Queridos argentinos y argentinas,
Quiero proponerles que repasemos lo que hemos atravesado este año con la pandemia. Comenzamos enero con un rebrote, seguramente vinculado a las fiestas, que nos obligó a tomar medidas sobre la nocturnidad. Después de esas medidas pudimos atravesar el verano con cuidados y sin mayores restricciones.
El 18 de marzo me dirigí a todos ustedes para convocarlos a reforzar la prevención ante el riesgo de la segunda ola y de las nuevas variantes del Covid que aparecían. Más de la mitad de quienes tenían reservas para hacer turismo en Semana Santa decidieron cancelarlas, mientras nosotros manteníamos cerradas las fronteras y suspendíamos vuelos con algunos países.
Ante el crecimiento de casos, el 7 de abril anunciamos nuevas restricciones a la circulación y medidas de cuidado. En los días siguientes los casos continuaron aumentando de manera exponencial. Las terapias intensivas comenzaron a ocuparse de manera muy veloz.
Personalmente, todos los días reviso la cantidad de casos, la ocupación de camas de terapia intensiva y los fallecimientos que ocurren en la Argentina.
Ante esos datos, me dirigí a ustedes hace dos semanas porque resultaba imperioso establecer nuevas decisiones y hacer todo lo posible para evitar la saturación del sistema de salud en AMBA, el epicentro de la pandemia.
Estas medidas están mostrando buenos resultados porque hemos contenido el crecimiento exponencial en el AMBA y otros lugares del país. Si no lo hubiéramos hecho, seguramente la curva hubiera seguido creciendo y el sistema de salud estaría mucho más complicado de lo que está.
Pero la situación no se encuentra de ninguna manera resuelta. La cantidad de casos es realmente muy elevada.
La situación epidemiológica en el AMBA es crítica y tenemos otras zonas con alta tensión sanitaria.
Necesitamos una reducción de casos más marcada y sostenida. Por los contagios que ya tuvimos y por los que hay actualmente, las próximas semanas pueden llegar a ser muy duras en la ocupación de camas de terapia.
Por ello, debemos continuar con medidas claras para garantizar que todos puedan acceder a la atención sanitaria que necesiten. Y que a nadie le falte una cama para ser atendido. Debemos bajar el nivel de contagio para disminuir la tensión del sistema sanitario. Debemos ser solidarios con cada uno de los trabajadores y trabajadoras de la salud para aliviarlos frente al enorme esfuerzo que hacen cada día.
Sé muy bien que la pandemia es un desafío muy grande, no sólo para todas las sociedades, sino también para cada persona y cada familia. El esfuerzo colectivo que estamos haciendo vale la pena. Comprendo cada una de las dificultades que nos plantea este momento. Las dificultades económicas, sociales y educativas. Conozco muy bien la realidad de las familias argentinas, en cada barrio, en cada zona del país.
A quienes han perdido a seres queridos, quiero enviarles todo mi acompañamiento.
La verdad es que cuando sucede una desgracia global, como la pandemia, sólo podemos escoger entre opciones limitadas. Elegimos en función de nuestros valores y de nuestras prioridades. Nuestra prioridad ha sido y es cuidar la salud y la vida. Con ese objetivo trabajamos también preservando la economía de las personas y de las familias.
Por eso, adoptamos este modelo de restringir la circulación nocturna desde cierto horario, sabiendo que así la inmensa mayoría puede realizar su trabajo. Es una decisión para mantener la actividad económica lo máximo posible.
Pero nunca olvidemos que el virus contagia las 24hs. El virus circula todo el día.
Hay que quedarse en casa a la noche. De día, salir sólo si es imprescindible. Y cuando es necesario salir, hay que extremar los cuidados.
Estamos en las puertas del comienzo de las bajas temperaturas y del invierno. Debemos hacer un nuevo esfuerzo para bajar la circulación y disminuir los contagios, y descomprimir lo más que se pueda nuestro sistema de salud.
Me he reunido con los gobernadores y gobernadoras de todo el país para analizar las situaciones. Hemos recibido también las sugerencias de los expertos y expertas de todas las disciplinas científicas.
En base a todo ello, estamos dictando un DNU. Estamos tomando medidas en base a criterios epidemiológicos y sanitarios, considerando en primer lugar la cantidad de casos sobre la población; después, el aumento o no de casos en las últimas semanas; y por último, el nivel de ocupación de camas de terapia intensiva.
En función de esa evidencia, hay 4 situaciones en distintos lugares del país en relación al riesgo. Hay zonas de bajo, medio y alto riesgo epidemiológico y sanitario. Y existe una cuarta categoría, aquellas zonas en situación de Alarma Epidemiológica y Sanitaria.
Teniendo en cuenta esa realidad, para el conjunto del país se mantendrán hasta el 21 de mayo las mismas medidas que están actualmente vigentes.
En aquellas zonas de mediano riesgo epidemiológico y sanitario, es facultad y responsabilidad de los gobiernos locales adoptar en forma temprana medidas adicionales que disminuyan la circulación para prevenir los contagios.
En aquellas zonas de alto riesgo epidemiológico y sanitario, es decir, lugares donde hay una alta proporción de contagios o que ellos están aumentando muy velozmente, se establece suspender actividades sociales en domicilios particulares, reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 10 personas, casinos y discotecas. Los bares y restaurantes funcionarán hasta las 23hs. Y no se podrá circular entre 0hs y las 06.00 de la mañana de cada día.
Ahora bien, hay zonas del país que están en situación de Alarma Epidemiológica y Sanitaria. En estas zonas el sistema de salud está muy tenso y la proporción de casos sobre la población es muy alto.
Debido a esto se restringirá la circulación y otras actividades hasta el 21 de mayo.
Los locales comerciales funcionarán hasta las 19 horas. Después de las 19hs la gastronomía podrá continuar con envíos a domicilio. Durante el día, sólo podrán atender a sus clientes en espacios habilitados al aire libre.
No se puede circular entre las 20hs y las 6 de la mañana del día siguiente.
El dictado de clases se realizará exclusivamente a distancia.
Quiero decirles que sabemos las dificultades que esto plantea a los niños, niñas, adolescentes y a las familias. Lamentablemente, en estas zonas de alarma se trata de una medida necesaria para reducir la circulación.
Todo este esfuerzo lo estamos haciendo para retomar en estas zonas la presencialidad cuidada cuando los indicadores epidemiológicos y sanitarios lo permitan. Es el desafío de todos y todas lograrlo.
Hoy, en más de 20 provincias argentinas hay clases presenciales.
Para nosotros la educación es un tema prioritario. Sólo se dictan clases a distancia allí donde la pandemia lo exige.
Es importante que tengan presente que todo el Plan del gobierno nacional frente a la pandemia contempla tres dimensiones. Por un lado, las medidas de cuidado y las restricciones a la circulación. En segundo lugar, todas las acciones sanitarias de fortalecimiento del sistema de salud. En tercer lugar, todas las medidas para proteger la situación social y la actividad económica.
Por eso, mientras nos cuidamos, avanza el plan de vacunación más grande de la historia argentina. Ya hemos vacunado con al menos una dosis a más del 95% del personal de salud. Terminamos el mes de abril con más del 70% de los mayores de 70 años vacunados y con alrededor del 50% de las personas entre 60 y 69 años vacunadas.
Esto es clave. El tiempo que ganamos con la prevención lo usamos para vacunar. Con la vacuna, el riesgo de fallecer se reduce drásticamente según todos los datos y se transita mejor la enfermedad.
Ya llegaron al país más de 10 millones de dosis.
Ustedes ya saben todo lo que hemos hecho para fortalecer al sistema de salud. Además, ahora iniciamos 134 nuevas obras e intervenciones para reforzar el sistema sanitario en el marco de la segunda ola, que permitirán incorporar más de 1.400 camas con una inversión de $10.000 millones.
También otorgamos un reconocimiento al personal de salud que está abocado a la atención de la pandemia. Ellos y ellas tienen mi agradecimiento y el de todos los argentinos y argentinas.
Continuaremos con el Programa de Recuperación Productiva a través del cual el Estado Nacional paga una parte de los salarios de los trabajadores en sectores más afectados por la pandemia. Hemos ampliado este programa a trabajadores autónomos y monotributistas afectados por las restricciones a la nocturnidad.
Ampliamos el programa Potenciar Trabajo para asistir a los trabajadores del mercado informal y a desocupados afectados por la pandemia. También el incremento del salario mínimo, vital y móvil impacta positivamente sobre trabajadores y trabajadoras.
Con el Programa “Producir” fortalecemos proyectos en los que participan mujeres y diversidades que hayan atravesado situaciones de violencia de género.
Seguimos apoyando a los sectores de la cultura y del turismo con diversos instrumentos.
Extendimos el pago de las Becas Progresar para que cubra todo el año e incrementamos fuertemente el monto de las becas para llegar a un millón de jóvenes.
Decidimos la ampliación de la AUH para lograr que más de setecientos mil nuevos y nuevas titulares accedan a ese derecho.
Hemos decidido un nuevo bono para jubilados y jubiladas.
Extendimos hasta el 30 de junio la devolución del 15% de las compras con tarjeta de débito en los sectores de menores ingresos.
Hemos ampliado la cobertura de la Tarjeta Alimentar y también hemos incrementado desde enero un 50% su valor.
Hemos reforzado las partidas para comedores escolares, comunitarios y compra centralizada de alimentos.
Todas estas medidas implicarán una inversión del gobierno nacional de más de 300.000 millones de pesos.
Desde que asumí la presidencia he trabajado incansablemente para construir diálogos y acuerdos. Porque realmente estoy convencido que esto es lo que el país necesita. Y mucho más ante la pandemia. Necesitamos que todos y todas trabajemos en unidad.
Ahora bien, jamás, jamás me haré el distraído frente al problema que estamos viviendo. Soy el Presidente de todos los argentinos y argentinas. Es mi responsabilidad establecer medidas contundentes frente a la pandemia, para evitar que el descuido nos arrastre hacia un escenario de mayor gravedad.
Las medidas que adoptamos son las que se han tomado en todo el mundo. Con el virus, es imposible negociar. Frente al virus, tenemos que tomar medidas firmes.
He tomado y tomaré las decisiones que correspondan sin ninguna especulación política. Es imposible especular electoralmente y al mismo tiempo cuidar a la gente. Cualquier especulación que se haga terminará ayudando al virus y agravando el problema.
Las medidas ante la pandemia son estrictamente para salvar vidas.
Las normas que establecemos debemos cumplirlas todos por igual.
Debemos entender que si no hay buena fiscalización se producen situaciones de injusticia. Allí donde hay un grupo o pequeñas minorías que las incumplen, eso tiene impacto sanitario y termina perjudicando a todos y todas. Por eso, para que podamos evitar las situaciones más graves y hacer un trabajo equitativo, quiero pedirles a todas las jurisdicciones que en estas semanas redoblemos los controles.
Con estos criterios, con estas medidas que estarán vigentes hasta el 21 de mayo inclusive, lograremos los objetivos que nos proponemos.
Miren, yo tengo un único enemigo: el virus. Lucho junto a ustedes contra una pandemia que provoca inmenso dolor. No tengo otros enemigos de ningún tipo. No tengo rencores.
En los próximos días enviaré un Proyecto de Ley al Congreso de la Nación para que en función de criterios científicos claros y precisos se faculte al Presidente de la Nación y a los gobernadores a tomar restricciones y medidas de cuidado durante esta situación excepcional.
De este modo estoy ratificando mi vocación de diálogo. La pandemia nos exige una inmensa responsabilidad. Y es la política quien debe tomar las decisiones y encontrar las respuestas al desafío que enfrentamos.
Esto es mi responsabilidad y es nuestra tarea colectiva.
Los convoco a todos y todas a que sigamos redoblando unidas y unidos los cuidados y la vacunación en las próximas semanas.
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