A la foto de unidad que el Frente de Todos construyó el último miércoles en Ensenada, tras las idas y vueltas sobre el rumbo del Gobierno en términos de política económica, le faltaba un anuncio concreto que tradujera las palabras e imágenes en hechos. Es que algunos sectores que forman parte del Frente de Todos esperaban una medida que refuerce la contención social a sectores más postergados en medio de la segunda ola del coronavirus. Entre esa espera y expectativa estaban los intendentes del conurbano bonaerense, quienes veían cómo se erosionaba día a día la capacidad de consumo de parte de su población. Desde hace semanas que mantenían conversaciones entre ellos haciendo una puesta en común sobre el tema. Este viernes celebraron el anuncio de Alberto Fernández que terminó descomprimiendo la demanda.
Los intendentes no fueron los únicos. El ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, había dicho esta semana que era “indispensable que continúe el IFE”, y que creía había que “reconvertir esas instancias en políticas para que no reciban ningún tipo de cuestionamientos”. Los dichos de Larroque blanquearon la necesidad del cristinismo de sostener esa política social y marcar un posicionamiento claro ante el ala económica del gobierno nacional.
El tema se venía hablando en las distintas reuniones virtuales que intendentes e intendentas del conurbano comparten. Por ejemplo, durante la pandemia, quienes gobiernan distritos de la Tercera sección electoral dinamizaron una serie de encuentros en los que repasan la gestación de políticas de asistencia social y económica. Un tema que siempre estuvo y está en la agenda, además del monitoreo de camas y plan de vacunación.
El miércoles último en Ensenada, muchos intendentes del peronismo coincidieron en el acto que terminó con la foto de unidad del Frente de Todos. Mientras esperaban la llegada de Fernández, Kirchner y Kicillof hablaron informalmente sobre cómo articular un planteo en común para el sector comercial y gastronómico. Hubo intendentes más referenciados en el kirchnerismo, en el PJ tradicional y hasta el Frente Renovador.
Los intendentes tienen un termómetro social diario del territorio más poblado del país y buscaban apurar el regreso del IFE porque, además, al interior de los municipios también impacta la crisis social. La ecuación que hacen es sencilla: a menos ingreso, menos consumo local y retracción en la recaudación. Encima buena parte de los distritos han avanzado en exenciones o descuentos de tasas de higiene hacia los comercios afectados por las restricciones. La lectura que hacían es que el esfuerzo de parte de las intendencias ya había sido realizado, pero faltaba una herramienta nacional que ponga plata en el bolsillo de los sectores pobres.
“La situación es dramática y hay propuestas de trabajo que ya no están más”, manifestó esta semana la intendenta de Moreno, Mariel Fernández, en declaraciones a Radio Provincia.
El gobierno nacional decidió a finales del año pasado dejar de pagar el IFE, que implicaba una suma de $10.000 de forma bimestral para casi 9 millones de personas, tras haberlo abonado en tres oportunidades.
El IFE abarcó a sectores desocupados pero también a monotributistas categoría A y B. Según datos oficiales alcanza al 30% de la población del país.
En las proyecciones establecidas a principios del 2020 por el ministro de Economía, Martin Guzmán, no estaba contemplado ni el IFE ni el ATP ya que se evidenciaba una recuperación heterogénea de la actividad económica.
Las mejoras en la tarjeta Alimentar, que ahora brindará cobertura alimentaria a niños y niñas de hasta 6 años de edad, implican que pasará a cubrir las necesidades de 3,7 millones de niños y niñas –ahora llega a 1,9 millones- pertenecientes a casi 2,5 millones de familias, un millón más de las actuales.
Con los anuncios del viernes último, la tarjeta Alimentar ampliará su alcance a niños y niñas de hasta 14 años y su monto pasará a ser de 6.000 pesos para madres con un hijo, de 9.000 pesos para madres con dos hijos y de 12.000 pesos para tres hijos o más. Habrá una multiplicación por tres de la actual inversión, pasando de destinar 10.000 millones de pesos mensuales a 30.000 millones.
“Qué mejor manera de homenajearte Evita, a vos que nos marcaste el camino para quienes luchamos por una patria más justa e igualitaria”, sostuvo el intendente de Florencio Varela, Andrés Watson sobre la ampliación del monto en la Tarjeta Alimentar. De igual manera se expresó Juan Zabaleta (Hurlingham): “Éste es el mejor homenaje que le podíamos hacer a Evita en el día de su nacimiento. Mejor que decir es hacer”.
“Con la extensión en la edad de los beneficiarios de la tarjeta Alimentar, el acuerdo de precios en las carnes y la llegada de lácteos, verduras y frutas a precios populares a nuestros barrios nos aseguramos de seguir tendiéndole la mano a quienes más necesitan”, dijo, por su parte Federico Áchaval (Pilar).
Esta semana cerca de los intendentes de la Tercera sección electoral le decían a Infobae que “sería importante una ayuda económica para algunos sectores que hoy se ven perjudicados por la pandemia”. El anuncio que, cómo contó Infobae, llevó un mes de elaboración fue celebrado por intendentes del conurbano. A la mejora en la Tarjeta Alimentar, se le suma lo dispuesto por el gobierno provincial la semana pasada.
El 30 de abril, el gobernador Axel Kicillof, había anunciado una serie de medidas sociales y económicas con un impacto de 70.000 millones de pesos financiadas entre el Banco Provincia y la Provincia. Van desde la ampliación de los programas del ministerio de Desarrollo de la Comunidad, el incremento de la jubilación mínima en un 35% y a partir de ella, de las pensiones no contributivas cuyos valores se encuentran atadas al haber mínimo que alcanzaba a un universo de 31 mil personas; una nueva edición del fondo de cultura y turismo por $ 500 millones o los descuentos a través del Banco Provincia.
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