Sin definiciones sobre cuándo podrían llegar, el Gobierno avanza para conseguir las vacunas Soberana y Abdala de Cuba

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, se encontraron con autoridades cubanas. El Presidente había anunciado hace dos semanas el inicio de los diálogos, que continúan. Por ahora no hay definiciones y los prototipos no fueron aprobados

Carla Vizzotti y Cecilia Nicolini durante la reunión que se realizó por videollamada

Después de que Alberto Fernández anunciara el inicio de negociaciones con el presidente de Cuba para importar vacunas contra el coronavirus a la Argentina en un preocupante contexto de escasez de dosis y suba de casos, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, conversaron con autoridades del gobierno cubano para conseguir dosis de Soberana y Abdala, fabricadas en ese país.

Las funcionarias se encontraron virtualmente este jueves a la mañana con el ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal, y otros representantes del gobierno de ese país para “intercambiar información” sobre los desarrollos contra el COVID-19. El Ministerio de Salud informó que los dirigentes dieron cuenta de la evaluación de “seguridad e inmunogenicidad” en el desarrollo de las vacunas Soberana y Abdala, en sus respectivas fases de ensayo.

Hace dos semanas, el presidente Alberto Fernández había confirmado que negociaba la compra de las vacunas cubanas Soberana 2 y Abdala con su par de Cuba, Miguel Díaz Canel. “Estuve hablando con el ingeniero Díaz Canel. Cuba ha hecho un trabajo que todos los científicos dicen que es maravilloso, muy importante, desarrollando una vacuna que se llama Soberana, que tiene dos versiones, que está en fase 3″, aseguró el mandatario argentino.

El Presidente también se puso a disposición para contribuir a la fabricación. “Le pregunté cuál era la capacidad de producción que tenía, me comentó las dificultades que tiene para trabajar y le ofrecí que trabajemos en conjunto para que toda América Latina pueda acceder a una vacuna”, dijo Alberto Fernández en declaraciones radiales.

Por ahora no hay definiciones sobre la compra. Tampoco sobre la certificación de las vacunas. Y no hay fechas establecidas para la llegada de las dosis. Hasta el momento, ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni su filial en América, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dieron la “categoría de excelencia” a la vacuna Soberana 2. Y hubo polémica semanas atrás cuando la Academia Nacional de Medicina de Venezuela calificó a los desarrollos cubanos como “productos experimentales de los cuales no se conoce su composición, seguridad ni eficacia”. “No son verdaderas vacunas”, alertó la entidad.

A pesar de las conversaciones, aún no se sabe cuándo podrán llegar las vacunas

Del encuentro celebrado hoy también participaron el embajador cubano en Argentina, Pedro Prada; su par argentino en Cuba, Luis Ilarregui; viceministras de la Cancillería y del Comercio Exterior de Cuba; el ministro de Salud de Cuba, José Angel Portal Miranda; el presidente y vicepresidenta de BioCubaFarma, Dr. Eduardo Martínez y Mayda Mauri; y miembros de la cartera sanitaria argentina.

Los científicos cubanos trabajan en cuatro candidatos a vacunas contra el COVID-19: Soberana 1 (en Fase II), Soberana 2 (en Fase III) y Mambisa (en Fase I) y Abdala(en Fase III). Un quinto candidato, Soberana +, es una reformulación de Soberana 1, destinado a convalecientes de la enfermedad.

Los prototipos cubanos se basan en inocular una proteína de la espícula del coronavirus, la parte que se une a las células que infecta, para producir una respuesta inmunológica. Soberana 2, en la que más expectativas hay depositadas, añade además un potenciador de la respuesta inmune.

Esta última es inyectable, se prevén dos dosis de aplicación, con intervalos de dos semanas entre cada una, además de un posible refuerzo. Y aporta una novedad en la materia: no necesita de congeladores para su mantenimiento, un atractivo posterior para los países pobres del mundo.

En caso de concluir exitosamente todas las fases de ensayos y de lograr la aprobación de la Agencia Nacional Reguladora de Cuba, cualquiera de estas vacunas se convertiría en los próximos meses en la primera contra la enfermedad concebida y producida en América Latina.

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