(Desde el avión presidencial rumbo a Lisboa, Portugal) Cuando esta semana se confirmó que en el marco de su gira por Europa, en la que buscará apoyo geopolítico para avanzar en la negociación con el FMI, Alberto Fernández iba a reunirse con el papa Francisco en el Vaticano, la novedad sacudió al mundo político.
La segunda audiencia de Fernández con el Sumo Pontífice, la primera fue el año pasado, comenzó a gestarse cuando el viaje del primer mandatario por el viejo continente estaba prácticamente cerrado. Es que cuando se despejaron las dudas respecto del recrudecimiento de la pandemia tanto en Europa como en Argentina, la embajadora en el Vaticano, María Fernanda Silva, se contactó con las autoridades de la Iglesia Católica el 29 de abril.
Unos días después, el 3 de mayo, la secretaría privada de Francisco llamó a Silva para confirmarle que el Sumo Pontífice iba a recibir a Fernández el jueves 13 de mayo. Al día siguiente, los asesores del Papa ratificaron la fecha con una carta formal que le llegó a la embajadora argentina en el Vaticano.
En esa carta, que tiene siete párrafos y toda la simbología de la correspondencia oficial del Vaticano, se puede leer un párrafo como el siguiente: “La Secretaría de Estado rinde distinguidos respetos a la Excelentísima Embajadora de la República Argentina y, con referencia a la Nota Verbal n. SS N 9/2021 del 29 de abril de 2021, nos complace informarle que el Presidente de la República, Excmo. Alberto Fernández, será recibido en audiencia por el Santo Padre la mañana del jueves 13 de mayo. en el estudio del Aula Pablo VI”.
Un detalle importante de esta audiencia que Fernández mantendrá con quien fuera Arzobispo de Buenos Aires es que el próximo jueves se celebra en Italia y en el Vaticano la festividad de la Vírgen de Fátima, por lo que el lugar tradicional donde el Papa se reúne con los líderes mundiales, el Palacio Apostólico, estará cerrado. Entonces, Francisco recibirá al primer mandatario argentino en el estudio Aula Paulo VI.
Si bien esta será la segunda vez que Fernández y Francisco se vean las caras como presidente de Argentina y como Jefe de Estado del Vaticano, la relación entre ambos tiene años, ya que se conocen desde que el Papa era Jorge Bergoglio y estaba a cargo del arzobispado de Buenos Aires, mientras que el ahora primer mandatario era Jefe de Gabinete (primero de Néstor Kirchner y luego de Cristina Kirchner).
Si bien, como era de esperar, tuvieron diferencias antes, durante y después del debate por la legalización del aborto en Argentina, la relación entre ambos nunca se resintió y las comunicaciones (que suelen ser vía teléfono de línea o por mail, ya que el Papa no utiliza la red de mensajería WhatsApp o similares) tampoco se cortaron.
En tanto, ante una versión que sostenía que la audiencia entre Francisco y Fernández había generado rispideces en algunos sectores de la Iglesia Católica, en diálogo con Infobae, el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, aseguró que “No hubo ningún problema diplomático con la audiencia del presidente. Alberto (por Fernandez) pidió que pidamos la audiencia y así se hizo. Recibimos una nota verbal en tiempo y forma. Nunca pensamos que no iba a suceder. Es un Papa argentino que recibe a un predicado argentino”.
Fernández viaja a Europa para realizar una gira que lo llevará por España, Portugal, Francia e Italia junto al ministro de Economía, Martín Guzmán. La agenda del mandatario tiene varias audiencias confirmadas, además de la cita con el Sumo Pontífice, como las que mantendrá con el Rey Felipe de España; y los presidentes de Francia, Emmanuel Macron; del Gobierno italiano, Sergio Mattarella; y del Consejo de ministros de ese país, Mario Draghi; entre otros.
El jefe de Estado regresará al país el viernes 14.
Si bien en un principio se pensaba que la gira podía posponerse o acortarse por la pandemia, finalmente se confirmó la decisión del Presidente de ampliar el alcance de su visita internacional.
Alberto Fernández incluyó en la comitiva oficial a la primera dama, Fabiola Yáñez; al canciller, Felipe Solá; al secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; y el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi.
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