Los movimientos sociales acordaron con el gobierno nacional reservar una partida de 70.000 vacunas para inmunizar a las personas que colaboran en los comedores y merenderos populares para evitar que esos espacios comunitarios se cierren por enfermedad de quienes trabajan asistiendo a los sectores más vulnerables ante la segunda ola del COVID-19.
El primer pedido, tal como informó este medio, los dirigentes se lo hicieron directamente al presidente Alberto Fernández el 30 de marzo pasado. El mandatario aseguró que lo hablaría con su ministra de Salud. Hace unos días fue Carla Vizzotti la que se reunió con referentes de los sectores sociales y acordaron los lineamientos generales del operativo. Unas semanas antes, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, también había planteado la inquietud a la Casa Rosada.
La inmunización a los hombres y mujeres que trabajan en merenderos y comedores tiene una lógica epidemiológica, pero simultáneamente una dimensión social y política. Si los colaboradores enferman de coronavirus, estos espacios, que asisten a cientos de miles de familias vulnerables de todo el país, deberían cerrar.
Esos lugares están anclados en los barrios con mayores niveles de necesidades básicas, pero también de altos niveles de hacinamiento, como en la Villa 31 de la Ciudad de Buenos Aires; Villa Azul, en Quilmes, Barrio Almafuerte (ex Villa Palito) de La Matanza, Concordia, en Entre Ríos; o el Gran Rosario, en Santa Fe.
Funcionarios y dirigentes sociales
En la reunión con Fernández estuvieron presentes Daniel Menéndez, el referente de Somos Barrios de Pie, el diputado nacional y hombre fuerte de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete, y Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita.
“Así como le pedimos por mantener las tarifas sociales si se avanza con las restricciones, también le solicitamos que vacunen a todos los trabajadores de los comedores”, le había anticipado Menéndez a Infobae después del cónclave.
Las tres agrupaciones sociales integran, junto a otras, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), cuyo secretario general es Esteban “Gringo” Castro, quien también pertenece al Movimiento Evita.
Para comprender el peso de ese encuentro y la potencia del pedido por las vacunas, hay que tener en cuenta que Menéndez es subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local, que funciona bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social.
Bajo el mismo organigrama cumple funciones como secretario de Economía Social Emilio Pérsico, un dirigente que forma parte de la conducción nacional del Movimiento Evita junto a Fernando “Chino” Navarro, actual secretario de Relaciones Políticas y Parlamentarias, un área que depende de la Jefatura de Gabinete, a cargo de Santiago Cafiero.
La UTEP, a través de sus principales referentes, ya le solicitó al ministerio de Desarrollo Social, que destine una mayor cantidad de alimentos para los comedores. El año pasado, durante la primera ola de COVID-19, esta provisión aumentó un 500% ante la alta demanda.
Tanto fue así que, por ejemplo, el Ejército desplegó sus cocinas de campaña en distritos muy golpeados por la pobreza y la falta de trabajo, como La Matanza y Quilmes, para elaborar comida caliente y distribuirla entre la población más necesitada.
Cuando la curva se aplanó, se dio marcha atrás con las restricciones y el trabajo se fue reactivando, la ayuda se redujo. Pero con las nuevas medidas que ya impulsó el gobierno federal y las limitaciones que puede llegar a anunciar en los próximos días por el avance de la segunda ola, la demanda alimentaria volverá a aumentar.
Según pudo saber Infobae, el ministro Arroyo ya dispuso una suba del 40% en la entrega de bolsones de alimentos. En el mismo porcentaje se incrementarán las transferencias de dinero que se realizan a los más de 3.000 comedores y merenderos homologados para recibir los importes en las cuentas bancarias para ese fin.
Más de 12.000 comedores y merenderos
La cantidad aproximada de 70.000 vacunas solicitadas al gobierno nacional por los movimientos de la UTEP tiene una razón de ser: la cantidad de voluntarios y voluntarias que asisten a los comedores y merenderos ubicados en los barrios populares, como villas y asentamientos de todo el país.
Según el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil (RENACOM), que funciona bajo la órbita del ministerio de Desarrollo Social, hasta diciembre del año pasado se preinscribieron 12.056 “espacios sociales”.
Según esos registros, en la provincia de Buenos Aires existen 4.475 comedores y merenderos. La mayoría de ellos son coordinados por el Movimiento Evita, Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Darío Santillán, el Movimiento de los Trabajadores Excluidos y el Frente de Organizaciones en Lucha.
Los distritos en los que se concentran la mayor cantidad de espacios sociales son: La Matanza, Quilmes, Lanús, Lomas de Zamora, Merlo, Moreno, General Rodríguez, Florencio Varela, Berazategui, Avellaneda, Esteban Echeverría, Tres de Febrero, San Martín, Almirante Brown, Ituzaingó, Malvinas Argentinas, General Pueyrredon, José C Paz, San Fernando, San Miguel, Tigre, Berisso, Ensenada, La Plata Marcos Paz, San Vicente y Escobar.
A Buenos Aires le siguen las provincias de Santa Fe, con 856 comedores y merenderos, Chaco con 692, Misiones con 598, Salta con 525, Corrientes con 493, Córdoba con 491, Formosa con 439 y Jujuy con 420. En la Ciudad de Buenos Aires están registrados 246.
Para evitar que reciban vacunas personas que no realicen estas tareas esenciales y evitar posibles desvíos hacia brazos que no corresponden, desde la cartera de Arroyo se aclaró que se realizará un cruce entre el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) que están asignados a las tareas socio comunitarias, y el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil.
Daniel Menéndez, en diálogo con Infobae, sostuvo lo mismo. “Queremos que esta vacunación sea trasparente y evitar cualquier tipo de escándalo. La vacunación es necesaria para evitar que cierren los comedores en el peor momento de la segunda ola. El año pasado había filas de diez cuadras en los comedores, esperemos que esta vez no se llegue a eso. Es necesario reforzar la entrega de alimentos antes de que la situación empeore”, describe el dirigente de Somos Barrios de Pie y funcionario nacional.
Una vez que se hayan comprobado las altas y bajas de los “espacios sociales” preinscriptos en los registros oficiales, se elaborarán las listas de los beneficiarios de las vacunas.
¿Se van a realizar operativos especiales para vacunar a los colaboradores de los comedores?, le preguntó este medio a un colaborador de la ministra Vizzotti.
- No, cuando se disponga la fecha para la vacunación de estos trabajadores esenciales, se les asignará un turno e irán al lugar que les corresponda según sus domicilios. El tema está siendo abordado en el marco de Cofesa, con todas las jurisdicciones y responsables de los ministerios de salud. Es en ese marco que se evalúa que las personas de las organizaciones sociales y eclesiásticas que hacen trabajo en territorio, así como comedores, sean incluídos como trabajadores salud o personal esencial.
Estas tareas aún no se completaron, pero con el acuerdo al que llegaron los principales movimientos sociales con el gobierno de Fernández, es de esperar que los trámites administrativos comiencen cuanto antes.
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