La novela de la modificación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) continúa. Después de los ruidos con la oposición, que terminaron en un vociferado acuerdo para postergar la fecha con motivos sanitarios -y en el fondo, políticos-, las negociaciones entraron en una etapa de “impasse”, como describen en la Casa Rosada, o de “freno”, como admiten en Juntos por el Cambio, que espera una respuesta sobre la “cláusula cerrojo” que impediría nuevas modificaciones. Mientras tanto, sigue vigente en el Frente de Todos la opción de suspenderlas.
En el Congreso se presentaron tres proyectos para modificar la fecha de las PASO -los autores, respectivamente, son los diputados Marcelo Casaretto (FDT), Carla Carrizo (JxC), y Pablo Ansaloni (Unidad y Equidad Federal),- pero ninguno avanza. Y no es porque no se hayan aprobado los protocolos del Congreso para sesionar. En el Gobierno admiten que las negociaciones “se enfriaron” y adjudican el freno a la demora de la oposición, primero, para dar acuerdo a la postergación, que se concretó hace 10 días, y ahora, para dar el debate en el Congreso sobre alguna de las iniciativas en debate. “Se toman tanto tiempo que dan lugar a que vuelvan a surgir las otras posibilidades”, dijo, picante, una fuente de Balcarce 50. Se refirió así a las otras dos opciones que se barajan desde el año pasado con respecto a las PASO. Una es suspenderlas, la otra es realizarlas de forma simultánea con las generales.
En la Casa Rosada alegan que el escenario epidemiológico empeoró, lo cual brinda argumentos más fuertes a los gobernadores -oficialistas como opositores- para abogar por la suspensión. Desde la semana pasada, distintas fuentes de Gobierno confirmaron a este medio que en toman cada vez mayor relevancia las opciones del oficialismo proclives a una suspensión o una realización de las PASO y las generales al mismo tiempo. Esta última posibilidad tenía fuerte rechazo de Juntos por el Cambio, que la considera una ley de Lemas encubierta por la pandemia.
La suspensión es avalada por los gobernadores, así como por el massismo; y resistida por el sector opositor “duro”, encabezado por la presidenta de PRO, Patricia Bullrich; y por La Cámpora, que necesita de las primarias para ordenar las internas del oficialismo.
Las negociaciones se empantanaron en buena parte por las diferencias en torno a la cláusula que exigió Juntos por el Cambio para que quedara plasmado en el texto del proyecto el compromiso de que las fechas se cambian por única vez. “Seguimos pensando que es el Gobierno el que debe mandar la ley y que no pueden votarla sin la cláusula cerrojo que diga que no tocan de nuevo las fechas”, señalaron fuentes opositoras. Y señalaron que no obtuvieron respuesta al respecto de parte del Ministerio del Interior, que conduce Eduardo “Wado” de Pedro.
En el Gobierno tomaron esta exigencia con impaciencia y rechazo. “Wado ya fue al Congreso dos veces, no tiene por qué volver. Insisten con cláusulas y detalles menores”, lanzó una fuente del oficialismo. En Casa Rosada aseguran que es imposible fijar compromisos en el contexto de incertidumbre que provoca la pandemia. Pero más allá de eso, creen que la exigencia por ese artículo responde a un intento velado de dilación del tratamiento de los proyectos que ya fueron presentados en el Congreso y que esperan empiecen a tratarse.
Mientras que en el ala de los “halcones” de Juntos por el Cambio apuntan contra el Gobierno por impulsar la modificación o suspensión de las PASO para obtener un rédito político, desde Balcarce 50 aseguran, como en un espejo, que también en la oposición hay intenciones de suspender las elecciones. No solo entre los gobernadores opositores, que alegan motivos sanitarios; sino también de parte de otros dirigentes de peso que, desde la mirada del Frente de Todos, se verían beneficiados por la eliminación de la instancia de las primarias, ya que obligaría a la fuerza a ordenarse a través de la rosca política. En diálogo con Infobae, en la coalición opositora admitieron que hay dirigentes dialoguistas que verían con buenos ojos una suspensión si la fuerza acomoda su interna sin necesidad de las primarias.
En el Ministerio del Interior repiten, como hace meses, que “siguen trabajando en el cronograma electoral vigente”, según el cual la fecha de las elecciones es el 8 de agosto y la de las generales el 24 de octubre. El 10 de mayo -es decir, dentro de cuatro días- es la fecha de llamado a elecciones, pero en Balcarce 50 están tranquilos y no tienen apuro: aseguran que desde el punto de vista normativo es posible modificar la fecha de la elección después de ese momento por motivos “extraordinarios”.
El límite, consideran, es el día del cierre de listas: 19 de junio. Falta un mes y medio, en el que la historia de las PASO en pandemia se alargará con nuevos capítulos. Durante los últimos días, en la cúpula de la Casa Rosada todas las energías estaban enfocadas en retomar la unidad después del encono de las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner por la política económica -aún vigentes-, que quedaron evidenciadas en la resistencia del Instituto Patria a la decisión del ministro de Economía, Martín Guzmán, de desplazar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que responde a la vicepresidenta en términos políticos y técnicos. El tema de las PASO quedó en segundo plano, pero la Casa Rosada tiene un ojo puesto en la fecha de las elecciones y las conversaciones con la oposición se retomarán. Lo que no se sabe es cuándo, y sobre todo, cuál será la postura que primará en las intenciones de la coalición de Gobierno.
SEGUIR LEYENDO: