La ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, se reunió este miércoles con el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, y de Transporte y Obras Públicas, Juan José Méndez, para redefinir y reforzar los operativos de control de circulación de personas en la Ciudad de Buenos Aires ante el recrudecimiento de la segunda ola de contagios de coronavirus.
El encuentro, que se concretó a las 10, fue el puntapié inicial para intensificar el cumplimiento de las restricciones sanitarias que se terminará de pulir en las próximas 48 horas por el presidente Alberto Fernández. Las acciones consensuadas por los gobiernos nacional y porteño estarán focalizadas en los siguientes puntos:
- Unificación de las líneas de denuncias 911 y 134: los dos sistemas funcionan como dispositivos de alerta temprana por incumplimiento del DNU. La intención es articularlos y cruzar la información de los registros para dar una respuesta rápida ante las infracciones sanitarias.
- Controles en transporte público y privado: intensificación de los controles de los permisos para el personal esencial y exceptuado. El objetivo es “optimizar los controles vehiculares y de transporte de pasajeros” y encauzar la circulación en los controles ya establecidos.
- Mayor control de los accesos y terminales: en la mesa de trabajo se puso en consideración reforzar los dispositivos policiales en los ingresos junto a los centros de transbordo de la Ciudad y, eventualmente, establecer el cierre de algunos ingresos a la Ciudad de Buenos Aires, puntualizando sobre el horario de nocturnidad. La medida es similar a la adoptada en las fases más restrictivas de 2020, cuando se cerraron algunas bajadas de la avenida General Paz para redirigir el tránsito hacia los puestos de control policial.
- Protestas callejeras: las protestas masivas en la Ciudad de Buenos Aires fueron uno de los temas de la conversación. Los funcionarios acordaron evitar que los manifestantes ingresen a pie en la Ciudad, e impedir bloqueos en accesos neurálgicos como el Puente Pueyrredón.
- Ferias al aire libre y circuitos gastronómicos: como parte de la nueva etapa, habrá nuevos controles ante las aglomeraciones que se registraron en los paseos comerciales informales tanto de la Ciudad como del conurbano bonaerense. La mirada también estará puesta en los locales gastronómicos, ya que algunos de ellos trabajan en espacios cerrados.
En la previa, hubo reproches de algunos funcionarios del Frente de Todos y Juntos por el Cambio por las deficiencias en las tareas de control. Sin embargo, con el correr de los días se fue consolidando un piso común de entendimiento entre el gobierno nacional y el porteño, a medida que se dejaba atrás el ruido político y judicial generado en torno a la suspensión de las clases presenciales. El encuentro sirvió para revisar lo actuado en las últimas dos semanas en el marco de los dispositivos sanitarios y de seguridad, desde el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que tensó la relación entre Nación y la Ciudad.
El clima de la reunión de trabajo entre Frederic y D’Alessandro fue de distensión y tranquilidad. La presencia del jefe del área de transporte porteña, Juan José Méndez, era una señal de que los ejes del intercambio serían controlar aún más la movilidad. Como contraparte del área, estuvo presente el secretario de Articulación Federal, Gabriel Fuks, ante la vacancia del Ministerio de Transporte tras el trágico accidente de tránsito que sufrió Mario Meoni el viernes pasado. El cuadro lo completaron el secretario de Seguridad y Política Criminal, Eduardo Villalba,y el subsecretario de Gestión de la Movilidad, Gastón Galardi.
A la salida de la reunión, Fuks planteó: “Estamos evaluando los déficits, elementos y situaciones para mejorar el control de la etapa que va a venir. Quienes van a tomar las decisiones son el Presidente y el jefe de Gobierno porteño, que tendrán una reunión con los gobernadores. En los últimos días ha mejorado la coordinación y queremos que sea mejor en este momento híper crítico”.
Después de resistir las primeras medidas de restricción de abril, desde el Gobierno de la Ciudad bajaron el tono y dejaron traslucir esta semana la decisión política de intensificar las medidas de restricción, ante la evidente saturación del sistema de salud y la creciente ocupación de camas de terapia intensiva (UTI) en la región metropolitana. En ese punto de vista ahora hay más coincidencias entre las tres jurisdicciones, incluida la provincia de Buenos Aires.
“Vamos a intensificar los controles en el transporte público. Si bien hay una reducción de más del 30 por ciento, entendemos que hay gente sin los permisos esenciales que está ingresando a la Ciudad. A partir de las 20 horas tendría que haber una mayor reducción, y ahí es donde vamos a estar desde el Estado”, sostuvo el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, a la salida del encuentro.
La circulación nocturna ya está prohibida entre las 22 y las 6 de la mañana. Desde el pasado 8 de abril, el Ministerio de Seguridad de la Nación modificó el despliegue de las cuatro fuerzas federales para hacer cumplir las medidas sanitarias ante la emergencia sanitaria del COVID-19. Los controles estuvieron ubicados principalmente en los diez puntos de acceso a la Capital Federal, en zonas específicas en el conurbano bonaerense e inspecciones en trenes y otros medios de transporte públicos que circulan por el área metropolitana.
Sin embargo, los encargados de la seguridad y la movilidad de Nación y Ciudad coincidieron en que se pueden articular aún más acciones para restringir al máximo el movimiento.
Una de las encrucijadas apunta al control del espacio público en toda la región metropolitana. En los circuitos gastronómicos, comerciales y de ferias de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires, la circulación ciudadana contrasta con el riesgo sanitario. En los paseos comerciales informales se incrementarán las acciones de difusión y de prevención, mientras que en los locales de gastronomía el foco estará puesto en reordenar las inspecciones para que no atiendan en los interiores.
Los incumplimientos de protocolo son transversales a las clases sociales. En las conversaciones se ilustraron ejemplos que van desde una reconocida pizzería de alcance al consumo popular, y algunos establecimientos ubicados en la Costanera Norte, donde asisten clientes de alto poder adquisitivo.
En esa línea, la resolución de bajar la circulación en las calles empezó a dar pasos ayer hacia una mayor restricción. Una de ellas fue la publicación, en el Boletín Oficial porteño, de la suspensión de todas las actividades deportivas al aire libre que se realicen entre más de 10 personas, una restricción que rige desde ayer e impacta en la actividad de los gimnasios y estudios de baile y danzas.
En un contexto de creciente malestar en la población, en Nación y Ciudad hay una mirada compartida de que los dispositivos policiales apuntarán a disuadir antes que reprimir las conductas de la población. Un caso aparte son las protestas en el centro porteño, que se multiplicaron en el último tiempo en reclamo de mejoras en los programas sociales ante el deterioro de la situación económica.
“No podemos impedir el derecho a la protesta. Queremos que existan los mismos elementos (sanitarios) que rigen para el resto de la población. Dicen que ayer fue una marcha tremenda, pero hubo cuatro marchas que no se hicieron y fue producto de la acción disuasiva que hemos llevado a cabo la Ciudad como Nación”, ilustró Fuks a la salida de la reunión.
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