Las autoridades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) anunciaron este sábado que van a acatar el decreto firmado por el presidente Alberto Fernández que estableció la continuidad de las restricciones para frenar la segunda ola de contagios de coronavirus. Así mantendrán la suspensión de las clases presenciales en todos sus establecimientos educativos hasta el próximo 21 de mayo.
Esta medida afectará a todas las Facultades que forman parte de esta histórica casa de estudios, pero también a los edificios donde se dicta el Ciclo Básico Común, los institutos asistenciales y de investigación, y los de enseñanza secundaria, como el Colegio Nacional Buenos Aires y la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini.
También abarca al Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), la Escuela de Educación Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria, la Escuela de Educación Técnica de Villa Lugano y el Colegio Dr. Ramón A. Cereijo.
Con excepción del último de ellos, que se encuentra en el partido bonaerense de Escobar, el resto de los establecimientos está ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, un distrito donde no se aplicarán todas las restricciones establecidas por el Presidente.
Según explicó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en una conferencia de prensa que encabezó luego de que Alberto Fernández diera a conocer las nuevas restricciones sanitarias, en la Capital “se van a mantener las clases presenciales en forma cuidada”.
De acuerdo con lo que precisó en esa oportunidad, en lo que respecta puntualmente al secundario, los alumnos que asistan a instituciones que dependan de la Ciudad comenzarían con un formato bimodal, en el que se alternará la virtualidad con la enseñanza en las aulas.
“Las restricciones empiezan por los más grandes porque, por un lado, son los que tienen mayor autonomía para seguir en la virtualidad, pero también porque vemos que son los adolescentes los que se están contagiando más, no en la escuela, sino en reuniones sociales”, explicaron cerca de Rodríguez Larreta.
Por el contrario, la UBA se alineó con el Gobierno y prorrogó hasta el 21 de mayo la vigencia de la Resolución que había firmado el Consejo Superior a mediados de abril, cuando anunció que sus cinco colegios secundarios seguirían con clases virtuales, pese al fallo de la Justicia porteña que en aquel momento ordenó garantizar la presencialidad en las aulas.
La universidad -que cuenta con autonomía- no acató la decisión de La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires de mantener la presencialidad, porque considera que no está bajo su jurisdicción.
La suspensión que ahora se extendió, también alcanza a las pocas instancias presenciales que se venían desarrollando en las facultades de la UBA, como las prácticas de estudiantes de Odontología, Ingeniería o Farmacia y Bioquímica, con excepción de aquellas necesarias para alumnos que deben hacerlas para así poder recibirse.
La misma resolución estableció que los cinco establecimientos de enseñanza secundaria que dependen del rectorado, deberán garantizar el dictado de clases a través de videoconferencia y actividades que se realicen por el campus virtual u otras plataformas.
Cuando en abril supieron que se iban a cerrar nuevamente las aulas, los padres de algunos alumnos que asisten al Nacional Buenos Aires se organizaron y enviaron una carta a las autoridades de la universidad pidiendo que se garantice el dictado de clases presenciales, pero no consiguieron su objetivo.
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