Alberto Fernández se refirió a la crisis social en la que se encuentra Colombia, donde luego de una semana de protestas ya hay al menos 24 muertos, víctimas en su mayoría de los disparos por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. El mandatario argentino instó al gobierno de Iván Duque a que “cese la singular violencia institucional”, resguarde “los derechos humanos” y se “retome la paz social”.
El disparador de lo que se vive en Colombia fue el rechazo a la reforma tributaria impulsada por Duque. Pese a que el presidente anunció el retiro del proyecto impositivo y que estaba dispuesto a negociar uno nuevo con la oposición, el descontento social es más amplio y continúa. Reclaman mejores condiciones de salud, educación, seguridad en las regiones, cese del abuso policial contra las manifestaciones, entre otras cuestiones que se profundizaron a lo largo de la última semana.
De las miles de personas que salieron a diario a las calles de Colombia para protestar contra el gobierno, al menos 24 de ellas perdieron la vida, producto de la represión institucional. La mayoría de ellos murió por disparos de las fuerzas de seguridad.
En este contexto, Alberto Fernández utilizó sus redes sociales para referirse a la crisis. “Con preocupación observo la represión desatada ante las protestas sociales ocurridas en Colombia”, expresó en su cuenta de Twitter. “Ruego porque el pueblo colombiano retome la paz social”, continuó y agregó que “insta” al gobierno de Duque a que, “en resguardo de los derechos humanos, cese la singular violencia institucional que se ha ejercido”.
La respuesta de la administración colombiana a las manifestaciones quedó bajo la lupa de la comunidad internacional, que frente a este panorama denunció excesos de la fuerza pública. La ONU, la Unión Europea, Estados Unidos, Amnistía Internacional y Human Rights Watch llamaron a la calma, y le exigieron garantías al Gobierno en medio de las protestas. Según Reporteros sin Fronteras hubo, además, 76 agresiones contra periodistas, diez de ellos lesionados por la fuerza pública.
Estudiantes, sindicatos, indígenas y otros sectores salieron a las calles de la capital, Bogotá, así como de Medellín, en el noroeste, y Cali, en el suroeste. Las movilizaciones han sido, en su mayoría, pacíficas, pero en algunas ciudades se tornaron violentas. De acuerdo con cifras oficiales, hasta este martes al menos 24 personas murieron (18 baleados), más de 800 quedaron con heridas y 89 están aún desaparecidas. Diferentes ONGs denuncian que la policía ha disparado contra manifestantes y que las víctimas fatales superan las 30 personas. Las autoridades también registran tres policías heridos de bala.
Así, lo que había empezado como una manifestación pacífica el 28 de abril en rechazo a una reforma fiscal ya retirada se transformó en la protesta más grande contra el actual gobierno colombiano desde que llegó al poder en 2018.
A las movilizaciones y los disturbios se suman bloqueos en vías. Algunas ciudades como Cali registran desabastecimiento de gasolina y preocupación por el paso de camiones con insumos médicos en plena pandemia del coronavirus.
En este marco, el gobierno convocó al Comité Nacional del Paro a una reunión con el presidente Iván Duque y la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, para retomar el diálogo dentro del marco de una gran conversación nacional. No obstante, al día de hoy las protestas continúan.
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