Las vacunas no llegan con la frecuencia que requiere la pandemia de coronavirus y la preocupación del gobierno nacional va en aumento. Este miércoles, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, acompañada por la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, se reunieron con representantes de la empresa AstraZeneca Argentina para solicitarles formalmente que informen a la brevedad sobre los avances en la producción y control de calidad de la vacuna producida en el país y formulada en México y Estados Unidos, así como el cronograma de entrega estimado.
Según difundió la Casa Rosada, el encuentro en la sede del Ministerio de Salud de la Nación se realizó para intentar que se cumpla lo más pronto posible con el contrato firmado con el laboratorio anglosueco que elabora la vacuna junto a la Universidad de Oxford. Argentina adquirió 22,4 millones de dosis de este inoculante y todavía no se entregó ninguna dosis.
“Mantuvimos un nuevo encuentro con el presidente de AstraZeneca Argentina y representantes de la firma para pedirles que a la brevedad informen sobre las eventuales dificultades que atraviesa el proceso de producción de la vacuna y los tiempos en que podrá iniciar la recepción de las dosis que Argentina ha adquirido según el contrato firmado en noviembre del año pasado ya que esta información es vital para la organización de la campaña de vacunación”, indicó Vizzotti al término del encuentro.
De la reunión, que se llevó a cabo en la sede del Ministerio de Salud nacional, participaron el presidente de AstraZeneca, Agustín Lamas, junto a Germán de la Llave y Verónica Aguilar.
Lejos en el tiempo quedó aquel discurso del presidente Alberto Fernández cuando el 12 de agosto de 2020 aseguró que el laboratorio mAbxience, que tiene sus instalaciones en Garín, en la provincia de Buenos Aires, iba a fabricar el principio activo de la vacuna de AstraZeneca y que se iba a envasar en México. Para fines de febrero habían prometido la entrega de las primeras partidas, pero eso nunca se cumplió. Se hizo el envío a los mexicanos pero tuvieron problemas con el fraccionamiento, el envasado y el etiquetamiento.
Alberto Fernández y su gabinete saben que inmunizar a la población será uno de los mejores antídotos para que la segunda ola del COVID-19 no siga provocando mayores consecuencias en nuestro país. Por eso le transmiten diariamente a cada uno de los integrantes del Gobierno su apuro por hallar una solución a los contratos incumplidos y a las demoras en completar la inoculación de la población más vulnerable. El jefe de Estado argentino afirmó el sábado pasado en declaraciones a Radio 10 que esperaba que AstraZeneca “empiece a cumplir sus compromisos con América Latina”, y luego contó que tuvo “una comunicación con el CEO de esa empresa” (el francés Pascal Soriot) y que le expresó su “malestar” por el retraso en la llegada de esas vacunas contra el coronavirus. “Argentina produjo 30 millones de principios activos y no ha vuelto la cantidad de vacunas que se comprometieron a traer”, aclaró.
Hugo Sigman, el empresario argentino que fundó el grupo Insud, dueño del laboratorio mAbxience, empezó a recibir cuestionamientos por esta demora en las entregas. Los mexicanos del laboratorio Liomont, ubicado en el municipio de Ocoyoacac, a unos 70 kilómetros de la capital azteca, argumentan que se les complicó el acceso al filtro de vidrio microparticulado que se usa para filtrar, fraccionar y envasar el principio activo que le envían desde Argentina. Debían importar ese filtro desde Estados Unidos pero el entonces presidente Donald Trump bloqueó la exportación de productos médicos amparándose en la emergencia sanitaria. Todo se complicó. A tal punto que, pese al anuncio del canciller mexicano Marcelo Ebrard sobre la regularización de los suministros de AstraZeneca hacia América Latina, esa pretensión no se pudo cumplir.
Una posibilidad latente es que esta carencia pueda ser reemplazada mediante la distribución de dosis que efectúa el Fondo de Acceso Global a Vacunas COVID-19 (conocido como Covax por sus siglas en inglés), una iniciativa de la que participan 190 países, impulsada por actores públicos y privados, y dirigida por la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta ahora, por este mecanismo, arribaron al país 218.400 dosis el 28 de marzo y el siguiente cargamento fue el 18 de abril con otras 864.000.
Para continuar el plan de vacunación, esta noche el gobierno nacional espera que arribe desde Beijing el vuelo de Lufthansa 8264 que cargó en sus bodegas 244.800 dosis de vacunas Sinopharm, que completan el tercer millón que debía entregar el Grupo Farmacéutico Nacional Chino. Mañana en un vuelo de Aerolíneas Argentinas se sumará el millón restante. Todas estas vacunas serán aplicadas como segundas dosis, de acuerdo a lo resuelto por el ministerio que conduce Carla Vizzotti.
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