Esta semana la Argentina recibió casi tres millones de vacunas contra el coronavirus en medio de la lucha contra la segunda ola del COVID-19, que ya tiene consecuencias en la ocupación de camas de terapia intensiva y en el ritmo de fallecidos (ambos indicadores registraron récords esta semana).
Gracias a los cinco vuelos que arribaron en los últimos siete días con casi 2,8 millones de vacunas, el país ya cuenta con 11.695.545 dosis de inoculaciones, de las cuales ya fueron aplicadas 7.950.437.
En este contexto, la ciudad de Buenos Aires es el distrito del país que más vacunas recibió respecto de su población. El Gobierno nacional envió al territorio gobernado por Horacio Rodríguez Larreta 877.119 dosis, equivalente al 28% de la población porteña, que ronda los tres millones de habitantes. Cabe destacar que la ciudad de Buenos Aires es el distrito con mayor proporción de adultos mayores y de personal sanitario del país.
Si se toman los números absolutos sin tener en cuenta a la cantidad de habitantes, la provincia de Buenos Aires es la que más dosis recibió: el Gobierno nacional le envió a Axel Kicillof 3.545.004 vacunas, lo que equivale a un 20% de su población, que ronda los 17 millones.
Respecto del nivel de aplicación de las vacunas, de las 11,6 millones de dosis que hay en el país ya se utilizaron 7.950.437 y restan 3.745.108 por usar. En tanto, la ciudad de Buenos Aires ya inoculó a 781.328 porteños (641.961 personas recibieron primeras dosis y 139.367 las dos) y le quedan 95.791 por aplicar; mientras que la provincia de Buenos Aires tiene un stock de 488.436 por aplicar. El resto de las provincias acumulan 1.077.106 sin utilizar.
Por otro lado, el Gobierno nacional todavía no comenzó con la distribución de buena parte de las dosis que llegaron esta semana: de las casi 2,8 millones que arribaron al país en los últimos días, faltan distribuir 2.086.375, tarea que comenzará en los próximos días.
En tanto, la otra carrera que se juegan las provincias es por la velocidad de aplicación, la principal clave a la hora de luchar contra la segunda ola, más allá de las restricciones que el Gobierno ratificó este viernes.
En ese sentido, si se toma en cuenta el promedio de dosis diarias aplicadas entre el 23 y el 29 de abril (151.115 por día en todo el país), a ese ritmo se tardaría 25 días en utilizar todas las dosis que ya tiene disponible el país. Si a este dato se suma la posibilidad de que en el corto plazo arriben al país algunas de las 22 millones de dosis que Argentina le compró al laboratorio Astrazeneca, previa intervención de los Estados Unidos, en el Gobierno confían que el ritmo de vacunación continuará lento pero estable en los próximos meses.
Ayer, el presidente Alberto Fernández anunció que “deben continuar las medidas” restrictivas hasta el 21 de mayo para “garantizar que a nadie le falte la cama para ser atendido”, ya que advirtió que el número de contagios diarios “es realmente elevado” y si se mantiene, “las próximas semanas puedan ser muy duras en la ocupación de camas de terapia”.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se mantendrán las mismas restricciones, incluida la suspensión de la presencialidad en la educación. Por la tarde, Rodríguez Larreta anunció un esquema en el que se mantendrán abiertos los jardines y las escuelas primarias porteñas, mientras que la secundaria tendrá un esquema bimodal.
“Las medidas están mostrando buenos resultados, pero la situación no se encuentra resuelta: la cantidad de casos es realmente elevada. La situación epidemiológica en el AMBA es crítica y tenemos otras zonas con alta tensión sanitaria”, sostuvo Fernández.
A través de un mensaje grabado en la Quinta de Olivos, el jefe de Estado agregó: “Necesitamos una reducción de casos más marcada y sostenida. Las próximas semanas pueden llegar a ser muy duras en la ocupación de camas de terapia”. “Debemos continuar con las medidas para garantizar que todos puedan acceder a la atención sanitaria, para que a nadie le falte la cama para ser atendidos”, añadió.
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