La segunda ola de coronavirus empezó a impactar con fuerza en el interior del país y la provincia de Santa Fe es una de las que más la está sufriendo. Sobre todo Rosario, la ciudad con mayor cantidad de habitantes y que tiene el sistema de salud más equipado en suelo santafecino.
Rosario y San Lorenzo, ambas localidades al sur de Santa Fe, son las que están viviendo el peor momento desde que el rebrote de casos de COVID-19 atravesó el AMBA y empezó a expandirse en un formato más federal.
En ese contexto, el gobernador santafecino Omar Perotti visitó el miércoles la Casa Rosada y mantuvo una reunión con el presidente Alberto Fernández y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para pedir auxilio. Ayuda para que no le explote el sistema sanitario de su provincia.
Según el nuevo semáforo epidemiológico que creó el Gobierno en el último decreto, las dos ciudades están ubicadas entre los departamentos de “Alto Riesgo Epidemiológico”, que son los que tienen el escenario sanitario y epidemiológico más complicado del país y, en consecuencia, los que cumplen con las medidas más restrictivas.
Perotti llegó a Balcarce 50 con dos pedidos concretos: más respiradores para el sistema sanitario de Rosario y que esa ciudad, junto a San Lorenzo, sean recategorizadas en el nuevo esquema epidemiológico que dispuso el Gobierno. Ese pedido tenía un motivo clave detrás. Tanto el mandatario santafecino como Pablo Javkin, intendente de Rosario, quieren que haya clases presenciales en esas localidades.
Las ciudades que están en la categoría de máxima alerta epidemiológica, donde se encuentran todas las que conforman el AMBA, no pueden tener clases presenciales. En base a esa definición, Perotti les explicó a Fernández y Cafiero los motivos por los que pide la recategorización. Buscó dar argumentos para demostrar que no todo es lo que parece.
El mandatario contó que Rosario es la ciudad de la provincia que tiene el sistema sanitario más equipado y voluminoso de Santa Fe, pero que no solo atiende a los rosarinos. Todos los días se multiplican las internaciones de personas que llegan desde el sur de la provincia. Es decir, que el sistema de salud de la ciudad está soportando la presión de una región completa.
El Gobernador no negó que los hospitales rosarinos estén pasando un momento de estrés debido a la exigencia, pero considera que no reflejan proporcionalmente la realidad de la ciudad. Según el último parte sanitario del ministerio de Salud rosarino, el sistema público tiene el 96% de las camas de terapia intensiva ocupadas, mientras que el privado alcanza el 97% de ocupación. El sistema está al borde del colapso.
La provincia de Santa Fe está registrando un promedio de 2000 casos por día y tiene el 89% de las camas de terapias intensivas ocupadas. Para respaldar la intención de volver a las clases presenciales en el gobierno santafecino argumentan que el 98% de los docentes están vacunados, lo que reduce el riesgo en el sistema educativo. Existe en la provincia, sobre todo en Rosario, cierta presión de la sociedad para que haya clases en los colegios
De los dos pedidos, Perotti fue retribuido en uno. Solicitó 50 respiradores y se llevó 35. El resto podría sumarse en el corto plazo. Ese número le permite armar 35 nuevas unidades de cuidados intensivos y bajar el nivel de ocupación de las UTI en un 10%. Le daría más margen, aunque no el suficiente para estar aliviado.
Lo que no pudo lograr es la recategorización de Rosario y San Lorenzo. El Gobierno entiende que no están dadas las condiciones para dársela. Son muy altos los niveles de ocupación. Sin embargo, Perotti tiene la potestad de rechazar la categorización y, en base a datos epidemiológicos de su provincia, habilitar la presencialidad nuevamente.
En el gobierno de Santa Fe descartan la posibilidad de utilizar la vía legal para resolver la diferencia de criterio con la Nación. Por el momento esperarán a conocer la cantidad de casos que se registren en estas últimas horas y enviarán esos datos a la Casa Rosada para intentar conseguir el aval presidencial.
Durante el fin de semana el mandatario santafecino anunciará el próximo DNU sobre las restricciones que va aplicar. En Rosario esperan que el lunes regresen las clases presenciales, luego de haber sido suspendidas el último domingo debido al aumento de casos y la ocupación de las terapias.
El panorama es incierto. Pero cerca del Gobernador advierten que, con la realidad actual del sistema sanitario, no hay demasiado margen para avanzar con las clases.
El anuncio del fin de semana pasado estuvo envuelto en una polémica porque el Gobernador lo realizó al mismo tiempo en que se jugaba el clásico entre Central y Newell’s, que concentra la atención de toda la provincia y, en especial, de Rosario. Este fin de semana el foco estará en la decisión de Perotti. Lo mirará toda la provincia, pero también, con atención, desde la Casa Rosada.
Hasta el día de hoy hay 4666 muertos en toda la provincia como consecuencia del COVID-19 y 260.726 recuperados después de un año de pandemia. Respecto a las vacunas, llevan 595.846 vacunados con la primera dosis y 92.095 con la segunda dosis.
Santa Fe tiene un total de 1.200.000 personas que son partes de los grupos de riesgo. De ese total, llevan vacunados el 51%. Se vacunó el 98% del personal de salud, el 98% de los docentes, el 100% de los adultos mayores que están internados en los geriátricos, el 100% de los mayores de 65 años, el 50% de las fuerzas de seguridad y el 100% de los electrodependientes.
En diálogo con Infobae, el secretario de Salud de Santa Fe, Jorge Prieto, describió como está el panorama en la provincia. “Expandimos los servicios críticos pero lo importante es la evaluación en el territorio. Tenemos que tratar de que la gente no llegue a los hospitales”, explicó.
Prieto está viendo en el escenario sanitario lo mismo que vieron los funcionarios de la provincia de Buenos Aires pocos días atrás. “La patología es explosiva y determina que en 48 horas la persona que está en sala común pase a cuidados intensivos. Entonces, el nivel de ocupación de las camas de terapia es muy rápido”, señaló.
“No hay tanto recurso humano. Podemos sumar camas, pero falta gente”. Esa es una de las preocupaciones más grandes que tienen en la provincia. Prieto da señales claras de cómo es el panorama en esta oportunidad. “Esta segunda nos agarra con muchas camas ocupadas. En la primera vaciamos los hospitales para poder atender la gente. Tuvimos tiempo para prepararnos”, sostuvo. El cansancio se le notaba en la voz.
La preocupación va en ascenso en la provincia, donde esperan que la curva de contagios se frene y se mantenga una meseta de casos. Alta, pero meseta al fin. Rosario está el borde del del colapso sanitario. Santa Fe es uno de los distritos más complicados del país. Aún así, Omar Perotti trabaja para retomar la presencialidad en las escuelas. No es solo una bandera de Horacio Rodríguez Larreta.
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