El fallo de la Corte Suprema a favor de la autonomía de la ciudad de Buenos Aires para mantener las clases presenciales marcó, en los últimos días, una nueva bisagra en la política del país y generó una reacción del Gobierno que quedó plasmada ayer, cuando se reunieron en Ensenada el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kirchner, y el titular de Diputados, Sergio Massa, entre otros funcionarios. Fue una foto para mostrar “unidad”, pero en una semana donde quedó expuesta la interna del Frente de Todos por la salida -por ahora frustrada- del subsecretario Federico Basualdo.
En este contexto, la diputada nacional Graciela Camaño (Consenso Federal) destacó la resolución del máximo órgano de Justicia en el marco de la pandemia del coronavirus y criticó al Presidente: “Dice que hay que dialogar, pero después te apunta con el dedo”.
“El fallo dice que el instrumento que el Poder Ejecutivo tiene (el DNU) no cuenta con mucha motivación, no está bien sustanciado; y eso es un problema del grupo que asesora al presidente, que debiera darle números más interesantes para que pueda justificar las medidas que toma”, señaló.
Para la legisladora, la persona que conduce políticamente el Frente de Todos y el Gobierno es Cristina Kirchner. “Conduce ella, gestiona Alberto (Fernández), y cuando se equivoca en la gestión, la voz de Cristina Kirchner se hace escuchar. No hay ninguna actitud actitud del Presidente para tratar de probar que él tiene poder de conducción”, insistió Camaño.
En este sentido, y en diálogo con radio Con Vos, la dirigente cuestionó el acto que los principales funcionarios del Gobierno organizaron ayer en Ensenada. “Esa foto es vergonzosa. Está discutiendo con la Corte porque le sacó la potestad en la ciudad (de Buenos Aires) sobre la educación, y se amontonan en algo que pareció ser un mensaje de ellos. Fue desprolijo. ¿Qué necesidad había? Cuando la gente ve eso, el ciudadano, el profesional, le agarra una indignación total!”, indicó.
“Este Gobierno dice representar a las mayorías populares, las más empobrecidas, pero cuando mirás de qué manera se acatan las disposiciones del presidente, te das cuenta que no está siendo acatado; en el conurbano profundo no existe cuarentena, y eso es una señal clara de desconocimiento de la autoridad presidencial. ¿Cómo le van a dar bolilla, si dice una cosa y hace otra?”, completó Camaño.
Ayer, Alberto Fernández esbozó una durísima crítica a los jueces de la Corte Suprema. Junto a Cristina Kirchner, Massa y Axel Kicillof, el jefe de Estado acusó a los integrantes del máximo tribunal de haber fallado en virtud de sus intereses políticos y no en base al derecho.
“Yo creo que un juez tiene derecho a postular a un presidente y a votarlo. Puede hacerlo, sin ninguna duda. Lo que no puede hacer es usar las sentencias para favorecer a los candidatos que le gustan. Eso no lo pueden hacer”, planteó el mandatario en dos oportunidades durante su discurso.
El Presidente y Cristina Kirchner tuvieron algunos gestos de complicidad durante el evento. La vicepresidente asintió y aplaudió las palabras de su compañero de fórmula, pero no habló. Quien sí lo hizo fue el gobernador bonaerense Kicillof, quien remitió a la causa del dólar futuro -ya archivada- para cuestionar al Poder Judicial. “Lo que buscan es modificar el curso de las decisiones de un gobierno democráticamente elegido; como la sociedad no les da bola, van a buscar a los jueces para tomar las decisiones que no han podido conseguir en las urnas”, señaló.
Antes, el anfitrión del encuentro, el intendente de Ensenada Mario Secco, apeló a un discurso belicoso y a una frase que recuerda tiempos oscuros de la Argentina. “Si quieren venir, que vengan”, planteó el jefe comunal, algo que hizo recordar a lo que dijo el presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri, allá por abril de 1982, desde el balcón de la Casa Rosada, ante cientos de personas reunidas en la Plaza de Mayo.
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