Más de un año después del comienzo de la pandemia de coronavius en Argentina, la Ciudad de Buenos Aires, el lugar donde se registró el primer caso del país en marzo del año pasado, se mantiene como el distrito con la peor tasa de mortalidad de la nación.
El territorio que gobierna Horacio Rodríguez Larreta tiene una tasa de mortalidad de 2.477 por cada millón de habitantes, casi el doble que la media nacional (1.374 fallecidos cada millón de habitantes), y muy por encima del resto de los distritos con más de un millón de habitantes.
Tanto la provincia de Buenos Aires (1.834), como Corrientes (427), Córdoba (880), Entre Ríos (748), Mendoza (882), Misiones (186), Salta (874), Santa Fe (1.290) y Tucumán (935) tienen una menor tasa de mortalidad. Si se tienen en cuenta las 23 provincias y la Capital Federal, solo Tierra del Fuego, el distrito con menos habitantes del país (177.697), se acerca en ese indicador con un total de 2.155 muertos por millón de habitantes.
Una de las posibles explicaciones para este fenómeno está relacionada con las características poblacionales de la Capital Federal. Según las proyecciones del Indec en base al censo de 2010, la Ciudad de Buenos Aires es el distrito con mayor cantidad de mayores de 60 años entre sus habitantes: 21,54%. El promedio nacional es del 15,89%.
En tanto, el resto de las grandes provincias tienen entre el 14 y el 17% de sus habitantes por encima de los 60 años: PBA 16,39%, Corrientes 14,09%, Córdoba 16,90%, Entre Ríos 16,30%, Mendoza 16,10%, Misiones 11,90%, Salta 12,10%, Santa Fe 17,45% y Tucumán 13,98%.
Para el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, este puede ser un motivo. En una conferencia de prensa hace unas semanas, aseguró que la Ciudad de Buenos Aires tiene “una pirámide poblacional más envejecida que el promedio”, lo que implica que hay más personas con probabilidades de que sus cuadros de coronavirus se compliquen por una cuestión no solo de edad, sino de comorbilidades previas.
En la misma línea se pronunció el virólogo Mariano Pérez, pero sin embargo advirtió que en medio de una pandemia es difícil analizar los motivos por los que se registraron más muertes en territorio porteño. “Es cierto, hay más gente grande en la Ciudad, pero (la tasa de mortalidad) también se relaciona con la circulación del virus”, sostuvo en diálogo con Infobae.
En esa línea, el experto que forma parte de la Sociedad Argentina de Virología agregó que “puede haber relación entre la tasa de mortalidad y la pirámide poblacional de la Ciudad, pero no es el único factor. La gente mayor fue la que más rápido se guardó, con lo cual es difícil de cuantificar el por qué”.
El tema de la circulación del virus también fue uno de los argumentos que esgrimieron a este medio desde el ministerio de Salud porteño. En diálogo con Infobae, fuentes ligadas a la cartera que conduce Fernán Quirós resaltaron que “la curva de contagios comenzó mucho más rápido en la Ciudad que en el interior, y eso sucedió tanto en la primera ola como en esta”.
Por su parte, en diálogo con Infobae, el infectólogo pediatra Eduardo López también consideró que la tasa de mortalidad “está influenciada por la edad de la población. No nos olvidemos de los brotes en los geriátricos, que tuvieron un gran impacto en la primera ola. Además tuvo la mayor cantidad de internados, no solo de porteños, sino también de bonaerenses”.
Para López, la tasa de mortalidad “hay que analizarla, primero, por la pirámide poblacional que tiene la Ciudad de Buenos Aires, segundo por la cantidad de geriátricos que estuvieron afectados, y en tercer lugar, porque tiene una población de adultos vulnerables con comorbilidades. Por eso es importante también observar la tasa de letalidad, no solo la de mortalidad”. En ese sentido, la tasa de letalidad en territorio porteño es del 2,27%, algo por encima de la media nacional (2,15%), pero por debajo de lo que registran Jujuy (4,17%), Salta (3,68%), La Rioja (3,53%) y la provincia de Buenos Aires (2,54%).
Es decir que sí, la pirámide poblacional del distrito que administra Rodríguez Larreta puede ser uno de los factores que explique por qué el territorio porteño ostenta el peor récord en cuanto a tasa de mortalidad. Lo mismo que la presencia del virus, es real que en CABA el COVID-19 circula desde antes y en un territorio más denso, pero como sucede con todo en esta pandemia, es muy difícil encontrar explicaciones sencillas para determinar el por qué de un determinado indicador.
Más allá de los motivos, en el Gobierno porteño siguen preocupados por el avance de la segunda ola. Ayer, Quirós, admitió la posibilidad de poner en marcha nuevas restricciones si la situación sanitaria lo amerita, aunque señaló que “hay alguna sospecha y datos preliminares” que muestran que están empezando a bajar los contagios.
“No se trata de si tiene sentido o no (adoptar nuevas restricciones), porque se trata de evaluar la información sanitaria y científica y explicarle a la gente cuál es el mejor camino de cuidado. Acá estamos frente a una catástrofe mundial, regional, argentina y porteña. Entre todos tenemos que construir ese cuidado”, explicó el ministro.
Quirós también se refirió al impacto de la segunda ola de casos de coronavirus en la temporada invernal, próxima a comenzar en la Argentina. “Lo que va a ocurrir en el invierno va a depender críticamente de cómo avancemos con la vacunación. Imposible anticiparnos de cómo va a ser el futuro en la Ciudad si no tenemos con claridad cómo van a llegar las vacunas, cómo las vamos a aplicar”, alertó.
Seguir leyendo: