(Enviado especial a Lisboa). Alberto Fernández y Antonio Costa tienen sintonía personal, ideológica y política. El Presidente y el Premier de Portugal se reunieron aquí, para analizar un asunto clave del Gobierno: la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) destinada a refinanciar una deuda de 44.000 millones de dólares que Mauricio Macri tomó a través de un crédito Stand-By en épocas de Christine Lagarde y Donald Trump.
“Mi amigo Alberto, qué gusto verte, esta vez como Presidente...”, saludó el anfitrión al encontrarse cara a cara con el mandatario argentino, que agradeció la cálida recepción. Habían pasado minutos de las 7.30 (hora de Buenos Aires) cuando ambos posaron para las fotos antes de iniciar la reunión a solas en el Palacio de Sao Bento.
Más tarde hicieron una declaración conjunta en la que el líder portugués le dio un fuerte respaldo a la Argentina en su negociación con el FMI. “Estamos en una situación muy particular; con esta crisis del COVID-19, hay que ayudar a los países que simultáneamente están enfrentando la pandemia y necesitan reducir su deuda. Intentaremos sensibilizar al FMI para que al menos durante esta crisis se pueda suspender este pago de sobrecargo”, dijo Costa, para satisfacción del jefe de Estado argentino.
Ahora ambos compartirán un almuerzo que marcará el cierre de la visita presidencial a Portugal, donde Fernández busca sumar apoyos de cara a la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Argentina, como país deudor, tiene que enfrentar dos vencimientos de capital cercanos a 4.200 millones de dólares que caen en septiembre y diciembre. Y la decisión política de Alberto Fernández -aunque se niegue a reconocerlo en público- es refinanciar estos vencimientos hasta marzo de 2022, o cancelarlos con los Derechos Especiales de Giro (DEG) que recibirá del propio FMI antes que concluya agosto.
El Presidente ya planteó a Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, su deseo de acordar un nuevo programa económico que ponga un horizonte con menos asfixia financiera a la Argentina. En este contexto, necesita los avales geopolíticos de los países más importantes de Europa y el apoyo explícito de Joseph Biden, sucesor de Trump en la Casa Blanca.
La reunión del presidente con el premier portugués apuntó a consolidar esta pretensión política respecto al FMI. Costa comparte la perspectiva de Alberto Fernández, y en la última cumbre Iberoamericana no solo respaldó la posición de Argentina frente al Fondo, sino que también exigió que el organismo multilateral de crédito reduzca las sobrecargos aplicados a los países con muchísima deuda que buscan una nueva refinanciación.
Además de la propuesta económica y financiera de la Argentina al FMI, Alberto Fernández y Costa dialogaron sobre la situación política y legal del acuerdo Mercosur-UE. Los dos son presidentes pro tempores de ambos bloques multilaterales, y los dos creen que el tratado es un hecho diplomático histórico que no puede quedar al borde del camino.
Sin embargo, este acuerdo comercial trabajado en los últimos 20 años tiene ciertas acechanzas que no se podrán resolver en la urgente coyuntura. Emmanuel Macron, presidente de Francia, va por su reelección en 2022 y el lobby agropecuario de su país juega en contra del tratado Mercosur-UE.
Macron, entonces, no pondrá mucho énfasis en lograr que los 27 estados de la UE se apuren en lograr su ratificación parlamentaria. Y como Francia, por razones de competencia pura y dura, Irlanda, Polonia e Irlanda también se oponen a esta construcción multilateral que puede crear un mercado gigantesco para los bienes y productos del Cono Sur y Europa continental.
El cónclave entre Alberto Fernández y Costa sirvió además para analizar la situación mundial atravesada por la pandemia del COVID-19. En este punto de la agenda bilateral, ambos mandatarios exhibieron sus coincidencias de fondo: Argentina y Portugal plantearon hace meses que las vacunas contra el coronavirus debían distribuirse de manera simétrica y que los laboratorios farmacéuticos tenían que ceder sus derechos intelectuales para que el virus fuera acorralado sin limites de tiempo y espacio.
Alberto Fernández y Costa también cuestionan la política de acaparamiento de los países más poderosos frente a las naciones más débiles de África, Asia y América Latina y consideran necesario que las Naciones Unidas establezcan reglas de juego precisas ante una pandemia que aún sobrevive por la distribución asimétrica de las vacunas.
Finalmente, en la sede de gobierno de Portugal, Costa invit´p a almorzar al Presidente y la delegación oficial. Será una comida distendida entre dos amigos que piensan la política global de idéntica manera. Desde la negociación con el FMI hasta la búsqueda de una salida institucional a la crisis de Venezuela.
Tras el almuerzo, la comitiva argentina partirá rumbo a Madrid, la segunda escala de la gira relámpago por Europa. Mañana tiene previsto un encuentro en el Palacio de la Zarzuela con el Rey Felipe VI y a continuación una encuentro de trabajo con Pedro Sánchez, jefe del Gobierno español.
La agenda será igual que en Lisboa: encontrar apoyo para lograr un acuerdo con el FMI que esquive un plan de ajuste para la Argentina y la posibilidad de refinanciar la deuda a partir del 2022.
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