezuela y la futura estrategia que ejecutaría frente al régimen populista de Nicolás Maduro por instrucción directa de Alberto Fernández.
La política oficial sobre Venezuela tiene dos andariveles diferentes. Alberto Fernández reconoce que Nicolás Maduro viola los derechos humanos, cuestiona el bloqueo económico empujado por la Casa Blanca y propone una transición democrática sin exclusiones políticas. Con esta mirada de la crisis en Venezuela, el Presidente hizo una renuncia tácita al Grupo de Lima -que responde al Departamento de Estado- y optó por ser socio pleno del Grupo de Contacto -que lidera España.
Cristina Kirchner, en cambio, plantea una defensa cerrada del régimen populista de Maduro y califica de “tibia” la agenda de la Argentina frente a la crisis de venezolana. La Vicepresidenta jamás hizo referencia a la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, y sus adláteres no perdieron una sola oportunidad de criticar las posiciones que asumió Alberto Fernández en Naciones Unidas y el Grupo de Contacto.
Pese a las obvias diferencias de criterio geopolítico, el Presidente y Kirchner tratan de convivir para evitar que la crisis de Venezuela sume otro hecho conflicto a la peculiar relación política que vincula a los socios principales de la coalición oficialista.
Pero este delicado status quo podría implosionar por las declaraciones de Solá en el vuelo que unió Lisboa con Madrid. El ministro de Relaciones Exteriores dejó entrever que la futura posición de la Argentina frente a la crisis de Venezuela será de lejanía por su influencia tóxica en la agenda geopolítica que pretende ejecutar Alberto Fernández en América Latina.
“Los cambios en Venezuela no van a ser prontos. Y van a ser lentos. Y entonces Venezuela nos puede ocupar mucho tiempo, cuando los cambios van a ser tan lentos”, reflexionó Sola mientras revolvía su café exprés.
-¿Es un tema tóxico?-, preguntó Infobae.
-Sí. Venezuela termina siendo un tema tóxico. Dejas de hablar de temas de integración, de cooperación y de política regional. Y afuera las sociedades internas juzgan a sus países por sus posiciones sobre Venezuela-, contestó el Canciller.
Cristina Kirchner exige que la Casa Rosada contenga la crisis social y económica que protagoniza Maduro, y el giro en la estrategia diplomática que propone Solá va en dirección contraria. Alberto Fernández apuesta a la integración regional, a profundizar sus vínculos con la Unión Europea y a encontrar coincidencias de política exterior con Joseph Biden, sucesor de Donald Trump en el Salón Oval.
El jefe de Estado ya no desea estas oscilaciones en política exterior y en la actual coyuntura estaría dispuesto a privilegiar determinadas coincidencias estratégicas con Biden -el tratado de Cambio Climático- que mantener ciertos vínculos con Maduro que siempre terminan en un callejón sin salida.
La opinión de Sola planteando que las relaciones con Venezuela son tóxicas pueden afectar la sintonía diplomática que aún comparten Alberto Fernández y Pedro Sánchez, jefe de Gobierno español. El Canciller asegura que España se ha involucrado muchísimo en el Caso Venezuela y que por eso Argentina fue invitada a integrar el Grupo de Contacto.
Y Argentina, por sus propias relaciones diplomáticas y el sesgo ideológico de su Presidente y su Vicepresidenta, ofrecía la posibilidad de actuar como un pívot entre Caracas, Brasilia, La Habana, DC, Beijing y Moscú. Ahora, si se toman en cuenta las declaraciones de Solá, este juego diplomático quedaría reducido a la mínima expresión por la influencia tóxica de Venezuela en la agenda multilateral del gobierno peronista.
Es decir: Sánchez invita a Alberto Fernández como su socio principal en la región para encontrar una salida democrática al régimen de Maduro y el canciller Sola anuncia antes del comienzo oficial de la gira por Madrid que Argentina podría hacer una retirada táctica para ejecutar otra agenda geopolítica.
-¿En Portugal habló sobre Venezuela-, preguntó Infobae al funcionario pocos minutos antes de arribar a Madrid.
-Sí, hablé de Venezuela. Hablé de Maduro. Hablé de la oposición. Y también le dije al Canciller (Augusto Santos Silva) que creo que Venezuela no puede ocupar tanto espacio en las relaciones exteriores, completó Solá.
Después saludó puño contra puño y volvió junto al Presidente.
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